Parte 10

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Kim min suk estaba muy emocionada, y aunque Heo nam gil lo estaba tanto o más, intentaba por todos los medios tranquilizar a su amiga de toda la vida.

-¿Qué más podíamos desear, Sukki? ¿Qué más tú y yo que ver casados a nuestros hijos? Y el hecho de que prefieran vivir solos es humano, es normal, mujer. También tú dejaste a tu madre y yo y todas las chicas y chicos casados, o casi todos. Entiende eso.

-Si no lloro por eso, Nami. Si no es por eso. Es que... no sé por qué lloro.

Heo nam soo fumaba y bebía a pequeños sorbos una copa de coñac.

Oía a las dos mujeres apoltronado en el butacón, viendo la imagen de la televisión sin sonido, y a la vez pensaba.

-Supongo que serán felices -decía Min suk machacona.

Man soo se preguntaba si lo serian realmente.

Él los evocaba cuando se fueron pocos minutos antes. A su casa. A la luna de miel.

Él no fue un novio tan inexpresivo como Hyun joong. Él estaba loco de contento. Pero a Hyun nunca se le notaba cuándo estaba contento o no. Eso lo sabría Young saeng.

Pero ¿lo sabría realmente?

-Es tan así, mi Hyunnie...

La voz de Min suk tenía un deje raro.

-Si he de ser sincera, rara vez me da un beso. Y soy su madre.

-Pero Young saeng es su esposo. Sukki.

-Sí, Nami, sí. Ya lo sé. Es que estoy tan emocionada que no sé lo que me digo. Yo creo que tuve mucha culpa de que Hyun fuese así.

-Nami, es tarde -dijo Nam soo.

-Oh, sí. -Se puso en pie y besó a Min suk-. Anda, acuéstate y no pienses más. Verás qué felices son.

¿Lo creía ella?, se preguntaba Nam soo.

¿Creía realmente Nam gil en la felicidad de Young saeng y Hyun joong?

¿Lo creía él?

-Hasta mañana, Sukki -dijo, y la besó como la había besado su mujer.

Nam soo daba vueltas en la cama. Su esposa también las daba.

-Parece que hoy la cama es más estrecha -rezongó El-, y es como siempre.

-Te mueves tanto...

-Sí, es posible. Pero tú...

-Sooha querido...

-Dime, Naami.

-¿Qué piensas?

-No sé.

-Yo tampoco sé, pero creo que pienso.

-Nunca se puede decir eso si realmente no se sabe lo que uno piensa.

-En ellos, ¿verdad?

-Es posible.

Nam gil se sentó en el lecho.

Nam soo no se movió, pero encendió la luz.

-Sooha, digámonoslo.

-¿Decirnos?

-Tienes miedo de que no se entiendan.

Fue aquí donde el también se sentó.

-Yo nunca entiendo cosas así, Nami. Como hombre es formidable. Como seguridad a su lado la tendrá Young saeng. Pero ¿te conformarías tú con tener seguridad a mi lado? ¿Y la felicidad física que te di? ¿La felicidad moral? Es lo que no concibo. No me imagino a Hyun joong haciendo el amor a Young saeng. Ni a Saeng refugiando sus ansiedades en Hyun. Por más vueltas que le doy en mi cabeza, no los veo. ¿Entiendes? Es mi inquietud.

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