Capítulo #O15

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Jungkook arrastraba al mayor, sus manos aferrándose de manera delicada a la muñeca del castaño, distando mucho de la seriedad que los envolvía en eso momento; estaba sobrepasado, cansado, dolido y pese a eso, sabía que debía cortar con todo desde la raíz.

Quizá lo mejor era confesar sus sentimientos y aceptar el rechazo de frente, sin embargo, ¿las cosas volverían a ser como antes?

No quería lástima, ni mucho menos una mirada de pena que le dijera en la cara lo iluso que había sido todos esos años.

Primero muerto a pasar por todo eso.

Se detuvieron en los pasillos de primer año, completamente vacíos gracias a que las clases ya habían iniciado, el pelinegro tenía química y su clase estaría a esa hora en el laboratorio. TaeHyung arrugó su nariz, esperando a que Jungkook dijese algo mas al no ver siquiera una pizca de intención en el azabache, decidió hablar.

—Jungkookie...— Lo llamó, los orbes oscuros se fijaron en él. Tan fríos, tan opacos—. Yo, hum, ¿por qué me estás ignorando?

TaeHyung fue directo, estaba listo para ser valiente porque las palabras de su madre no quedarían sólo vagando en su cabeza; él daría todo de sí para ser correspondido, iba a ser sincero por primera vez en su vida.

— ¿Ignorándote? —preguntó confuso, su ceño frunciéndose notablemente—. ¿De qué estás hablando?

El castaño tembló nervioso, ¿por qué el aire le faltaba de repente?

— ¡Sí! —alzó la voz un poco—. ¡Jungkookie, si hice algo mal, dímelo!

—No hiciste nada malo.

Sólo te besaste con ese imbécil y me rompiste el corazón en millones de pedazos, nada más, Hyung.

—Entonces...— TaeHyung dio unos pasos hacia al frente, Jungkook enarcó una ceja ante la expresión desconcertada que le brindó—, ¿por qué me ignorabas? ¿De verdad no hice nada malo? Kookie, si te lastimé de alguna manera, creéme, no fue mi intención.

Y era verdad, TaeHyung jamás buscaría dañar a una de las personas que más amaba.

—No te ignoraba, Hyung.

Lo dijo de forma tan neutra que el mayor se sintió a punto de explotar. ¿Jungkook estaba jugando con él?

— ¡Sí lo hacías! —chilló, sus ojitos empezando a aguarse—. Jungkook, ¿qué pasó? No contestabas mis llamadas, ni leíste los mensajes que te envié aquel día y los siguientes.

—Estaba ocupado—confesó.

Ocupado llorando en mi oscura habitación, já.

—No mientas, no lo hagas— TaeHyung agarró los brazos del menor, zarandeándolo un poco. Jeon se crispó ante el toque, sus sentimientos siendo superados ante el más mínimo roce con su vecino. ¿Acaso era tan débil? —. Llevamos años siendo amigos, ¡¿por qué quieres destruir eso?!

Volvió a la realidad, pestañeando frente al mayor, siendo consciente de la última frase que gritó el castaño.

Amigos.

Esa palabra lograba profundizar la herida que se encontraba aún abierta en el ébano.

Quiso reír, llorar, gritar.

—No quiero destruir nada, Hyung— Jungkook suspiró, deteniendo las manos del castaño que habían empezado a golpear su torso—. Escucha, Tae... Yo he estado conociendo a una persona.

Bien, Jungkook, miente.

El mayor se alejó de golpe, su pecho ardiendo ante lo dicho por el menor.

— ¿Qué?

—Estoy conociendo a una... chica.

— ¿Chica? Con eso no se juega, Kookie.

—No estoy jugando, Tae. ¿Sabes? Los hombres salimos con mujeres, es la ley de la vida, o eso es lo que escuché. En fin, estoy en una edad en la que necesito tener experiencias y todas esas cosas que los adolescentes hacen hoy en día.

—Pero...— TaeHyung rió, pasando una mano por su cabello, despeinándose. Los ojos le picaban—, Jungkook, podríamos haber hablado de eso nosotros, ¿acaso no confías en mí?

Confío pero duele demasiado.

—No es eso, Hyung.

—No respondiste mi pregunta, Jungkook. ¿Acaso en Jimin sí confías?

El pelinegro elevó una ceja, la mención de su mejor amigo estaba fuera de lugar en esa conversación, al menos para él.

¿Por qué TaeHyung lo metía en la discusión?

— ¿Qué tiene que ver ChimChim en esto?

— ¿ChimChim? Hasta un jodido apodo tiene— La voz del castaño empezó a temblar, amaba tanto a Jungkook que sus palabras lograban desestabilizar por completo a su persona—. Dime, ¿no soy suficiente para ti? ¿Jamás confiaste en mí? Jungkook, ¿por qué Jimin pudo ayudarte y yo no?

El joven Kim retrocedió, hastiado de todo, lleno de pensamientos negativos que le provocaban náuseas.

—Hyung... TaeHyung, tranquilízate— Trataba de tocar al morocho, aunque éste lo alejaba con manotazos—. ¡Para, ¿sí?! ¡Deja los jodidos berrinches!

Jungkook había explotado, su enojo emergiendo al ser consciente de que el castaño podía jugar con sus sentimientos cuando quisiera. Y eso lo molestaba demasiado.

Si sigues así, pensaré que en verdad te importo, TaeHyung.

Las lágrimas empezaron a deslizarse por las mejillas del mayor, sus manos temblaron y trataba con todas sus fuerzas de no romper en llanto (pese a que se encontraba derramando líquido cristalino sin darse cuenta), evitó la mirada del pelinegro. Rechazo. Sentía los estragos del rechazo comenzar a hundirlo.

Jungkook se percató de su error al ver el rostro enrojecido de su amor, ¿él lo había herido?

—TaeHyung.

—Lo siento...— TaeHyung retrocedió cuando el menor dio unos pasos hacia adelante, sus manos engulléndose en el borde de su camisa—. Kook...—sacudió la cabeza, sonriendo falsamente—, no, Jungkook, lo siento tanto.

¿Qué?

—No, Tae...

—No volveré a molestarte, ¿sí? — Kim mordió su labio, mirándolo con los ojos vacíos. Sin vida, sin emoción—. Lo siento.

E incluso antes de que Jungkook pudiese remediar su error, TaeHyung emprendió carrera a un lugar desconocido, queriendo alejarse del menor, deseando hundirse en un hueco que lograra eliminar todo el dolor que su corazón sentía en ese instante.

Porque ser valiente parecía una idea tan lejana, su madre estaría decepcionada si hubiera visto aquella escena y definitivamente, TaeHyung llegó a su límite.

Por otro lado, Jungkook empuñó sus manos, dando un golpe en seco contra la pared, su mandíbula tensa. Quería llorar.

—Mierda... Eres un imbécil, Jeon Jungkook.


Two idiots in love ✦ TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora