Peculiar

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Bucky llevaba aproximadamente 20 minutos en aquel restaurante, le había dado órdenes estrictas al mesero de qué hacer cuando cierta personita llegara.

—Mierda —Bucky revisaba su móvil por octava vez, Tony le había dicho que ya estaba cerca—, ¿en dónde estás que no llegas?

El mesero alzó la vista mientras pulía un tazón de ensalada y algunas copas, el hombre de traje y barba era el hombre que esperaba el Sr. Barnes. Sonrió cómplice, era la primera vez que haría algo como eso y le emocionaba.

—Lamento la tardanza cariño —Tony se sentó frente a su pareja y se quitó los lentes—, había algo de tráfico por un choque.
—Creí que no vendrías, ya iba a irme.
—James, no quiero discutir —Tony se sobó la sien—. Vengo estresado, sólo ordenemos y ya. Tengo hambre, no he podido comer nada en todo el día.
—Sí pero yo no tengo la culpa de tu malhumor —Espetó Bucky que ya de por sí estaba nervioso—, no te desquites conmigo.
—James, basta.

En ese momento el mesero carraspeó y les entregó el menú, recomendando los platillos más ricos. Tony ordenó "Costolette di tono" y una copa de vino, mientras que Bucky ordenó una sencilla lasaña y pidió un vaso de agua con algunas rodajas de limón y naranja. El mesero les llevó una canasta con pan y las respectivas bebidas.

Mientras esperaban, ninguno se dirigió la palabra. Tony se mantuvo atento al móvil y Bucky jugaba con el mantel, de vez en cuando sacaba el móvil para checar la hora.

—Aquí tienen —El joven colocó cada plato y se alejó—, cualquier cosa... Estoy a sus órdenes.

Comieron en silencio y Bucky de una vez ordenó dos rebanadas grandes de selva negra. El muchacho recogió los platos y cinco minutos después les llevó el postre con una gran sonrisa, moría por ver la reacción del hombre de barba.

—No quiero selva negra —Fue la cortante respuesta de Tony y alejó el plato.
—Come, está rico —Le dijo Bucky con paciencia—. Te va a gustar.
—Y yo ya te dije que no quiero.
—¡Joder Tony! —Bucky azotó las manos en la mesa llamando la atención de todos lod comensales— ¡Cómete el maldito pastel, tiene un maldito anillo dentro!
—¿Qué?
—¡Quiero casarme contigo, joder!

Tony aún aturdido, tomó el tenedor y pinchó el pastel. Un precioso anillo de brillantes resaltaba entre el café oscuro. Con la mano temblando lo tomó, el mesero se ofreció a limpiarlo y después volvió a entregarlo. Tony contemplaba el anillo con los ojos brillando.

—¿Y? —Bucky preguntó con la voz seria y sin mostrar ni una sonrisa— ¿Aceptas o me lo devuelves?
—James...
—Entiendo —Bucky siguió comiendo su pastel, Tony no quería casarse con él—. Date prisa a comer.
—¿Qué?
—Bien, no te lo comas.

Bucky le quitó el plato y se terminó ambas rebanadas. Pidió la cuenta, pagó y se puso de pie dejando a Tony dentro del restaurante.

—Disculpe señor —Tony alzó la vista hacia el joven mesero—, si realmente quiere casarse con él vaya tras él y dígaselo. Parece que no comprendió su silencio de sorpresa.
—Gra-gracias.

Tony sonrió y salió a toda prisa del restaurante.

Tony sonrió y salió a toda prisa del restaurante

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WinterIron.  Drabbles/One-Shots.Where stories live. Discover now