XVII

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—Pero Yeol, ¿cómo se te ocurre ir a verle después de todo? —Interrogó con el ceño fruncido, consternado ante mi petición.

—Tae, no preguntes más —Suspiré— ¿Puedes hacerlo o no?

El solo asintió y dijo que más tarde cuando no hubiera nadie en el hospital iríamos a verlo, que mientras, intentara descansar.

De pronto entró Nam un tanto agitado, se le podía ver gracias al par de gotas de sudor que bajaban por su frente.

—Yeol, ha venido alguien a verte —Suspiró hondo recobrando el aliento—Mocosa —Dijo pinchándome las mejillas— Es tu hermano.

Después de decir hermano el alma me regresó al cuerpo, di un brinco y me senté sobre la cama, cuando entró a la habitación se quedó en shock, parecía no asimilar que su hermana estuviera ahí, postrada en una cama.

—Yeoldae ¿quién te ha hecho esto? —Dijo acercándose a mi. —Mataré al hijo de perra que te ha hecho esto —Con suavidad y delicadeza pasó sus dedos sobre cada moretón que había en mi piel.

—No es necesario —Puse mi frente en su hombro. —Solo, solo quiero estar en paz y ser feliz.

Cuando lo hice, las lágrimas no tardaron en salir, estaba recordando absolutamente todo lo que había pasado con mi hermano.

Él había sido el único que había seguido conmigo a pesar de todo, incluso, para mi era él la única figura paterna que había tenido nunca.

Flashback.

Algunos días después de haberme salido de casa, mi hermano y yo quedamos de vernos en una cafetería rústica cerca de mi nueva casa.

—Piensa bien las cosas, hermana. —Tomó su blanquecina taza de café —¿Cómo vas a sobrevivir viviendo en la calle?

—Idiota —Reí— No vivo en la calle, de hecho, el apartamento es bonito y cómodo, lo mejor es que no lo pago todo yo.

Casi escupió el café cuando le dije que estaba compartiendo piso con alguien más.

—¿Q-qué? ¿Estas viviendo con alguien más? Por favor, dime que es una mujer y dime por favor que no es Jungkook.

—No y no —Reí de nuevo— Es un amigo, no me dejó sola en ningún momento, se llama Nam.

—Tengo que conocerle para darle el visto bueno, no me convence, señorita. —Tomó mis manos y con dramatismo dijo: Solo no te preñes.

—¿Preñarme? ¡No soy vaca, idiota! Y no —Solté una sonora carcajada— No me voy a "preñar".

—Es tu decisión pero quiero decirte que económicamente no te dejaré y no me importa que digas que no, te enviaré un cheque cada mes.

Fin del flashback.

Todo el día nos la pasamos hablando, me hizo reír y me contó que en casa las cosas seguían como siempre, papá siendo infiel y mamá perdonando y que noona seguía siendo una mantenida mimada por mi padre.

Luego de que todos se fueran, Tae entró a la habitación moviéndome un poco de los pies para despertarme.

—¡Yeol, Yeol!

—¿Mmm?

—Vamos, te llevaré a ver a Yoongi hyung.

Aún no me daban el alta así que saldríamos de contrabando, cuando Tae encendió la luz me reí por lo bajo viendo que estaba vestido de doctor para poder sacarme del hospital.

—Tae, gracias. —Dije mientras me cargaba poniéndome en la silla de ruedas— te quiero.

Solo me sonrió y me dijo un "anda" para poder irnos antes de que alguien nos pillara. Bajamos por el elevador y nos subimos de prisa a su audi.
Manejó por unos treinta minutos hasta que llegamos a un edificio blanco y muy grande.

Tae me dijo que callara para que él pudiera hablar con el guardia de la entrada.

—Buenas noches, doctor, ¿se le ofrece algo?

El castaño carraspeó su garganta —Vine porque tengo que trasladar a esta paciente.

El guardia no se lo creyó y nos miró haciendo chica su mirada. —¿Por qué no la ha traído en una ambulancia? ¿Por qué a esta hora, doctor?

—Aquí esta la documentación membretada por el hospital y bien, si no me cree puede marcar a mi superior, el doctor Kim Namjoon.

No supe cómo me estaba aguantando las ganas de reír fuertemente, puse cara de idiota para que creyera que de verdad tenía una enfermedad mental.

—Bien, pase. —Alzó la pluma— Su edificio es el F.

Tae hizo una pequeña reverencia y cuando pasamos empezamos a reírnos como si nuestra vida dependiera de eso hasta que Tae calló de la nada.

—Este es el edificio de Yoongi hyung. —Dijo cabizbaja —¿Estas lista, Yeol?

Asentí y bajamos del auto, dijo que no entraría conmigo, que él iba a esperar afuera de la habitación de Yoongi.

Suspiré y avancé en mi silla hasta quedar enfrente de una habitación con una ficha que decía:

Paciente: Min Yoongi.
Situación: Peligrosa.
Paciente con trastorno de bipolaridad avanzado.

¿Peligroso? ¿En qué momento lo habían tachado en esa situación?
Giré la perilla para poder abrirme paso, cuando entré y encendí la luz me di cuenta de qué tan grave era la situación; las paredes estaban acolchonadas y no había más que una pequeña cama y un ventanal que parecía estar enmicado para que él no se lastimase.

Él estaba recostado sobre su cama, lucía sedado pues descansaba tan tranquilo.

Avancé en mi silla y Dios me dio fuerzas para ponerme de pie y sentarme a un lado de él.

¿Qué haces aquí Yeoldae?

Me exalté un poco, ¿cómo se había dado cuenta que estaba aquí?

Vine a decirte adiós, Yoongi.

—Bueno, ya lo has hecho, ahora vete.

—No solo he venido a eso, es decir, si pero no. —Se revolvió bruscamente hasta quedar viendo de mi lado.

Me miró con ojos interrogantes y hablé:

—Vine a decirte que te perdono y bueno, también a decirte que te amo.

—También te amo a ti, Yeol.








Muchas gracias por haber esperado tanto tiempo, la escuela me consume pero finalmente puedo actualizar como antes. ❤

т r o υ в l e м a ĸ e r ѕ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora