El viento helado de la noche acaricia su rostro como si intentara consolarle. Noches llenas de melancolía y días inexistentes, sólo eso hay. El mundo es gris. La vida es cruel y el tiempo ya no está con él. La esperanza murió el mismo día que él.
Suelta un suspiro antes de seguir dejando las lágrimas caer por sus mejillas hasta perderse en algún lugar del suelo. El dolor y la culpa lo están consumiendo en vida. Su cuerpo se contrae por el frío.
—¿Por qué no llegué antes?
Acaricia sus muñecas llenas de cicatrices, unas sanas y otras de hace apenas unas horas, rasca con sus uñas la sangre seca pegada a su maltratada piel. Siente una satisfacción al sentir el escozor de las heridas.
"No fue tu culpa..."
Se suelta en un desgarrador llanto, siente su garganta doler por el esfuerzo de contener las ganas de gritar. La ventisca va en aumento y la madrugada hace su aparición poco a poco. Lucha contra su cuerpo entumido por estar durante tanto tiempo en aquella posición sobre el suelo de la azotea.
—No merezco vivir, ¡no merezco vivir sin ti!
"¿Recuerdas cuánto me amas? ¿Siempre vas a amarme? ¿Me amas?"
No quiere decir su nombre, no lo ha hecho en mucho tiempo. No puede, no es digno de siquiera pensar en él. Su voz lo atormenta, su imagen lo persigue y él puede sentir un resquicio de felicidad.
"Yo gritaré por ti, yo lo haré por ti. Yo saltaré por ti, yo haré cualquier cosa por ti."
—Vuelve a mi lado, te lo suplico, ¡vuelve a mí!
Promesas que nunca se cumplirán, besos sin dar, abrazos sin disfrutar, sonrisas y momentos que no volverán. Todo lo está quebrando, se está quebrando como el hielo delgado que cubre el río ante los saltos dados por él. Ríe presa de la locura y la impotencia, cierra los ojos para recordar aquellos días con él a su lado. No puede soportarlo más, busca entre los bolsillos de su chamarra la cuchilla que ha guardado. Sus labios tiemblan y sus ojos duelen, palpitan. No importa cuánto tiempo llore, las lágrimas no se acaban.
"Abre los ojos, mírame. Estoy aquí, contigo. No lo hagas."
—No sin ti —No abre los ojos, no quiere verlo ahora—, no puedo más.
Jadea con dolor pero no le importa. Ama la sensación del frío de la cuchilla traspasar su piel, adora el aroma de su sangre derramándose. No puede más y un grito ahogado lleno de miseria se pierde en el cruel silencio de la madrugada. Con violencia corta su piel una y otra vez, necesita sentir dolor.
"Por favor, no lo hagas. Piensa en ti y en mí, juntos."
Sacude la cabeza intentando en vano deshacerse de la voz que con tanto amor le habla. Se ahoga entre su llanto, él ya no está. Él ya no puede sentir la nieve caer, ya no puede observar las luces de la ciudad. Ya no puede sentir el calor de su piel. Ya no puede ver el color de la vida.
—Te fuiste sin mí. Es mi turno.
Finalmente abre los ojos y se muerde con fuerza los labios porque frente a él, está sentado y lo observa con un triste vacío en los ojos, aquellos ojos que eran cálidos y brillantes. Le ruega con la mirada que se vaya, que no siga entorpeciendo sus intentos por descansar. Baja la mirada y se sube las mangas.
"No."
Observa su viva carne y con dos cortes paralelos en ambos brazos se suelta en risitas nerviosas. La sangre recorre con prisa todo lo que toca.
"No puedes."
Riendo acaricia la cicatriz a lo largo de su garganta, es momento de ser libre. Se pone de pie escuchando el crujir de algunas partes de su cuerpo y extiende sus brazos sangrantes a quien lo observa con el dolor en el rostro. Todo el dolor que siente dentro le taladra con ferocidad, todo ese dolor suplica por salir.
—Ven, ven por mí. Ya estoy listo para ti —Lo observa subirse a la barandilla de la azotea y no lo entiende—. ¿Qué haces? ¿Huyes de mí?
Camina en su dirección, anhela volver a sentirlo entre sus brazos. Necesita enmendar sus errores. Sin darse cuenta también está arriba, frente a frente. A sólo un paso de tocarlo.
"No saltes. No estoy allí para salvarte."
—Yo saltaré por ti ahora.
"No lo hagas. No quiero esto para ti."
—Lo hiciste por mí, te fuiste por mí. Es mi turno. No me detengas. No me quites la única manera de reunirnos..
"¿Me amas?"
—Te amo.
Y con una sonrisa, el fantasma de aquel joven da el paso, pero por supuesto que no cae.
"No saltes. No intentes tomar mi mano. No fue tu culpa."
El aire araña su piel y el escozor en sus heridas quema pero no tiene mucho tiempo para pensar en ello, es tal su necesidad por estrecharlo nuevamente entre sus brazos que se tira al vacío. Da una última carcajada llena de dolor.
Su cuerpo cae y rebota en un golpe seco contra el pavimento, no iba a permitirle sentir un dolor más a su amado. No podía continuar una vida sin él. No podía seguir sin James.
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WinterIron. Drabbles/One-Shots.
Fiksi PenggemarHistorias cortas publicadas en el grupo Winteriron Is Life sobre esta increíble pareja conformada por Anthony Edward Stark y James Buchanan "Bucky" Barnes. Mención de otras parejas Marvel. AU. OOC(?).