Los cazadores salieron de la posada para dirigirse al bosque, iban a la mitad del camino cuando Afrodita se percató de un olor, que no sabía de donde provenía pero impregnaba el aire, bajo la mirada y sacudió la cabeza, Cid se dio cuenta de la acción del rubio, –¿Te duele la cabeza? – subió la mirada dirigiéndola al pelinegro, –¡ese maldito olor me marea!– todos volvieron la vista por sus palabras, nadie más que él percibía el olor –¿seguro Aioria que lo revisaste bien?– dijo Aioros, los seis jóvenes lo rodearon, vio como sus compañeros no le tenían confianza, tenía toda la certeza de que si hacia algún movimiento en falso lo iban a matar, los conocía bien –me siento mal, ¡es todo!, me dieron nauseas– se dejó caer sobre sus rodillas con una mano cubriendo su boca, bajaron la guardia y Régulus se acercó, –¿Qué te hicieron? – se quedó quieto viendo como el castaño le daba la mano para ayudarlo a reincorporarse, Régulus era el más joven de todos ahí, había perdido a su padre y hermano mayor, hacia un año aproximadamente, desde entonces los había acompañado, sus primos eran su única familia viva, –¿te sientes mejor? – pregunto el jovencito, Dita sujetó su mano y se reincorporó, negó con la cabeza, se quedó parado sosteniéndose del muchacho, dejaron pasar unos momentos, cuando su malestar paso y comenzaron a caminar de nuevo, arribaron a la mansión casi al anochecer, todo el camino había percibido el aroma, pero cuando llegaron a ese sitio el olor era penetrante, casi insoportable, pero la idea de encontrar a su hermano lo hacía continuar. Por otro lado, Shion fue todo el camino ausente, no entendía nada de lo que Dokho o los demás le decían, sus pensamientos de encontraban en una sola persona que había sido arrebatada de su lado días atrás, solo entro en sí, cuando rodearon a Dita, pero cuando el incidente paso siguieron caminando y él también se desconectó, de verdad estaba sufriendo la pérdida del rubio.
¿De verdad era una mansión abandonada?, Pensó Afrodita, se veía por fuera muy vieja, pero no estaba descuidada, ni tampoco sentía que estuviera sola, ¿qué carajos era ese aroma que percibía?, de pronto oyó movimiento detrás de ellos, se puso alerta, saco las dagas de su cinturón, Cid lo había vigilado todo el camino así que al verlo ponerse a la defensiva de la nada lo puso en alerta, –¿Qué sucede Afrodita? – el rubio no dijo nada solo hizo señas con las manos hacia el pelinegro dando a entender que no estaban solos, Cid silbo, todos los demás sacaron sus armas al oír la señal poniendo atención en los alrededores.
Efectivamente no estaban solos, de la nada salió un joven de cabello plateado que Afrodita reconoció rápidamente, "Icelos" pensó, –vaya los cazadores vinieron a buscarnos muchachos, seguramente quieren recuperar el nuevo juguete de Minos– otros dos vampiros salieron detrás, –El rubio de ojos violeta es el quien mato a Edward, ya lo vieron bien, creo que debemos encargarnos del primer heredero de los Jamir – Shion entendió perfectamente, levanto la ballesta así como su rostro para observar a los individuos, eran tres jóvenes, todos lucían similar piel pálida dos con cabelleras platinadas, el otro negra y todos esos ojos asesinos –¡oigan apesta a perro!– dijo Icelos, –hay que deshacernos de la peste– contesto el de cabello negro –¡es el rubio de ojos azules!, tiene el olor del maldito que mato a Cherise–, volvió a contestar el platinado, se movieron rápido uno se lanzó sobre Cid, quien ya esperaba el ataque, el otro se lanzó sobre Shion, que no tardó en reaccionar disparando las saetas y el ultimo contra Afrodita, levantado las dagas para recibir a ese maldito ser. Aioros comenzó a disparar, detrás de Régulus salió un vampiro más, quien Aioria detuvo, El chico se alejó para sacar su ballesta y comenzar a disparar.
El vampiro enfrente de Shion saco las garras para atacarlo, lanzo un golpe pero no logro nada, Dokho blandía su espada y con un golpe certero corto la cabeza del vampiro, –uno menos faltan tres– Régulus lanzaba dardos al igual que Aioros, mientras que Cid recibió de lleno el ataque de ese maldito ser una vez más –Hola guapo ¿me extrañaste?, ¿por eso viniste a buscarme? – dijo burlonamente, el vampiro que estaba sobre el azabache, le dio un par de golpes para luego ver como Dokho había degollado a su compañero –¡arias idiota!– dio un golpe más y se elevó, esquivando las flechas de las tres ballestas, –los veré después, con otros amigos– le lanzo un beso a Cid y salió volando. El otro vampiro que atacaba al joven Régulus siguió a Icelos para desaparecer con él en la noche.
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Mi Bestia
FanfictionCuando dos hermanos cazadores son atrapados por criaturas de la noche, su vida da un cambio drástico, sus mismos compañeros deciden matarlos y ellos son separados por distintos bandos, pero el vinculo fraternal siempre es más grande, el amor a sus p...