IX

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A la mañana siguiente amanecimos acurrucados y tapados con tan solo la fina sábana blanca de su cama. Mentiría si dijera que no me encanta amanecer así con Yoongi.

—Yoongi, es hora de despertar, debes ir al trabajo —Dije acariciando su suave espalda

—¿Hum? —Gruñó—Después voy, solo quiero dormir —Dijo después de un gran bostezo

Y si, así eran todas las mañanas a su lado, tratar de despertarlo era tan imposible como acariciar la dentadura de un tiburón sin ser mordido, bueno, no era del todo malo, tan solo con cocinar hot-cakes era suficiente, su olor despertaba a Yoongi al instante.

Me metí a duchar y salí lista para ir al trabajo, él ya estaba en el pequeño comedor bañando sus hot-cakes de maple, le encanta.

—¿Te vas? —Cuestionó

—Si —Dije así, como si nada

—Al rato debo pelear, creo que necesitamos unos cuantos billetes más

—¿Para qué?

—No me cuestiones, sabes que lo odio —Dijo apuntándome con el tenedor

Si seguía desafiando a Yoongi lo más seguro es que el día tuviera sabor amargo, cuando lo hacía terminábamos enojados y la historia del diario se volvía a repetir.

Justo cuando abrí la puerta me encontré con Taehyung a punto de tocar el timbre con unas rosas rojas muy bonitas en la mano izquierda.

—H-Hola Yeol —Dijo apenado —¿Vas de salida?

—No listo, va entrando a casa —Refunfuñó Yoongi desde atrás

Rodé los ojos ante su comentario pero no fue suficiente como para evitar regalarle una sonrisa a Tae quien al verme me tendió las rosas. Entré de nuevo a la cocina y las puse con agua.

—¿Me acompañas al trabajo?

—Claro que si, lo que quieras lo concedo —Me dijo abriéndome paso para subirme a la Aprilia

Una media hora después y ya estábamos frente a la cafetería, me quité es casco y me despedí sacudiendo mi mano.

—Eh Yeol ¿no me invitarás un café?

—Vale, pasa —Eché mi cabeza a un lado para indicarle que entrara al pequeño lugar

—¿Qué vas a querer? —Le pregunté cuando éste ya estaba sentado

—Un americano helado, por favor

[ ... ]

Habían pasado ya unos 40 minutos desde que Tae había bebido su café y durante ese tiempo solo se dedicó a hacer unos trazos sobre un trozo de papel.

—Yeol, debo irme, tengo que ir al trabajo, espero que las rosas te hayan gustado

—Vaya ¡claro que si! Muchas gracias —Le di un beso en la mejilla y se marchó

Cuando fui a limpiar su mesa me encontré con un dibujo de mi sirviendo café y a un lado un fajo de billetes los cuales por supuesto que no podía aceptar.

Salí a buscarlo pero el ya había partido en su motocicleta a la velocidad de un rayo.

La tarde había estado tranquila y mi jefe me había dejado salir temprano así que me apuraría para ir a la pelea de Yoongi.

Yoongi

Apúrate
La pelea comienza a las 8

                                                  Yeoldae

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