Se rascó los ojos por cuarta vez consecutiva en menos de dos minutos. Llevaba horas sentado delante del ordenador con el proyecto de fin de grado y apenas había conseguido avanzar desde la última vez que abrió el documento. Se había pasado prácticamente toda la tarde reuniendo información de los manuales que su tutor le había recomendado y ahora que realmente debía ponerse serio y sacar todo su talento a relucir... nada, ni una gota de inspiración.
Desvió la mirada hacia las dos grullas que reposaban sobre la mesa de noche, cerca de la almohada. Una, de un color naranja apagado y algo sucia. La otra, de un papel floreado y más pequeña.
Se dejó caer hacia atrás y quedó tumbado boca arriba en el suelo con la vista clavada en el techo.
No tengo tiempo para estas cosas, se dijo. Estaba enfadado consigo mismo, pero no podía evitar que una leve sonrisa se colara entre sus labios.
Desde aquel extraño encuentro en la cafetería su vida había vuelto de nuevo a su cauce oscuro, pero tenía otro recuerdo agradable al que aferrarse... aunque Britt estaba incluso más pesada de lo habitual. Celosa de un niño de instituto.
En serio, cómo pude enamorarme de ti.
No le quedaba poco para finalizar el proyecto, pero había conseguido avanzar una parte considerable así que aunque sacrificar las visitas al hospital habían dado sus frutos, seguía sintiéndose culpable. Llamaba cada vez que tenía un hueco libre, pero saber que su madre había estado preguntado por él no ayudaba en nada a su estado anímico. La enfermera había dicho que estaba mejor, no debía preocuparse.
Todo es por un bien mayor... si consigo graduarme, ella estará orgullosa.
El teléfono sonó de nuevo. Había decidido no asistir a la sesión orientativa para el máster así que el maldito aparato no había parado de sonar en todo el día gracias a una única persona. De repente, paró. Se había quedado sin batería, con resignación alargó el brazo para coger el cargador, pero se detuvo en el acto. Su madre estaba bien, había hablado con la enfermera aquella misma mañana, quizás... no debía, pero quizás podía permitirse unas horas de completa desconexión, por una vez.
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Mil grullas de papel #DylmasNewtmasAwards
RomansaUniverso alterno. Progreso argumental muy lento. Donde Dylan es un chico universitario que ve el mundo en blanco y negro hasta que se encuentra con Thomas que está en el instituto y tiene una gran paleta de colores.