Capítulo 2

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El rey era realmente imponente. Era muy esbelto y enorme. Tenia una barba muy larga que llevaba recogida en pequeñas trenzas. Todos los jóvenes que allí se encontraban se adentraron al palacio ante la orden del rey, en silencio y siempre detrás de el, incluso su hijo. Después de un rato llegaron a una gran sala y allí les dijeron que tomaran asiento. Habrían unos 100 y, al parecer, todos muy nerviosos.
— Bueno — dijo el rey, con una majestuosa voz — Supongo que estáis aquí para ingresar en la Academia—.
Todos asintieron.
— Solo quiero que sepáis — que no será un camino fácil — empezó a aclarar — y que probablemente muchos muráis en las tres primeras pruebas para acceder a la Academia — siguió contando — Pero si estais aquí es porque contáis con vosotros mismos y teneis esperanzas puestas en vuestras aptitudes y eso siempre ayuda — continuó — Dicho esto, vamos con la primera prueba.
Se armó un revuelo de voces. Nadie esperaba que en el primer día fuesen a hacer una de las primeras pruebas.
Angeor se atrevió a hablar.
— ¿Señor? — el rey se giró — Señor con el debido respeto... yo creo que no... creo que no estamos todos en una situación indicada para realizar una prueba — dijo Angeor con voz nerviosa —.
— Vaya vaya — el rey miró a Angeor mientras se alisaba la barba — ¿Tú eres el hijo de Reginthor verdad? — le preguntó el rey —.
El escuchar el nombre de su padre le estremeció. Su madre no hablaba mucho de él ya que le entristecia recordar que había muerto. Pero al decirlo el rey le vino el recuerdo de el nombre de su padre. Un nombre que cuando el se sentía indefenso de pequeño le calmaba.
— Sí, señor — respondió Angeor — soy yo.
— Tú padre lucho a mi lado en las Grandes Batallas. Un gran espadachín y un gran compañero — recordó el rey — Bueno, aunque lo que has dicho es cierto, ya tenéis 18 y 19 años, tenéis que ser capaces de adaptaros a cualquier situación, por complicada que sea. Así que todos aquellos que por alguna razón no hayan traído armas o cualquier cosa necesaria tendrá que aguantarse —.
Algunos se estremecieron ante la dureza de las palabras del rey. La mayoría, como había dicho el rey, no habían traído equipación alguna y ya tenían miedo. En esta situación no podían volver atrás porque quedarían como auténticos cobardes. Angeor se preguntó porque el rey necesitaba a su hermana para hablar con el antiguo rey ya que le habían dicho que no tenía madera de líder. Él no veía el problema pero, claro no estaba allí para pensar en eso.
— No entiendo como no son capaces de ver que esto podía pasar en cualquier momento — dijo Raulyn acercándose a Angeor — Ya deberían de habérselo esperado —.
— Sí, tienes razón — afirmó Angeor — Por cierto, ¿dónde está tu hermana? — preguntó —.
Angeor miró en la sala. Todos se habían levantado. Algunos, los que estaban equipados, estaban charlando y viendo que llevaba cada uno. Los que no traían nada... Estaban en una esquina lamentándose, dandose cabezazos a diestro y siniestro o rezando para que todo fuese bien. En uno de los grupos en los que estaba la gente bien equipada estaba Evanora. Y, como de costumbre estaba rodeada de chicos. Había que admitir que era atractiva a la vista. Todos estaban hablando con ella, preguntando o simplemente mirando. Incluso el hijo del rey. Empezaron a hablar y eso hizo que Angeor tuviese celos. O al menos eso pensaba él. Se acercó.
— Evanora, ¿dónde te habías metido? Te estábamos buscando — dijo Angeor, sin poder evitar mirar con envidia al hijo del rey —.
— Tranquilo Angeor estoy bien — dijo entre risas — Este es Fredric — dijo mirándole, con un brillo en los ojos — Supongo que... ya sabéis quien es.
— Sí, claro — dijo Angeor molesto —.
— Bueno que — dijo Fredric con superioridad — ¿Dejas de molestarnos o que? — dijo dándole la espalda a Angeor —.
