v e i n t i o c h o

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confrontación

A diferencia de Kyungsoo, Jongin no sintió ni un ápice de miedo o angustia cuando llegó el momento de enfrentar a los demonios de Do Kyungsoo; demonios con forma de cientos y cientos de estudiantes con criterios establecidos, estigmas impuestos por la sociedad, profesores rectos y educados bajo la ley divina de la iglesia católica, por los preceptos de Buda. Todas esas personas no esperaban grandes cosas de Jongin puesto que él era tan invisible, tan efímero para ellos, Kyungsoo era una historia aparte, Kyungsoo durante mucho tiempo se debió a ellos, a lo que dictaban y creían que era correcto.

Por esa razón, esta charla seguía siendo mucho más espesa para Kyungsoo que para él. Aunque su pareja no lo demostraba como tal, Jongin sabía que estaba nervioso, quizá mucho más que cuando conversó con Soojung, porque aunque su amiga era una parte importante de él, y por lo tanto de ambos, eran los amigos de Kyungsoo los que con sus acciones iban a dictar muchas cosas, de ellos dependía la reacción que a partir de ahora, Kyungsoo tomaría para con el resto del mundo.

«Ellos no son mis grandes amigos, sólo un grupo», dijo Kyungsoo alguna vez en esa semana, mientras mordía un pedazo de pizza, Jongin casi pasó por alto aquel enunciado debido a la adorable imagen que le estaba dando su novio, con las mejillas manchadas de salsa, y el ceño fruncido porque «Rayos, odio cuando el queso se viene todo de una sola sentada», sin embargo, y a pesar del lindo puchero de sus labios en forma de corazón, Jongin pudo descifrar el sentir detrás de esas palabras que intentaban parecer desinteresadas. Quizá Kyungsoo no consideraba a Minseok, Chanyeol y a Baekhyun como grandes amigos, pero eran personas de su cotidianidad, de una u otra forma eran influyentes.

Después de dos semanas de una estabilidad que Jongin nunca esperó por parte de su relación con Kyungsoo, una estabilidad con los títulos correspondientes, dos semanas desde que Kyungsoo pronuncio aquellas palabras, se podía decir que el único paso que faltaba eran los amigos de Kyungsoo, un paso que él mismo creyó importante, aunque al mismo tiempo trataba de restarle relevancia.

Durante ese tiempo no habían sido muy espontáneos, se encontraban en la habitación de Jongin después de un día atareado y juntos trataron de hacer menos el cansancio, a veces sólo dormían juntos, otras veces se entregaban el uno al otro, eran los primeros momentos de una pareja, y a Jongin no podía gustarle más. Eran momentos nocturnos, Kyungsoo estaba atrapado en la directiva, en sus responsabilidades como eslabón del concejo, y Jongin de pronto se hizo algo solicitado debido a su primer lugar en el festival de redacción libre.

—La universidad quiere que partícipe en el festival nacional y los represente —le explicó Jongin a Sehun y a Soojung un viernes, cuando los tres perdían el tiempo en uno de los pasillos de la biblioteca—. Es opcional pero...

—Amigo, deberías aceptar —dijo Sehun tranquilamente, mientras se ahogaba con chuches—. Escuché que el premio es en efectivo, además, estarán presentes muchas editoriales.

Soojung asintió, mientras le robaba los chuches a Sehun sin que éste se diera cuenta.

—Siempre te gustó escribir, Jongin. Una editorial sólo ampliaría tus horizontes —añadió ella.

Y eso no era todo, además de la oferta de poder extenderse y participar en un festival con mucho más peso, el director le había dicho que vendría alguien de uno de los tantos periódicos que circulaban en Seúl para entrevistarlo puesto que su escrito había tocado la fibra del jurado que fue invitado al festival. Jongin estaba nervioso, nunca nadie le había hecho una entrevista, ni siquiera terminaba de creer que tantas cosas le estaban sucediendo de golpe.

They Never Know → KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora