4. Una taza de té resuelve todo

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"Ella era una aventurera en el corazón; pero oh como amaba beber té de esta taza en esta silla

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"Ella era una aventurera en el corazón; pero oh como amaba beber té de esta taza en esta silla. Oh como ella amaba estar en casa."
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—Tranquila Nova, me queda muy bien la ropa—dice Piper entrando a la habitación, usando mi camiseta color salmón con mangas hasta los codos y unos pantalones cortos de algodón color crema—. Muchas gracias.

—De nada—dije terminando de acomodar unas almohadas en la colcha inflable colocada al lado de mi cama para Piper—. ¿Esto está bien?

—Está más que bien.

Sonreí y me senté en mi cama mirando a Piper. Está se sentó a mi lado y sonrió.

—¿Estás bien?

—Algo sobrecargada con unas situaciones—respondo jugando con el final de mi camiseta verde—. Nada complicado.

—¿Te gustaría hablar de ello?

Respiro hondo y miro el suelo. Siento que no debería contarle a Piper sobre mis pesadillas, pero por otro lado tengo el impulso de querer decírselo.

Bastion siempre me había dicho que desahogarte con un extraño era más liberador que desahogarte con un amigo tuyo. La razón era que a veces ya sabemos la respuesta que nos darán nuestros amigos, o tal vez ellos están hartos de tus problemas. Pero cuando se lo dices a un extraño, o un nuevo amigo, no sabes cuál será su opinión. Así que en cierta manera te quitas un peso de tus hombros.

Ahora entendía esto. Quería decírselo a Piper, quería una nueva opinión, sacarme este gran peso de mis hombros.

Así que asentí y me senté más en el centro de mi cama, Piper haciendo lo mismo. Quedamos una frente a la otra, con un pie o dos de distancia.

—Se que sonará raro para ti, pero desde que tengo recuerdo, siempre he tenido la misma pesadilla. Todas las noches, no importa lo que haga, no cambia. Es la misma pesadilla una y otra vez repitiéndose.

—Vale—dice Piper asintiendo tranquilamente—. ¿Qué sucede en la pesadilla?

—Estoy corriendo involuntariamente en un gran bosque. No sé la exacta razón por la que estoy corriendo, solo tengo el sentimiento de estar escapando de algo, alguien o algún lugar—respiro hondo, mirando mis manos—. Luego de un rato, notó como alguien me está persiguiendo, pero luego de mirar tras mi para ver quién me persigue por unos segundos, caigo por este inmenso precipicio. Algunas veces es eterno y otras dura solo un segundo. Pero nunca llegó al final, solo escucho al chico que me está persiguiendo gritar mi nombre como si su vida dependiera de ello.

Piper solo asentía y analizaba lo que le decía. Yo aún no levantaba mi vista completamente, y tampoco hacia contacto visual con la castaña.

—¿Conoces al chico?

La Hija del Caos • Nico di AngeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora