Crónicas de Trojak(Pausado)

Capitulo I: Llamado

En el día 20 del mes de Decon se reúnen en el bosque Holatair el gobernador de la provincia Chesta y el jefe de los Bandidos de la Luna Verde, este último había recibido una carta de parte del gobernador que decía:

Lotrat, señor de los bandidos del norte, lo invito a una reunión en las afueras del bosque Tué el día 20 de este mes a la media noche, venga solo, trataremos un asunto de suma importancia, espero su respuesta.

Este último llega al punto de encuentro a la hora indicada y encuentra al gobernador esperándolo sentado en la nieve. La luz de la luna resalta sus facciones, por su traje y la luz se le confundiría con un oficial del ejército.

Lotrat: ¿para qué me has llamado aquí?

Gobernador: para hablar de una propuesta de negocios.

Lotrat: ¿Qué tipo de negocios?

Gobernador: tu ejecución.

Este desenvainó su espada rápidamente y se abalanzo contra Lotrat, este último lo evitó y lo pateó en las costillas, el gobernador cayó al suelo, Lotrat desenvainó su espada e intentó matarle, pero el gobernador fue más rápido.

Ambos: ¡ahora!

Dos grupos de hombres armados salieron del bosque y empezaron a matarse entre sí, los dos líderes siguieron combatiendo, ambos con miradas asesinas en sus rostros y la determinación de no retroceder, cruzaron espadas un tiempo, hasta que Chaster hirió a Lotrat en un brazo, él y los sobrevivientes salieron corriendo hacia el bosque.

Soldado: ¿los perseguimos?

Gobernador: no, tengo al grupo perfecto para este trabajo.

Soldado: ¿los llamará a ellos?

Gobernador: si.

Soldado: que los dioses se apiaden de ellos.

Un día el gobernador nos llama a su casa para darnos un trabajo, vamos tres, los mejores de todo el clan, dicen que cada uno de nosotros puede acabar con toda una legión, pero he aquí la verdad, solo acabamos con una compañía entre los tres.

Mis hermanos y yo llegamos a la mansión del gobernador, una gran casa de madera pintada de blanco, con un gran jardín delantero cubierto de nieve y un estanque congelado, los guardias vestidos con el uniforme regular del reino y el emblema de la familia Mchats.

Entramos en un pequeño despacho, habían varios estantes llenos de libros y una gran mesa, detrás de esta se encontraba el gobernador, los tres nos sentamos en unas sillas de madera con unos cojines bastante suaves.

Gobernador: ¿saben para qué los he llamado?

Drego: supongo que no es para charlar, sino para darnos un trabajo.

Gobernador: efectivamente, ¿han oído hablar de los Bandidos de la Luna Verde?

Drego: obviamente, son el grupo más peligroso del norte del reino.

Alesol: ¿qué tiene que ver eso con nosotros?

Gobernador: todo, ustedes los Ankshara, son el clan de asesinos más fuerte de Chesta, quiero que se encarguen de Lotrat, y me traigan su cabeza.

Drego: ¿de cuánto estamos hablando?

Gobernador: 500 Furs a cada uno y otros 2000 para su clan, mas gastos de viaje

Drego: denos tres días y 200 Furs para los gastos del viaje.

Gobernador: bien.

Tomó una campana y la tocó, al momento entró un criado con una bolsa llena de dinero en bandeja de plata, la tomé y la até a mi cinturón.

Salimos de la mansión y nos preparamos para el viaje, los bandidos de la Luna Verde se ocultaban en lo profundo del bosque Tué, al sur de la ciudad, fuimos al pueblo a comprar algunas provisiones para el viaje, luego de eso nos dirigimos a nuestra base a buscar algunas armas y equipo.

Odex: ¿Qué tan difícil creen que sea este trabajo?

Alesol: son poco más débiles que un soldado promedio.

Odex: entonces será fácil, su fuerza se concentra en su número.

Drego: no debes subestimar al enemigo, por eso murió Suy, Lotrat es un guerrero formidable, tan fuerte como un bruzad.

Alesol: si es tan fuerte como uno no será mucho problema, el problema son sus subordinados, debemos separarlo de ellos o al menos hacerlo frente a un grupo pequeño.

Odex: tengo un plan que podría funcionar.

Drego: pues dilo.

Odex: todo a su debido tiempo hermano, se los diré cuando estemos allá.

En ese momento entro uno de nuestros compañeros

Ertes: aquí tengo el mapa que pidieron y la información de la vigilancia de los bandidos.

Drego: gracias Ertes, ¿Marot tiene lo que le encargué?

Ertes: no, aun no ha terminado.

Drego: bien, vamos al bosque.

Nos pusimos en marcha, a ganarnos el pan de cada día con esfuerzo y trabajo duro, en algunos casos viajamos al otro lado del país y fuera de este para trabajar y perfeccionar nuestras artes de lucha, pero este sería un trabajo sencillo cerca de nuestra casa.