7

302 32 0
                                    

Arropaba a Samantha con ternura. Eran más de las doce de la noche y ella debía dormir tranquilamente entre las sabanitas de su corral.

Observé a mi pequeña y me dediqué a sonreír con cierta melancolía, sus rasgos eran idénticos a los de él y no podía ocultarse dicho hecho. Después de todo era su hija.

Suspiro con pesar y me recargo en el barandal del corral apreciando con más detalle a mi bebé. Toda ella era perfecta y no podía negarlo, su llegaba fue imprevista pero nunca una desgracia, su llegaba trajo consigo llantos y sonrisas, ella era mi Sol.

De pronto, la vibración de mi móvil me anuncia la llegada de un mensaje de texto. Me alarmo y desvío la mirada hacia mí chaqueta de mezclilla y del bolso derecho saco mi móvil.

Abro la tapa de este y como era obvio, me notifica la llegada de un mensaje de texto. Oprimo el botón que me llevaría a leerlo y tras esto me deja leer un largo mensaje de texto:

Hoy resulta ser una Navidad un tanto aburrida y vacía sin ti. Tom y yo te extrañamos, incluso mamá. Todo extrañamos a Gordon y a ti.

Sé que es ya tarde y que posiblemente no respondas mi mensaje después de lo ocurrido la última vez, pero por favor, deseo que me escuches con atención todo lo que tengo que decirte y pedirte disculpas por todo. He sido un cobarde contigo y no me he permitido solventar todo el daño que he provocado.

Pero de verdad quiero enmendar el daño, quiero hablar contigo y disculparme, por favor. De ser así llámame en cuanto termines de leer esto, por lo contrario, entenderé perfectamente tu enfado y sabré rendirme ante tu perdón.

Nunca fue mi intención lastimarte de esa forma, sabes perfectamente que te amo. Pero no me niegues hablar contigo, tal vez... Por última vez.

Por cierto, Feliz Navidad.

–No –susurro para mí.

Observo fijamente la pantalla de mi móvil y me es imposible asimilarlo pero ahí estaba yo, leyendo un mensaje de despedida por parte de él. Un mensaje que me alteraba y me consumía en tristeza.

¡Resultaba ser un imbécil!

No deseaba escucharle, ya sabía lo necesario y me quedaba claro lo estúpida que me vería buscándole nuevamente. Ya no.

Me dolía, me dolía realmente, tampoco podía negarlo pero no le daría el placer de elevar su ego con mis súplicas o prestándole el interés que tanto le gusta y demostré por mucho.

Me dolía bastante el tener que rechazarle de esa forma pero su ausencia era más asesina que mi simple desinterés.

Solloce por qué ahora comencé a llorar con rabia, con tristeza e impotencia. Lloraba porque así me sentía más fuerte. Lloraba porque era la única manera de gritar sin ser percibida. Lloraba por su maldito recuerdo.

Escondí mi rostro entre mis manos y solloce con más volumen, me dolía y no quería ocultarlo pero debía hacerlo al secar mis lágrimas.

–¿Te encuentras bien? –escuché proveniente de Andy.

Le ignoré e intenté tranquilizarme.

–¿Todo bien? –volvió a insistir. Lo sentí acercarse–. ¿__________?

–Todo perfecto –respondo con un tono de voz quebrado y falso.

La habitación de Sam, que resultó ser la antigua habitación de mis hermanos, se inundó en silencio y me permitió escuchar sus pasos detenerse a un lado mío.

–Es Navidad ¿Sabes? No tienes por qué llorar.

–No necesariamente debe de ser así.

–Venga –suspiró Andy–. ¿Es tu hija cierto? –preguntó al observar a Samantha durmiendo plácidamente. Limpié mis lágrimas con el dorso de mi mano y observé a Andy con cierta vergüenza.

–Sí –respondí en un susurro.

–Es muy hermosa –dijo él–. Tiene ciertos rasgos similares a los tuyos, –dirigió su mirada hacia mí– realmente es muy hermosa.

–G-gracias.

–¿Cuál es su nombre?

–Samantha.

–¿Y su padre? –preguntó– Es más que obvio que él no se encuentra aquí, ¿Cierto?

Sentí incomodidad al escucharle mencionar aquel tema tan delicado de tratar para mí. Guardé silencio con la única intención de esquivar el tema.

–Es el tipo de aquella noche ¿Cierto? –insistió pero esta vez refiriéndose a Bill. Andy sabía perfectamente la verdad después de lo acontecido en la noche de aquella fiesta. ¿Cómo podía negarlo si era más que evidente?

Pero Andy no debía saber la verdad, no podía enterarse de aquella insana relación que mantenía con Bill. Eso era sólo un secreto prohibido de divulgar.

–No es así. Aquel chico era mi hermano –sentí mi voz flaquear por miedo.

–¿Hermano?

–Sí. Únicamente hermano –suspiré–. El padre de Samantha es alguien que no deseo volver a mencionar en mi vida.

–Ya veo –dice Andy–. Ha de resultar difícil el tener que ser madre soltera tan joven.

–Mi padre me ayuda. Es un apoyo de verdad. No sé qué haría sin él.

–¿No has pensado en volver a juntarte con alguien?

–No necesito de un chico a mi lado ¿Sabes? –respondo– Todo el mundo va a juzgarme y eso lo tengo bien entendido pero no me interesa, yo continuaré haciendo lo mejor para ahora lo hija.

Andy sonrío y continuó observando a Sam.

•••

–¿Sabes? –hablo Diana entre la oscuridad de mi habitación.

Era noche de Navidad, ya era algo tarde por lo que se decidió que Diana y su madre pasaran la noche en casa.

–¿Qué? –respondo.

–Siento una extraña conexión entre mi madre y tu padre –dice al fin. Cambió de posición quedando boca arriba. Volteó a mi derecha y mi amiga se encontraba en la misma posición.

–¿Por qué lo dices?

–¿Acaso no la sientes tú? Hoy y no únicamente hoy. Han estado conviviendo muy bien y todo –suspira Diana–. Imagínate algo de ese estilo –rió Diana con levedad, no quería dar a notar que aún nos encontramos despiertas–. Seríamos hermanas pero te prometo no meterme contigo –bromeó y le golpeé con levedad.

–No lo sé, Diana –respondo–. Hoy sucedieron tantas cosas.

–¿Qué tipo de cosas? –preguntó curiosa– ¿Involucran al hermoso Andy?

–Nada que ver –suspiro y me acomodo en la cama con la única intención de quedar de frente a Diana–. Hoy me ha intentado contactar.

–¿Bill?

–Me envió un mensaje de texto. Quiere hablar conmigo.

–¿Después de todo? –suspiro con recelo Diana–. Es un estúpido.

—Sonaba sincero, después de todo —me acaricio el cabello en busca de calma—. Pero yo no deseo más de él. El amor que alguna vez jure tenerle comienza a provocarme repulsión hacia él y sus acciones.

—¿Odiarle?

—Será la mejor opción ante todo.

Delirante #2 El delirio de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora