Introducción
El fenómeno del delito es universal y quizá nunca se pueda resolver el profundo misterio que encierra. No se es delincuente o criminal porque se tenga alguna pertenencia en particular- étnica, religiosa, cultural, de clase social. Quizá esté relacionado con el establecimiento, muchas veces con la fuerza del músculo de algún orden de convivencia.
Ese orden de convivencia lleva en sí mismo la diversidad social, cultural, religiosa, existencial y moral de la que debe dar cuenta. El delito no tiene una explicación en la cultura. Desde la teoría antropológica, se está dando una paulatina transformación del concepto de "cultura".
De una colección de creencias a los que se obedecería ciegamente (tradición), de una arraigada convicción sobre la cultura como una entidad observable, se ha pasado a conceptualizarla como un fenómeno más superficial. Y que no puede dejar de lado el contexto político, histórico, institucional, económico, técnico e ideológico en donde se manifestaría.
Las ciencias sociales y en especial la Antropología han hecho una equivalencia difícil de sacar de encima entre "cultura" y "falsa conciencia".
Esto no hace más que devaluar el poder cognoscitivo y organizador de las realidades. Buscando explicaciones últimas de las cosas se dejan en el camino, por erróneas o irreflexivas, las que dan los propios protagonistas para quienes los valores de verdad están puestos en otros lugares que para la ciencia.
El conjunto de los sentidos que los grupos humanos dan a la vida y a la realidad parecen poder subsumirse en sus .modos culturales., una especie de clave mágica, omniexplicativa.
El efecto epistemológico y político es el de anclar a "los Otros" en la inmovilidad, el no cambio y la no-historia.
La causalidad cultural es pan de todos los días en las explicaciones que damos sobre los que les pasa a los otros.
Estos usos del concepto de .cultura. como factor que impide que la gente vea .las cosas tal cual son., fueron creados por nosotros, y promovido al máximo hasta llegar a impregnar un sentido común académico y científico. Y más aún, han tomado cuerpo en los discursos públicos, oficiales y de los medios masivos de comunicación.
Hay "enfermedades conceptuales" originadas en la Antropología que han sido contagiadas, por ejemplo, a los movimientos de nacionalismo cultural, especialmente las tendencias esencialistas -la cultura como un ente- y la fijación de la cultura como un artefacto.
Sin embargo, conceptos tales como el de "cultura" tienen ellos mismos raíces culturales. El pretendido desarraigo cultural del concepto de "cultura" (una de las tantas paradojas de la Antropología) está aposentado en la ciencia y entonces quedaría eximido de las supuestas desventajas de tener afiliaciones culturales.
¿Es cualquier concepto como el de .cultura. algo más que un recurso enunciativo? ¿Es un nombre o una realidad? O acaso los nombres son también realidades?, sentidos puestos en práctica, por los que se lucha y a los que se apela, se ama o se odia, se encubre o delata.
El concepto cambia algo .un significado que se ve, se oye, palpa, siente, huele y al que solemos someternos porque da firmeza a nuestras convicciones y calma a nuestros escasos atisbos críticos.
El concepto objetiva, hace un objeto y lo vuelve una entidad, con estabilidades y leyes. Se pierden, de esta forma, los .trazos de la vida., las experiencias y sus configuraciones simbólicas, se disuelve la fuerza narrativa de las situaciones, buscándose inexorablemente un pensamiento fundacional.
El concepto de "cultura" da la impresión de estar aculturado, sin densidad histórica y sin exageradas pretensiones de involucrarse con la política y la ideología.
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Valores Juridicos del Derecho Penal
Kurgu OlmayanEl fenómeno del delito es universal y quizá nunca se pueda resolver el profundo misterio que encierra. No se es delincuente o criminal porque se tenga alguna pertenencia en particular- étnica, religiosa, cultural, de clase social. Quizá esté relacio...