Young saeng hubiera querido huir.
Era la primera vez que Hyun joong le hablaba así. Y el nunca pensó que su hyung pudiera hablar tanto y tan seguido y con tanta crudeza.
-Youngie, yo no tengo nada en contra de Kyu jong -añadió, tras una pausa que Saeng no interrumpió-. Si es hombre capaz de hacerte feliz, de comprenderte, de venerarte, de respetarte como se respeta a la persona que se elige entre todas, será mi mejor amigo como tú eres mi amigo. Pero si va a entretenerse, a madurarte para dejarte después, a hacerte resbalar por la pendiente, a enseñarte lo que aún no necesitas saber, no será mi amigo y tendré que decírselo así.
-¡Hyun joong!
-Piensa en eso esta noche. Young saeng. Piensa si lo quieres o no. Piensa si las demostraciones de cariño que has dado y recibido esta noche en el portal eran de tu agrado. ¿Las sentiste o sólo deseaste sentirlas? Analízate a ti mismo.
-Creo que quiero a Kyu jong. Lo siento, hyung.
-¿Sentir, qué?
-No sé. Creo que te he disgustado.
-No es eso. Youngie. No es que me hayas disgustado. Es que temo por ti. Temo que te engañes y el matrimonio así es como una encerrona. Te metes en su agujero y no sales de él ni para la de Dios.
Entonces, Young saeng dijo algo que lo dejó total mente sorprendido:
-Yo sé lo que siento y pienso hoy, pero no sé lo que sentiré y pensaré mañana. Hoy me gusta Kyu jong y creo estar enamorado de él pero eso no significa que mañana me case con él, porque puede ocurrir que deje de quererlo.
Hyun joong pensó, una vez más, que su mentalidad de veinticuatro años nada tenía que ver con la de Saeng de diecisiete.
Y sintió una profunda tristeza.
Hyun, se puesto en pie, dijo a media voz:
-No dejes de venir por aquí. Youngie; puedes continuar contándomelo todo.
Pero no fue así.
Young saeng empezó a ir menos.
A contar poco.
A no contar casi nada.
Tampoco eso era un delito que cometía Saeng, pensaba Hyun, ni para él era causa de trauma. El se había habituado a oír sus ingenuidades y temía que en el futuro ya no fuesen ingenuidades lo que tuviera Young saeng que contarle.
Los encontró otras veces en el portal. Los veía salir los sábados por la mañana, unas veces ataviados con la ropa de montar a caballo, otras con trajes de nieve, algunas con traje de montaña.
Oía a su madre los días en los cuales les había visto salir:
-No me digas. Dok sun, que el niño de los Heo va solo.
-¿Solo? -reía el tío Dok sun-. Va con la pandilla.
-Pero ninguna persona mayor responsable.
El nunca intervenía.
Los escuchaba.
Y si le pedían su parecer, casi siempre decía lo mismo.
«No sé nada. No me interesa eso.»
Era cómodo, lo reconocía.
Pero todos somos cómodos cuando nos conviene y nunca sabemos nada cuando cuesta trabajo hurgar en la vida de los otros.
-Los chicos de hoy -decía el tio- se creen ellos lo bastante responsables.
-Pero eso no es así.
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Déjame contártelo + MPREG.
FanfictionYoung saeng lo consideraba su mejor amigo, el muchacho con quien más confianza podría tener, su mayor y más valiosa amistad. Era incapaz de asociarlo a la más cercana o remota idea de un sentimiento distinto. Pero lo necesitaba... ante el dilema -qu...