Mi Bestia

Parte 26. Angeles nocturnos

Había pasado mas de un mes desde que a Mu le comunicaron sobre su nuevo rango dentro de la familia, y aunque no se encontraba convencido por ello, como su deber marcaba tuvo que ocupar el lugar de su hermano ahora muerto, no le gustaba para nada, pero tenia que acatar ordenes.

Después  de varios días al fin se sintió listo para salir y cumplir con sus deberes de cazador, como su rango estipulaba,  se despidió de su hermanito quien lloraba a lágrima suelta por la partida de su segundo hermano, el rubio le dio un beso en la frente, se levanto y salio del sitio seguido de sus colegas. Antes de salir del sitio por completo, paso a la cripta familiar, recordó el funeral de Shion había sido muy solemne, pero el no podía con la idea de que su hermano había muerto si nunca vio el cuerpo, se acerco a la construcción y metió la mano a un recoveco del sitio, —juro vengar tu muerte Shion— susurro y dejó dentro un anillo.

Caminando a cumplir su destino, veía a sus compañeros, los anteriores y los nuevos, cada paso alejándolo de la mansión era un paso a la aventura que aun le faltaba por vivir.
Un lacio rubio se acerco y puso su mano en su hombro —Tranquilo Mu, eres el indicado y sabes lo que haces— el nuevo adalid solo sonrió.
Aioros como el mayor del grupo ahora, se le encargó cuidar personalmente de Mu, en lo personal sentía que el chico era demasiado dócil para tal responsabilidad, pero había dejado su condición de doncel y tomado su destino.

Tardaron meses mas desplazándose de sitio en sitio buscando a mas criaturas de la noche, cumpliendo contratos en distintos lugares y buscando pistas para encontrar a Albafica o a Dita, Mu en especial tenia ganas de matarlos personalmente, mas al mayor, pues según lo contado el era el responsable del fallecimiento de su hermano.

Estuvieron errantes hasta que oyeron que cerca de un pueblo se habían avistado un par de lobos por las noches o por las mañanas, la noticia les llamo la atención porque los animales eran uno blanco cual nieve pura y el otro negro cual noche de luna nueva, según los rumores.
Aioros sabia, como los demás que esas descripciones coincidían con los lobos que habían visto esa fatídica noche, cuando perdieron a Shion, caminaron hasta llegar al pueblo en donde habían avistado a tales animales, arribaron como de costumbre a la posada del sitio, pagaron su hospedaje y empezaron a indagar,  una vieja mujer canosa dueña del sitio, empezó a platicar con el mas joven de todos, la mujer confirmo que de vez en cuando un par de lobos rondaban el sitio, pero ambos animales eran muy dóciles, lo que mas llamo la atención del relato de la mujer, fue cuando dijo que esos animales eran las mascotas de los ángeles que cuidaban el bosque, para cuando dijo esto el resto de los cazadores había tomado asiento para oír el relato, la mujer siguió hablando.
— si quieren pueden preguntar en cualquiera de los cuatro pueblos cercanos— la señora dijo que todos los mercantes y caravanas rezaban para que esos ángeles los protegieran, pues si no se aparecían los ángeles por las noches, sus mascotas por el día protegían a todos los viajeros del bosque, ellos salvan gente de bandidos y truanes, es mas que en su pueblo los condenados a morir ahora los dejaban como sacrificio a las orillas del rio de donde desaparecen, que solo una mujer fue perdonada,  pues volvió del bosque ilesa, ella fue la única persona que había visto al ángel sin ser castigada, por eso ella se dedicaba ahora a ayudar en el orfanato.

Todos se quedaron viendo, la historia era muy interesante, abrieron el mapa y empezaron a deliberar en donde los podían encontrar, Shura estaba algo intrigado, alguna vez el menor de los Rosen le había dicho su lugar de origen y no estaba lejos de ese sitio en donde encontraban, de hecho estaba a unas horas, —este es el lugar de origen de los Rosen— señalo en el mapa, todos se lo quedaron viendo, ninguno de los presentes tenía idea, es mas hasta preguntaron para confirmar, el azabache asintió, —decidido iremos al sitio igual y ellos están ahí—
después de todo el relato y con la información de Shura, entre los presentes empezaron a pensar que posiblemente eran Afrodita y Albafica los ángeles pues sus caras bonitas podrían ayudar con las apariencias junto con otros dos monstruos.

Aioros pensó que seria mejor salir de noche, si cuidaban a los viajeros como decían las historias, a esas horas posiblemente, podrían toparse con ellos, dijo su plan al Adalid y el joven asintió.

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Dita estaba esa tarde jugando con Masky en las afueras del bosque, ambos en su estado lupino, lo hacían de ese modo para que al volver a la villa nadie los reconociera, A Death le perecía gracioso que la gente poco a poco fuera confiando en ellos, el siempre había visto a los humanos como desperdicio de aire, luego conoció a Helena, y su forma de pensar cambio. Pero cuando ella murió a manos de los vampiros, sentía que su alma jamas se recuperaría, pero la vida le dio una sorpresa, el día que conoció al rubio todo cambio, ahora se sentía afortunado, y su modo de ver las cosas había cambiado en su totalidad. — ¡te amo! — el lobo blanco oyó esas palabras en su mente y se cayó hasta de la roca en la que había subido, el lobo negro corrió a su lado, y se lanzó sobre el, para ayudarlo a levantarse, cuando eso sucedió. Vieron a una familia de mercaderes pasar, los dos lobos se acercaron a los peregrinos, los niños corrieron hacia el lobo blanco, abrazándolo y acariciándolo, un mes antes los habían conocido, en una noche lluviosa. Ambos los acompañaron hasta la salida del bosque.
Ya para la noche Shion y Fica llegaron al sitio, los dos lobos se transformaron, su hermano, les llevo ropa limpia,  —les toca la guardia de la noche— dijo sarcásticamente el menor, mientras se vestían, los dos vampiros rieron, — seguro— dijo Shion, ambos iban a regresar cuando Dita percibió un aroma conocido, Death también detecto aroma pero solo dijo que eran humanos, el rubio conocía esas esencias perfectamente, estuvo con ellos por muchos días, le dijo a Fica y a Shion que sus viejos colegas estaban cerca, los dos vampiros se pusieron a resguardo mientras que ambos lobos se desvistieron para poder escabullirse en la noche, no tenían intensión alguna de toparse con los cazadores, pues seguro seguirían intentando matarlos de algún modo o tal vez no, pero no lo averiguarían. 

De lejos los veían, Shion diviso a su hermano menor, sonrió, se veía tan bien, recordó su vida y sonrió una vez mas, igual y haría una visita al menor, pero seria cuando no estuvieran los demás cerca, sobre todo Dokho o Aioros, a quienes conocía y tenia claro que cumplirían con su deber. Además vio que los amigos de Mu se habían unido al grupo. Todo había cambiado desde la ultima vez que estuvo  en ese grupo y con justa razón, ya llevaba un  año desde su nueva vida y nada había sido igual desde su transformación.

Buenos días o noches aquí dejando una capitulo mas.

Jaguar de hojas. Cambio y fuera!