Capítulo 8

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La puerta del despacho se abrió dejando ver el rostro de un inocente Zayn, al menos eso es lo que intentaba aparentar. Rodó los ojos, sabía que nada bueno podía provenir de aquello.

Fingió seguir concentrado en los ensayos y pensó en lo duro que estaba actuado con su amigo últimamente. Había optado por aquella distante actitud desde su ebria visita al trabajo de Harry, hace dos semanas atrás. 

Estaba siendo un crío y lo sabía, pero por algún motivo enojarse con Zayn le hacia sentirse menos culpable e idiota. 

-         Hola –canturreó alegre con una bolsa de un conocido negocio de comidas rápidas y dos vasos de gaseosa en sus manos-. Te he traído el almuerzo.

No lo miró, pero supo que sonreía achinando los ojos y elevando sus hombros. Era la misma sonrisa que utilizaba con su madre para hacerle algún descarado pedido.

-         ¿Intentas disculparte?

Zayn tomó asiento y dejó la comida sobre el escritorio.

-         Me pondré de rodillas si lo pides.

Oh mierda, no venía a disculparse. Zayn nunca lo hacía y en caso de hacerlo seguía siendo el mismo idiota arrogante de siempre. Jamás acudía al ruego, al menos que en verdad deseara algo.

-         La respuesta es no, Malik.

-         Tiene doble queso y grasosas papas crujientes –alentó, acercando el alimento hacia él.

Maldijo dejando a un lado el trabajo que sostenía en sus manos, un prolijo Styles podía leerse en la parte superior. Se sorprendió a sí mismo al notar que ya no sentía enojo y nerviosismo al leer su nombre.

Algo se removía en él, pero no conocía el nombre de aquel sentimiento y había aprendido a ignorarlo durante sus clases. Por suerte era el único lugar en el que debía ver a Harry. 

Y eso sucedía si se tomaba el descuido de observar el área en la que el rizado se encontraba.

Se sentía bien consigo mismo, era un gran paso. Podía hacer alarde de un gran buen humor y no deseaba estropear aquello por... ¿Qué era lo que sentía por Harry? En fin, lo que eso fuera.

-         ¿Qué es lo que pretendes? –demandó, devorando la hamburguesa entre sus manos, sin molestarse en tragar antes de hablar.

-         Salir esta noche –contestó frunciendo el ceño con asco.

-         ¿Temes perderte sin mí?

Zayn se acomodó en su asiento. Sabía que deseaba insultarlo, pero no lo haría para hacer un buen papel. Adoraba ver a su amigo sumiso.

-         Te necesito allí.

-         Eso es interesante. No iré si no escupes lo que sea que tengas dentro.

Lo escuchó gruñir mientras el vaso sobre su boca le impedía verlo a la cara. Juraba que Zayn acababa de agredirlo detrás de su escondite, con una fea mirada de por medio.

Luego sus manos se entrelazaron sobre el escritorio y jugó con ellas. Zayn estaba nervioso y aquello era todo un espectáculo. 

-         He conocido a alguien –asintió, no necesitaba saber eso. En defensa de Zayn, sabía que jamás lo hubiese abandonado si no se trataba de alguien importante para él-. Mencionó que trabaja en un bar y deseo ir a verlo, pero no quiero llegar solo. 

-         ¿Es lindo?

-         ¡Louis! –se quejó, sin contener su impulso de golpearlo por sobre la mesa-. Lo es, parece un ángel salido de un cuento de navidad, su piel es porcelana y su sonri... Espera, ¿irás o no?

Había dejando su comida a la mitad. Zayn hablaba mientras sonreía y movía su cuerpo ansioso, era la escena más asquerosa que había visto. 

Rio sin control por el fuerte rubor en el rostro del enamorado chico.

-         Iré a conocer a tu pequeño muñequito de nieve. Haría cualquier cosa por verte avergonzado, Malik.

Rio nuevamente hasta que el envoltorio de la comida chocó contra su rostro.

Zayn no mentía, el chico era un completo encanto. Reía sin parar y no sólo su sonrisa era increíble, sino que también lo eran sus ojos. Supo que se llamaba Niall y venía de Irlanda, luego se vio excluido de la conversación. 

En su lugar, se dedicó a observar la forma en que el rubio servía tragos sin quitar la vista de su amigo.

El problema era que fue llevado hasta allí para ser completamente dejado de lado. Zayn no lo necesitaba para brindarle apoyo y él ahora podría estar en su casa, más precisamente durmiendo en su cama. 

No tardó en insultar a Zayn vía mensaje de texto. Luego se alejo sin la necesidad de una excusa, fue completamente ignorado por el par de empalagosos enamorados. 

Se retiró del lugar pensando en dirigirse a la plaza que divisó unas dos cuadras antes del bar. No pensaba pagar un taxi, volvería con su amigo como habían acordado y se lo hizo saber en un nuevo mensaje.

Quería vomitar y estaba seguro que su único vaso de cerveza no era la razón.

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Perdón por el aburrido y corto capítulo. Gracias a quienes leen y comentan siempre, sigo subiendo gracias a ellas, por lo cual es muy especial para mí leerlas =) 


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