— ¿Perdona? — soltó Angeor — He venido a ver a mi amiga, no creas que vengo a besarte los pies capullo —.
La sala entera empezó a callarse y a hacer un corro alrededor de los dos. El rey miró pero no hizo nada
— Mira, si nos dejas en paz no haré nada pero si no lo haces... Bueno me encargaré personalmente de que no sobrevivas a las pruebas — amenazó Fredric —.
— Eso ya lo veremo... —.
No acabó la frase ya que el puño de Fredric se dirigía a su cara. Lo esquivó agilmente y le cogió el brazo. Con mucho esfuerzo le levantó y le tiró al suelo. Podría haberle partido el brazo pero no llegaba a ser tan despreciable. Fredric se levantó rapidamente y le propinó una patada en el estómago. Angeor soltó un gruñido de dolor. Otra patada se dirigía a su cabeza pero se agachó y se abalanzó hacia su oponente. Le tumbó, le inmobilizó los brazos y empezó a pegarle una paliza. Cuando ya sangraba por la nariz y por la comisura de los labios el rey saltó:
— Ya es suficiente — dijo — Ya le has demostrado que no hay que meterse contigo y que no hay que ser un arrogante y sentirse superior — dijo dirigiendole una mirada de rabia a su hijo —.
Angeor se le acercó hacia su oreja y le dijo:
— Ten por seguro que esta es la ultima vez que tu papaito te salva — le amenazó — Y no te vuelvas a acercar a ninguno de nosotros.
Dicho eso se levantó y paso de Evanora, como molesto. Fredric se levantó con dificultad. Empezó a respirar acompasadamente y se calmó. Había dado muestras de debilidad antes de las pruebas y como hijo legítimo del rey no podía hacer eso. Se prometió que no pasaría otra vez.
Evanora se acercó a Angeor:
— Oye... ¿Estás bien? — preguntó preocupada —.
— Sí, claro, apenas me ha rozado — dijo Angeor — La pregunta es si tu estás bien.
— ¿Qué quieres decir? — preguntó Evanora asombrada —.
— ¿Que quiero decir? Quiero decir que él y todos los nobles llevan jodiendonos a la plebe desde siempre. ¿Y tú te pones a hablar con él, así como así? — le espetó Angeor —.
— Oye cálmate — dijo agresiva — Él no tiene la culpa de nada de eso.
— ¿Crees que él no da ideas? No seas ingenua — dijo —.
— Oye yo no soy ingenua, deja de hablarme como tal. Puedo hablar con quien me de la gana, ¿de acuerdo? — dijo Evanora enfadada — Y si quiero hablar con él hablaré con él — le dijo, aunque ella quería hablar con él porque era atractivo —.
— Incluso... ¿Incluso después de que ataque a tu mejor amigo? — dijo Angeor dolido —.
Evanora se fue farfullando que era un idiota.
Raulyn se acercó a Angeor:
— Has estado genial — le animó —.
— No me sirve estar genial si no estamos en las pruebas — le respondió —.
Se quedaron un rato charlando de sue creían que serían las pruebas. En el momento que menos se esperaban llegó el rey y empezó a hablar:
— Bien, ya que todos están preparados vamos a empezar con la primera prueba — dijo, creando un momento de suspense — Lo primero que haréis será... Atrapar una Hada de Fuego — dijo con una sonrisa —.
Hubo suspiros de calma ya que pensaban que sería algo más difícil. Hubo una pregunta entre todos:
— ¿Pero cuándo empezamos? — gritó alguien —.
— Es una buena pregunta ya que... ¡Empezais ahora! — soltó el rey, sonriente —.
En ese momento se habrieron las puertas de Palacio hacia un bosque oscuro y unos puntitos rojos, seguidos de unas agudas risitas. Todos comprendieron que tenian que entrar al bosque.
Mientras todos corrían a la espesura del bosque se escuchó la voz del rey decir:
— ¡Seguro que pensáis que es una gesta fácil, pero no creo que os salveis de una incineración! —.
Y con eso se cerraron las puertas.




Bueno después de unas 2 semanas tenéis el segundo capítulo. No sé cuenta gente ( sin contar mis amigos) habrá estado esperando esto pero sobre todo muchas gracias, espero que le deis apollo y  sobre todo que me ayudeis en cosas que os gustaria que metiese o fallos que tenga. Chao y gracias por adelantado!!

El Despertar De Lo ArcanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora