Hay situaciones y personas de las que no puedes escapar. Por ejemplo la escuela, el trabajo, los quehaceres domésticos, tu mamá, y el en caso de Donghae, un examen del que dependía el rumbo de su vida.
Había llegado el día en que recibió la carta del consejo, indicándole la hora y el lugar donde debía presentarse. La leyó más de tres veces y la botó al suelo con deseos de bailar sobre ella y prenderle fuego. No estaba listo, ¿o sí? Mientras pensaba en ello hizo levitar todos los objetos que se encontraban cerca de él y los obligó a girar a su alrededor como los planetas al sol.
—Sería muy agradable que me devolvieras el periódico, hijo.
Donghae se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se detuvo. A veces pasaba, pero al menos no formó un torbellino dentro de su casa.
—Has mejorado— alabó su padre, mirándolo de reojo. –Mucho. Realmente mucho. El viaje con HyukJae fue muy productivo.
Su madre salió de la cocina para comentar. –Vi que terminaste tus labores sin mover un dedo. Estoy orgullosa, pero también espero que no se haga una costumbre.
—No lo creo. Una vez que ya no tenga magia no será posible.
Sus padres se miraron entre sí seriamente.
—¿Aun quieres abandonar?
—¿Cuándo he cambiado de opinión?— resopló.
La señora Lee agachó la cabeza y volvió a la cocina, luciendo triste y preocupada, igual que su esposo.
Más tarde se encontró con Eunhyuk en la cabaña para un último ensayo de sus lecciones básicas. El mago estaba nervioso y no dejaba de tamborilear con sus pies en el suelo desconcentrando a Donghae de sus hechizos.
—Lo siento, pero no puedo evitarlo— se excusó al percatarse. Eunhyuk estaba sonrojado. —Realmente espero que te vaya bien mañana.
—¿Si sabes que puedes estar allí, cierto? Es tradición que el tutor acompañe a su aprendiz.
—¡Y claro que iré! Solo... quería decirlo ahora.
Donghae tenía un fuerte presentimiento que luchaba por ignorar. Hacer el examen y tener la aprobación del consejo no era el fin, su maestro continuaría a su lado.
Eunhyuk le sonrió dulcemente, sus ojos se empequeñecieron y vio un destello de melancolía surcando en ellos, ¿estaría pensando lo mismo que él? ¿O solo estaba teniendo su momento de orgullo al ver a su condiscípulo crecer?
—Vamos a dejar esto hasta aquí y vayamos a la playa. Mejor que ambos nos relajemos.
El mar formaba parte del día a día de Donghae desde que llegó al mundo y estaba lejos de estar cansado de él.
Ya no era tan común encontrar caracoles y cangrejos en la orilla como antes, pero cuando veía alguno corría a tomarlos o seguirlos hasta que las olas los arrastraran lejos. Era algo así como un juego que disfrutaba.
Le gustaba sentir la arena bajo sus pies desnudos y mojarse hasta las rodillas, estaba seguro que muchas personas como él encontraban un poco de paz en la playa.
Choco ladraba a las gaviotas y corría alrededor demasiado eufórica. Su actitud tenía a HyukJae riendo.
Ambos caminaban uno alado del otro en silencio, no era como si necesitaran tener una conversación. Había mucho que decir, pero no aun.
Algunas personas que también había decidido disfrutar del buen día los miraron con curiosidad y murmuraban detrás de ellos. Por suerte a ningún fanático se le ocurrió acercarse a interrumpirlos, al menos hasta que Siwon distinguió a Donghae.
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La Magia No Va Con El Mago
FanficLee Donghae, el joven que es ya considerado a su temprana edad el peor mago real de la historia de su estirpe. ¿Suena exagerado? No realmente, puesto que la torpeza y la distracción son los enemigos infinitos de la magia dónde los errores pueden ser...