Jungkook a muy corta edad había aprendido a ser independiente, cuando sus padres viajaban por motivos de trabajo, él era quien se debía de quedar en casa solo; no le molestaba ser el único en su hogar, porque aquellos días podía ir a pasar en la casa de la linda señora Kim y su hijo. Amaba aquel tiempo, donde los sentimientos no interferían entre ellos.
Donde podía reír sin sentir un zoológico en su interior, o llorar porque estar para siempre junto a TaeHyung sonaba tan imposible.
Siempre pensaba cada cosa que hacía, analizando uno a uno los pasos a ejecutar, jamás salía con las dudas carcomiéndolo, eso no era parte de su naturaleza; su madre le había inculcado muy buenas cualidades y valores, enseñándole a ser un hombre de bien, alguien razonable e inteligente.
Sin embargo, aprovechando la ausencia de sus padres y el corazón roto debido a las miles de emociones que vivió en menos de 24 horas, se encontraba dentro de un bar de mala muerte, restregándose contra una mujer que ni sabía cómo se llamaba. Suspiró profundo, tratando de matar los insanos pensamientos que se apoderaban de él al recordar la declaración hecha por el amor de su vida, dolido por el hecho de no ser correspondido y desplazado para siempre ser el hermano menor.
¿Acaso estaba destinado a quedarse solo durante toda su vida? Aquella opción parecía ser real, ya que Jungkook no amaría a nadie más después de Kim TaeHyung.
"Me gusta Yoongi..."
La voz del castaño resonó en su cabeza, mandándole un pinchazo doloroso al pecho; chasqueó la lengua, apartando a la morena de su cuerpo, no iba a acostarse con ella ni mucho menos a dejarse tocar. Jungkook se había estado guardando para TaeHyung, pero en ese mismo instante, ¿qué más daba? Esperar por una persona que amaba a otro hombre era sencillamente estúpido, él no se merecía ese dolor, nunca hizo algo que lastimara al castaño y lo único que recibió a cambio fue el cariño que se le otorgaba a un hermano.
¿Las señales que enviaba no eran claras? ¿TaeHyung sabría de sus sentimientos pero prefería ignorarlos antes que rechazarlo?
Atormentarse más sólo lograba que su corazón ardiera, las lágrimas se acumulaban en sus ojos y quería evitar volver a llorar a toda costa, no otra vez. Rendido ante las caricias que le proporcionaba aquella mujer, dejó que su cuerpo alcoholizado entrara a un cuarto que tenía marcado un letrero de disponible; daba igual si amaba a otra persona, al menos su cabeza se mantendría ocupada mientras su corazón caía en pedazos, los cuales probablemente nunca pudieran volver a pegarse.
Al carajo TaeHyung y su amor por Min Yoongi.
La rubia lo besó, sus manos recorrieron el cuerpo del azabache y Jungkook sólo pudo cerrar los ojos, tratando de olvidar el sentimiento de culpa que agrietaba su interior.
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Si TaeHyung hubiese cerrado sus ojos al escuchar unos extraños ruidos en las afueras de su casa, lo más seguro es que el azabache se hubiera aparecido en su pórtico con un montón de lágrimas rodando por sus mejillas. Pero para suerte de él, su mayor no había podido dormir bien después de la gran mentira que había pronunciado frente al joven Jeon.
TaeHyung no era de los que mentía, menos cuando su propio rostro lo delataba ante la más mínima cosa que no fuera verdad; además, era un completo inútil para tratar de esconder las emociones que le atacaban, su ceño se fruncía, un puchero se formaba y sus ojos brillaban, pequeñas acciones que lo dejaban al descubierto.
Y se tenía que ser un idiota para no darse cuenta de aquello.
TaeHyung era más transparente que el agua de las Islas Galápagos y vaya que ese lugar turístico era como un espejo.
Bajando las escaleras con sumo cuidado (rogando que su madre no despertara aún), abrió la puerta, sorprendido del estado en el que se encontraba su vecino, completamente irreconocible como él cuando miró por primera vez la muerte de Gleen en The Walking Dead.
Era su personaje favorito, dios.
Por otro lado, Jungkook sorbió su nariz, olvidando por un segundo todos los conflictos sentimentales a los que se vio obligado a vivir, para saltar a los brazos del castaño, queriendo sentirse al menos un poco amado. Queriendo ser correspondido aunque sea un amor de hermanos.
Puedo soportarlo más, lo sé.
TaeHyung maneobró para agarrarlo, afianzando sus manos en la cintura pequeña del ébano; su vecino olía como un borracho en última fase, destilaba un molesto aroma a cerveza y cigarro (algo realmente extraño en él), añadiendo que su ropa estaba en muy mal estado, parecía incluso que había salido de algún motel cualquiera.
No obstante, la sola idea de pensar que Jungkook se había entregado a alguien más, lograba aplastar a su frágil corazón.
—Jungkookie— Lo llamó, besando suavemente la nariz de su pequeño, frunciendo el ceño, no pasando por desapercibido el detalle de los ojos acuosos del menor—. ¿Quieres dormir conmigo? —preguntó, sonriendo dulcemente.
El pelinegro lo miró unos segundos, su cabeza dando vueltas; un asentimiento leve bastó para que TaeHyung lo cogiera en brazos y empezara a caminar rumbo a su dormitorio, tratando de no chocar la cabeza de Jungkook contra alguna de las paredes de su casa.
Podría pasarle como en la película de "Luna de miel en familia", definitivamente no dejaría que su bebé se golpeara de forma tan negligente. Su deber era cuidarlo y amarlo desde lejos.
También era imposible negar haber estado preocupado al verlo llegar con kilos de alcohol en el sistema, agradeciendo mentalmente que los padres del menor estuvieran en un viaje de negocios; deslizó su mirada por el cuello de Jungkook, sintiendo su corazón partirse en pedazos al notar las pequeñas marcas rojizas que se perdían dentro de la camisa blanca que cargaba.
Las lágrimas se acumularon en sus ojos, tragando grueso al ser consciente de que el cuello blanquecino de Jeon no era lo único marcado, muchas más marcas se perdían en el interior de su ropa y TaeHyung no quería imaginarse nada de aquello.
La primera lágrima se deslizó por su mejilla, y con suma delicadeza recostó a su vecino en la amplia cama que había en su habitación.
¿Cuándo llegó? Ni él mismo lo sabía, sus pensamientos parecieron paralizarse hace algunos minutos atrás.
Tuvo una noche de libertinaje y tú preocupándote en exceso, eres un tonto, TaeHyung.
Su mente le jugó de manera cruel, recordándole lo que tanto dolor le causaba.
TaeHyung sintió sus mejillas humedecerse rápidamente, los latidos en su pecho empezaban a quitarle el respirar, imaginar que su amor platónico de años había experimentado ya una sesión a la adultez, lo destrozaba cual Konoha con la llegada de Pain. Y tal vez, sólo tal vez, la culpa era suya.
Porque no pudo ser valiente y perdió lo que más amaba.
Hundiéndose al lado del cuerpo desmayado (por exceso de alcohol) de su vecino, abrazó la pequeña almohada tipo Stich que reposaba en una esquina, dejando que ésta fuera testigo de su llanto controlado y corazón despedazado.
¿Por qué amarlo dolía tanto?
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blastyk- #spammasivo
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Two idiots in love ✦ TaeKook
Fanfic❝Ellos eran dos idiotas enamorados que se lastimaban en el proceso❞ ⊱⋅ ──────────── ✦ Copyright © 2017 SHXGLITTER- Esta historia se encuentra registrada en Safe Creative bajo el código: 1711024726416. Todos los derechos reservados. Premios/ Mencion...