Academia de Breakdance [Yuki Furukawa y tú] [Terminada]

22. Peligro

Después de aquella noche anduve ojo con la presencia de Yuki, a cada lugar al que él iba, yo lo acompañaba, me preocupa que algo le pase, hoy sucedió algo que no esperaba.. fue algo imprevisto por parte de los amenazadores.

Yuki recibe nuevamente otra llamada, se levanta del asiento y sube las escaleras, luego lo sigo y me detengo a escuchar..

- ¿Hola?- dijo Yuki.

- Hola nuevamente mi querido amigo, supe que tu amada chica te anda protegiendo de mí.. ¿has roto nuestro trato y le has contado? pagarás el precio si lo descubre, tú decides el destino de ambos- dijo el amenazador.

- No no no, no tenemos trato.. nunca lo hemos tenido, deja de llamarme.. quien seas no me das miedo- dijo con voz segura.

- ¿Ah si? pues, tu querida chica te ha descubierto, me acaban de informar que te está espiando en este mismo momento tras la puerta de tu maldita habitación, ¡esta noche eres hombre muerto! 21:00 hrs en punto, estés donde estés, con quien estés ya no es nuestra culpa, has roto el trato- dijo el desconocido colgando la llamada.

- ¿Que? ¿hola? Hijo de..- dijo Yuki dirigiéndose a la puerta de la habitación.

Me dirigí rápidamente al baño para que no me descubriera, pero.. fracasé, no pude evitarlo, le conté que se todo lo de ese idiota amenazador.

- Lo siento Yuki-kun, te he puesto en peligro, ahora por mi culpa te matarán, no podré perdonármelo en toda la vida, no nos podremos casar, nuestra hija va a morir, todos van a mori...- dije sin terminar la frase.

- Tranquilízate, nadie va a morir.. si alguien tuviera que morir sería yo, daría la vida por ti y por nuestra hija.. no adelantemos lo que va a pasar.. te prometo que saldremos de esta y nos podremos casar y vivir felices- dijo Yuki tomando mi rostro.

No dudé en abrazarlo, estaba llorando en sus brazos, no me puedo imaginar una vida sin él nada tendría sentido, pero... confío en Yuki-kun sé que nada malo le pasará, minutos más tarde bajamos las escaleras, salimos de paseo a un parque y allí nos quedamos toda la tarde, nos habíamos tomado fotos, entre otras cosas..

- ¿Yuki-kun...?- dije volteando a ver su rostro.

- ¿Mm?- dijo.

- Disfrutaré este día como si fuera el último- dije toda segura.

- Yo haré lo mismo... no olvides nunca que te amo infinitamente- dijo besándome.

Más tarde dieron las 19:30 pm, toda ansiosa por lo que sucedería o por lo que no sucedería, cada minuto me imaginaba amarrada en un callejón de paredes pintadas de color gris, junto a mi lado izquierdo Yuki, al frente de él los amenazadores... de un momento a otro le dan una puñalada tras otra hasta ya dejarlo destrozado... llegamos a la casa pero antes Yuki decidió comprar dos chalecos anti bala, en caso de cualquier cosa, después de eso nos fuimos.

- Vamos a un baño público, allí no nos pueden ver- dijo tomándome de la mano.

- ¿A que?- dije.

- Ahí verás- dijo.

El baño más cerca estaba a unos cuantos metros de un callejón, por lo que me dio mucho miedo, Yuki compró el vale para los dos y me dijo:

- Entra a un baño y ponte el chaleco, yo haré lo mismo- dijo con mucha seguridad.

- Esta bien.. ¡oye! te amo- dije con lágrimas cayendo por mis mejillas.

Yuki me guiñó el ojo y me lanzó un beso, creía que era una despedida... cada movimiento y cada palabra son importantes en una situación de amenaza.. por lo que decidí colocarme el chaleco rápidamente y esperar a Yuki afuera..

Minutos después salió Yuki y nos fuimos camino a casa, pero antes de salir nos tomaron por sorpresa.. a Yuki no se le notaba el chaleco, más bien no se lo puso... pienso en que si esto resistirá el filo de un cuchillo... nos cubrieron con algo de género de color negro, cubría nuestras cabezas.. nos dejaron dentro de una camioneta y echaron a andar.

El trayecto fue largo por lo que me dormí, Yuki buscaba una forma de escaparse pero fue imposible, no había nada con que romper la soga de nuestras manos... 1 hora más tarde llegamos a un lugar al cual no conocíamos y empecé a asustarme.

- ¡¿En donde estamos?! ¡dígannos imbéciles!- dijo Yuki, todo enfurecido.

- Cálmate , a mí no me gritas idiota, ¿quieres vernos la cara? pues aquí la verás- dijo quitándonos bruscamente lo que teníamos cubierto en la cabeza.

- Yuki-kun tengo miedo..- dije tiritando.

- ¡Ah! esta es tu chica ¿no? ¡que hermosa es! quizás a ella le perdonemos la vida con... un favor, podrías acostarte conmigo...- dijo acercándose hacia mí.

- ¡Idiota!- dije dándole una cachetada.

- ¡¡A ELLA NO LA TOCAS!! ¿¡ME OÍSTE?!- dijo Yuki apunto de escaparse.

- ¿Quieres pelear?- dijo el amenazador.

- ¡Claro que sí! estoy dispuesto a dar la vida por mi chica, deja que se vaya y me matas a mi.. eso es lo que quieres ¿no? ¡¡DEJA QUE SE VAYA!!- dijo Yuki muy alterado.

- ¡No Yuki-kun! quiero estar contigo, ¡no quiero que te hagan nada! ¡ni menos estos imbéciles!- dije tratando de librarme.

- ¿A ver, hermosa? a nosotros no nos hablas así, no sabes de lo que somos capaces de hacer- dijo amenazándonos nuevamente.

- ¿Ahora jefe?- dijo un tipo que estaba al extremo derecho de Yuki.

- Ahora- dijo dando una sonrisa malvada.

En eso el tipo le entierra un cuchillo en el lado del tórax y lo vuelve a enterrar en diferentes partes del cuerpo de Yuki..

- ¡¡¡NOOOOOOOOOO!!! Yuki-kun... noo- dije llorando sin parar.

- Cariño... cuida bien a nuestra bebé... te amo- dijo Yuki dando sus últimos signos de vida... hasta caer al piso.

- ¡¡Yuki-kun no, no puedo vivir sin ti!!- dije soltándome de los brazos del tipo.

- ¡¡Rápido no dejen que se escape!!- dijeron los amenazadores.

Corrí lo más que pude, esta vez me tuve que arriesgar, boté unos tarros de basura para que no me alcanzaran tan fácilmente, hasta que llegué donde habían muchas personas y les advertí que habían personas persiguiéndome.

- ¡¡Ayúdenme!! ¡¡mataron al amor de mi vida y ahora vienen por mí!!- dije gritando.

- ¡Llamaré a la policía!- dijeron dos personas.

La policía llegó al momento, yo corrí hacia el cuerpo de Yuki , lo tomé y empecé a llorar..

- Si estas personas no se hubiesen aparecido en nuestras vidas, habríamos sido felices, muy muy felices... descansa en paz amor mío- dije besando su mejilla.