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Es raro. Todo es raro.

No se siente bien estando fuera de aquella cámara de criogenización. No se siente bien estando en el complejo de los Vengadores, el miedo de que en algún momento el soldado del invierno se haga presente lo atemoriza. Sus pesadillas no le dejan dormir más de una hora y el cansancio está haciendo mella en él. Nunca debió dejar Wakanda.

Se deshace del estrés y aleja el fantasma de su pasado concentrándose en entrenar durante las madrugadas en el gimnasio. Corre hasta el punto en que sus pulmones arden, la cabeza le palpita y las piernas no le responden. Es lo único que puede hacer. Es raro no tener el brazo de vibranium, se siente inútil cuando observa a los demás pero es por seguridad que decidió no conservarlo.

Suspira con cansancio, tristeza y ansiedad marcada en la cara. Observa fijamente su reflejo en el ventanal ajeno a la presencia que lleva un buen rato parada en la puerta.


***


Golpea la pared con el brazo magullándose en el acto los nudillos. Se odia, odia su vida y odia más el peso de sus recuerdos, de cada crimen que cometió.

―¿Se encuentra bien sargento? ―Pega un respingo al oír a Viernes― ¿Necesita que le hable al capitán?

Bucky se comporta como un gato ante una amenaza. Se encoge sobre sí mismo y observa a todos lados, ¿está siendo vigilado? Sonríe tristemente, ¿por qué no se había dado cuenta? ¡Era obvio! No pueden confiar en él, no pueden confiar en un maldito asesino.

***

Está hecho un ovillo en una esquina de la habitación, comienza a tener un ataque de ansiedad. Respira con dificultad porque siente que el aire no quiere entrar a sus pulmones. Hiperventila y los ojos se le ponen vidriosos. Siente que no puede moverse y en ese estado pasa la noche en vela hasta que el cansancio lo absorbe por completo y se queda dormido en el suelo alfombrado.

La luz le da en el rostro y despierta poco a poco, tiene un edredón puesto encima y las cortinas están atadas dejándole ver el hermoso cielo azul salpicado de nubes blancas pero no deja de pensar en cómo despertó así, ¿tal vez jaló el edredón y no lo recuerda?

―Viernes...
―¿Sí sargento? ¿Necesita algo?
―¿En dónde están?
―No hay nadie en el complejo, sargento. Sólo usted y yo.
―Gracias.

James se da un largo baño y sale rumbo a la cocina, no ha comido en dos días y su estómago necesita alimento. Se sorprende al ver sobre la meseta de la cocina una charola con huevos, tocino, hotcakes y fruta.

―Que disfrute el desayuno, Sargento ―James sonríe porque Viernes suena como una mujer riéndose.

De verdad que está hambriento, devora todo en menos de quince minutos y se siente satisfecho pero necesita algo de café. Toma la primer taza que encuentra y la jarra de la cafetera para de nuevo, ir a su encierro.

***

Tener que fingir frente a Steve que todo va bien es agotador, las sonrisas y las miradas de aliento que él interpreta como lástima le hacen sentir miserable. Ellos van a misiones, él no. Él debe quedarse encerrado, sabe que no es una buena persona y en cualquier momento puede aparecer. Su única compañía y con quien habla de repente es Viernes, ella no lo juzga y le responde con sinceridad.

―Acaban de irse sargento, ya es seguro salir.
―Gracias Vi.

No sale hasta entrada la noche y observar el complejo en total oscuridad le reconforta. Suspira, quiere salir a dar una vuelta pero tiene miedo y se deja caer en el sofá. Da un respingo al oír un quejido.

―¿Podrías, por favor, fijarte si hay alguien más descansando antes de dejarte caer? No eres una pluma.

James no responde, porque es la primera vez en mucho tiempo que está frente a Tony.

―Sin remordimientos, sargento ―Los ojos brillantes de Tony le observan fijamente y él es incapaz de musitar algo―. Oye, ¿quieres dar un paseo? No es necesario hablar, sólo caminar.

Tony se levanta sin decirle algo más y James con prisa le alcanza. Respira con gozo el aire libre y siente ganas de correr y tirarse al pasto pero no lo hace, no puede. Observa a Tony quitarse los zapatos y disfrutar del contacto del pasto con sus pies. James lo imita y sonríe. Es gratificante sentirse así de libre.

Caminan por los alrededores del complejo, descalzos y disfrutando la brizna primaveral de las noches. No sabe cómo es que ha terminado sobre el pasto con Tony Stark a su lado contemplando el cielo estrellado, escuchando a los grillos cantar y el bailotear de las hojas de los frondosos árboles.

―¿Puedo preguntarte algo? ―La pregunta lo toma por sorpresa y se pone a la defensiva, se tensa y Tony lo nota― No pienso hacerte nada, no te culpo por nada. Ya no lo hago más. Tú no sabías lo que hacías... No te culpes más. No te niegues a tener una nueva vida y ser feliz.

Tony se pone de pie y le sonríe. James no puede decirle nada, no sabe cómo reaccionar así que sólo se limita a observar la figura del ingeniero perderse hasta entrar al complejo. Y James disfruta lo cómodo que se sintió y aún se siente.

***

Los ataques de ansiedad y las pesadillas no lo abandonan, Viernes ha comenzado a ayudarlo guiándolo en sus respiraciones y haciendo conversación de cualquier tema para calmarlo.

Ha comenzado a salir a la hora del desayuno y se ha topado a los demás inquilinos pero no ha vuelto a ver a Tony. Entrena con Steve y reta a Sam en la caminadora. Su risa aún suena algo oxidada pero su mente se lo ha agradecido. Ha tenido muy buenas conversaciones con Natasha y Rhodey. Pero la buena racha se termina al llegar la noche porque no hay nada que lo distraiga de sus miedos y sus culpabilidades infundadas.

―¿Viernes?
―¿Sí, sargento?
―Tony... ¿Qué ha hecho?
―Si quiere saber, está entrando justo ahora...

Sale de su habitación y camina con precaución, llega a la sala principal sólo para toparse con una escena triste. Tony está tan borracho que apenas puede mantenerse en pie, se tambalea mientras ríe y cae de bruces al suelo de mármol antes de ponerse a llorar. James lo comprende, Tony también sufre. No sabe bien cómo intervenir y sólo atina a hacer lo mismo que le gustaría que alguien hiciera con él. Se arrodilla ante él para atraerlo y darle un abrazo, puede sentir su dolor y no lo culpa, él también ha pasado por muchas cosas. Una de ellas, causada por él mismo: porque mató a Howard y a María. Tony se aferra a él lo más que puede y llora, llora sin control. James acaricia su espalda y deja que le empape la playera, es lo mínimo que puede hacer.

―Lo siento, no puedo seguir... siendo perfecto ―Tony habla sobre su pecho―. No puedo seguir con todo esto. No así...
―Tony...
―Dicen que soy malo, que sólo cometo error tras error ¿y sabes...? ¿Sabes...? Creo que tienen razón. No soy nada. No soy nadie y hiero a las personas...

No responde porque comprende a lo que se refiere. Deja a Tony recostado en el sofá para luego ir hacia la cocina. Le prepara un viejo brebaje que aprendió en sus años en el ejército para bajar la borrachera y funciona, deja a Tony sobrio en poco tiempo.

―Vamos a caminar, quiero despejarme un rato.

James no espera la respuesta de Tony que se muestra bastante avergonzado ante tal falta de control. Tomándolo de la muñeca lo arrastra hacia el jardín. El toque les hace jadear y con la mirada se preguntan si sintieron aquello pero deciden no tomarle importancia y caminan por bastante rato. Tony lo conduce entre arbustos hasta una pequeña banca escondida.

No hay nada qué decir, se sientan y el silencio es bonito. Sonríen perdidos en sus pensamientos. Las almas heridas pueden convivir muy bien.

***

Tienen paseos nocturnos dos veces a la semana, no hablan sólo recorren el jardín y después van a sentarse en la banca o a tirarse en el pasto. No necesitan más.

Ahora ante cualquier ataque de ansiedad que James tiene, es Tony quien acude y le sostiene, le tranquiliza y le hace reír con sus ocurrencias. Cuando Tony llega borracho, va directo a la habitación de James para jalarlo a la cocina y hacer que le prepare aquella mezcla rara de cosas que le hacen sentir mejor.

***

―El señor Stark acaba de llegar, sargento.
―¡Gracias!

Baja rápidamente, hoy es noche de paseo pero el atisbo de sonrisa se le congela ante la escena que sucede frente a él. Steve tiene las manos sobre el rostro de Tony, sus dedos acariciando los pómulos del ingeniero.

―¿Cuánto tiempo seguiremos así?
―No sé a qué te refieres.
―¿Podemos volver a nuestra relación? ¿Por favor? Vamos Shellhead, me haces falta.
―¡Mierda Steve! ¡No es fácil!

James siente un ligero tic debajo del ojo, sólo sube la capucha de su sudadera y pasa frente a ellos directo a la salida.

―¿Bucky?
―Hey, Punk.
―¿Piensas salir?
―La noche es bella, iré a dar una vuelta.
―¿Necesitas comp-
―No. Gracias.

No fue su intención sonar tan cortante con su amigo pero la molestia no es fácil de tragar. Camina furiosamente hasta abandonar la propiedad, su cuerpo quema, se siente un poco traicionado, llegó a creer que era algo especial. Y ante tal revelación se para de golpe, ¿desde cuándo ha tenido este sentimiento de pertenencia? Alza la vista al cielo y sonríe, pensando en que fue grato volver a sentirse así.

***

Hace dos semanas que no sabe nada de Tony pero no se mortifica, por supuesto que quiere verlo pero también sabe que la dependencia no es una cosa buena. Ha acompañado a los chicos fuera del complejo. Incluso se ha aventurado a ir al cine, le gusta mucho lo tranquilo que es durante las funciones de la noche.

Tiene una rutina, entrena desde las seis de la mañana, desayuna con todos, vuelve a entrenar con Steve y Sam, acompaña a Rhodey por la comida y a partir de las seis de la tarde va al cine. Disfruta caminar todo el gran tramo desde el complejo hasta la parada del autobús más cercano. Sus episodios de pesadillas desaparecen por días pero cuando regresan son... un caos. Ha perdido la cuenta de cuántas veces ha pedido a Viernes que le ayude a cambiar los espejos rotos.

―Sargento, el señor Stark viene hacia su habitación.

James arruga el ceño, una mezcla de emociones se arremolinan en su pecho cuando Tony sin tocar entra a su habitación. Está borracho y golpeado.

―¿Qué te pasó?
―¿Esa es la bienvenida que me das después de estar dos semanas en misiones?
―Oh, yo no lo sabía.

Le hace tomar un baño, le prepara una jarra de café cargado y le cura los golpes. Es increíble que a pesar de estar dolorido y apestando a sudor y sangre seca se haya atrevido a beber de aquella forma pero sabe porqué lo hizo. Acaricia sus húmedos cabellos mientras le observa dormitar.

―Debo decirte algo ―Tony se incorpora y sus miradas están a la par, James pasa saliva con dificultad―, creo que me... gustas. O algo así.

Los dos se quedan en silencio y es la primera vez en casi seis meses en que un silencio incómodo los envuelve. James no termina de digerir lo que Tony acaba de confesarle. Su mente está en blanco.

***

Son las cuatro de la tarde y James mordisquea una ciruela mientras termina un capítulo de Friends, es una serie que Natasha le ha recomendado y le entretiene bastante. Escucha la puerta abrirse pero piensa que tal vez es Sam con Rhodey y la comida china.

―¡Ya sé que no soy tan guapo, Pepper!

Es Tony espetándole aquello a Pepper entre risas y James responde sin pensar.

—En realidad sí eres muy guapo.

La voz de Bucky hizo eco en el lugar, Tony se le quedó viendo fijamente con un leve sonrojo en las mejillas. Pepper soltó una risita, palmeó la espalda de su amigo y se perdió por los pasillos rumbo al taller de éste. Bucky al darse cuenta de lo que había dicho alzó la vista hacia Tony y se sonrojó salvajemente. Ambos parecían unos tomates.

—Eh... lo siento —Se disculpó pero Tony no le quitaba la mirada de encima.
―¿Puedo tomar eso como una respuesta recíproca ante lo que te dije la semana pasada?

James asiente y Tony le sonríe. Hoy es noche de paseo y ¿quién sabe? Tal vez el inicio de una pareja que puede curarse las heridas con amor.

WinterIron.  Drabbles/One-Shots.Where stories live. Discover now