Capítulo 4

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Siempre había sido una persona caritativa y protectora, desde pequeño él aspiraba al bien de los demás. Si uno de sus vecinos se hallaba en su casa, él le prestaba sus mejores juguetes.

Pensó incluso en aquella vez que le otorgó su helado recién comprado, el último de frutilla, a una niña en plena rabieta por no conseguir aquel sabor.

Sus intenciones de ayudar aumentaban, sobre todo, cuando detectaba que la persona en cuestión era inofensiva y se hallaba indefensa o en desigualdad de condiciones.

Harry es inofensivo y parece indefenso. Y eso es lo que él siente por Harry, puros instintos de protección. Ni un sentimiento más ni uno menos. Él no se sentía atraído y tampoco corría el riesgo de enamorarse de Harry. ¡Siquiera lo conocía en profundidad! Aquello era un sinsentido. 

Hizo una lista, de hecho, con las razones por las que necesitaba ayudar a Harry (y no sentía nada por él): Es joven, ingenuo, corre peligro, es lindo, arriesgado, tiene hoyuelos, probablemente se siente perdido, sus labios son rojos, no se anima a pedir ayuda, sus ojos son de un brillante color verde, está asustado, porta suaves y desordenados rizos, es vulnerable, tiene una risa encantadora, toma malas decisiones o no puede decidir otra cosa, es dulce, es inteligente y de buen corazón, merece ser feliz. 

Él realmente necesitaba centrarse en la mitad correcta de la lista. Estaba en eso cuando un solitario Harry ingresó en la cafetería. Cargaba una mochila en su hombro derecho y tarareaba una lenta melodía.

Lo vio comprar una botella de agua, coger una manzana de entre sus cosas y sentarse en una de las mesas laterales del lugar.

Louis agradeció la poca cantidad de gente allí presente. 

Hizo un bollo con la pequeña lista y la hundió en el bolsillo más próximo de su maletín. Caminó hacia él mientras se juraba que era una persona segura y poco perturbable.

-         Hola –saludó, ganándose la atención de Harry, quien alejó la manzana de su boca.

-         Hola –respondió con confusión reflejada en su mirada.

-         ¿Puedo? –murmuró señalado la silla frente a él. Harry asintió e hizo a un lado sus pertenencias-. Gracias. ¿Cómo estás?

Su rostro palideció inmediatamente luego de hacer la pregunta. Harry bebió un trago de agua, probablemente para deshacerse del trozo de manzana con el cuál se había atragantado.

-         Uhm, bien –balbuceó inseguro. Su lista no era tan mala después de todo-. ¿Hay algo mal? Quiero decir.. ¿Hubo un problema? En mi ensayo, quizá –tartamudeó, sin quitar la vista de él.

-         Oh no, no –"soy seguro", se repitió-. Yo sólo, ya sabes –"seguro y protector", reafirmó-. Yo...

-         Deténgase –pidió Harry interrumpiéndolo. Cerró su boca, no muy seguro si por el pedido o por el trato. No debía tratarlo de usted, eso no sonaba bien-. Entiendo lo que está haciendo y en verdad no hace falta. Podemos ahorrarnos esto, no es necesario, sólo ignore lo sucedido –tomó sus cosas y se puso de pie-. Hasta luego.

Lo vio alejarse a paso rápido. Sostenía ambos alimentos con su mano izquierda mientras desordenaba su cabello con la derecha. Miró a sus puños abiertos, él jamás podría hacer eso con una sola mano. 

Acababa de descubrir que Harry tampoco sabía aceptar ayuda. Y que él mismo no era seguro. 

Agregaría eso último a su lista.

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Hola! Siento que hablo sola haciendo estos comentarios, y sinceramente no creo tener que hacerlos porque, bueno, ¿A quién le importa? Sólo quería aclarar, por si alguien esta leyendo esta historia, que el capítulo es asqueroso y corto, lo se, y el motivo de eso es que estoy pensando en borrar la historia y subirla cuando me sienta "bien" con ella, si es que ese momento llega. En fin, nada más quería aclararlo por si a alguien aquí le interesaba. 

=) 


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