"―No lo sé ― contestó él, con franqueza ―. No sé si alguna vez la amé. Ella fue muy importante para mí. Pero también me traicionó. "
[COMPLETA]
Sinopsis:
Newt Scamander fue el autor de un best-seller sobre criaturas mágicas y hoy en día es uno de lo...
Aclaración importante: Este libro (y por lo tanto esta trilogía) fue publicado a finales de 2016, mucho antes de que se publicara la sinopsis de "Los Crímenes de Grindelwald", así que esta historia tendrá variaciones con respecto a todo lo que ocurra en esa película.
Disclaimer: Fantastic Beasts and Where to Find Them pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro
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CRÓNICAS DE UN MAGIZOÓLOGO
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╔╝ENERO DE 1925╔╝
╔╝50╔╝
╔╝SEPHORA╔╝
Después de terminar su copa de vino y de dar por finalizada su charla con el cantinero y la mujer de la barra, Newt decidió pasar la noche en el bar Dafune Main. Sabía que todavía le quedaba un largo tramo por recorrer hasta el pueblo de donde salían todos los rumores, así que aprovechó la ocasión para descansar en una buena cama y escribir cartas a sus seres queridos para avisarles que se encontraba bien. Esta vez, incluyó una carta a Albus Dumbledore.
"Estimado Profesor Dumbledore
Estoy cada vez más cerca. Leí los recortes que me envió y creo que encontré el origen de todo esto
Atentamente
Newt Scamander"
No necesitaba incluir demasiados detalles en esa carta, estaba seguro de que Dumbledore la comprendería. Después de todo, había sido su viejo profesor de Transformaciones quien le había encomendado esa búsqueda en un principio. Al día siguiente, se levantó a eso de las diez de la mañana, se afeitó, preparó sus cosas y volvió a emprender su viaje. Siguió a pie durante todo un mes más luego de ese día. Por suerte, a pesar de que hubo momentos en que tuvo que atravesar zonas completamente desiertas, llegó sin más problemas a su destino. Siguiendo un camino empedrado, de acuerdo con la información del mapa que la enfermera Azar le había regalado, fue a parar al pequeño pueblo llamado Sephora.
El camino atravesaba dos enormes rejas que se encontraban abiertas de par en par. Hacia la izquierda y la derecha de la entrada, se extendían grandes multitudes de árboles secos, los cuáles funcionaban como límite entre el desierto y el pueblo y cortaban el paisaje de una forma un tanto abrumadora. Un bello cartel de madera tallada a mano que colgaba sobre las rejas, anunciaba el nombre del lugar. Algo había en el ambiente que le ponía los pelos de puntas, Newt siguió caminando de todos modos, ya eran alrededor de las nueve de la mañana.
