Crónicas de Trojak(Pausado)

Capitulo VII. Ruinas

Narra Alesol

Odex y yo corrimos hasta ver una especie de corral con todos los aldeanos que se llevaron vigilados por tres guardias, lanzamos tres cuchillos a sus gargantas, cayeron muertos, fuimos hacia ellos y escondí los cadáveres mientras Odex liberaba a los aldeanos y nos disfrazamos de bandidos.

Odex: vengan conmigo si quieren vivir, hemos venido a salvarlos.

Aldeano: ¿que nos garantiza que viviremos?

Odex: soy Odex, el lancero dorado, tienen la protección de dos miembros de elite de los Ankshara.

Uno de los aldeanos pasó adelante y trató de golpear a Odex.

Odex: ¿qué te pasa, quieres pelea?

Aldeano: ¿dónde estaban cuando los llamamos hace seis meses?

Alesol: ¿seis meses? no recuerdo una solicitud de esta aldea hace seis meses.

Aldeano: cuando llegaron los bandidos, pedimos ayuda al conde y a ustedes y ninguno respondió.

Alesol: no se la situación del conde, pero el mensaje nunca llegó, habríamos enviado a alguien hace meses, mi más sincera disculpa.

Aldeano: el pasado en el pasado, ahora vamos a recuperar lo nuestro

Tomaron las armas de los bandidos, palos y piedras y nos dirigimos a la sala del tesoro, donde están Hol y a donde va Drego.

Narra Drego

Corrí hasta donde está Hol, en el camino habían algunos guardias, levantaban sus armas solo para dejarlas caer a los pocos segundos, Tomé un las ropas de uno llegué a su tienda, habían cinco aldeanas como sirvientas y cinco guardias, además de un par de cofres.

Hol: así que tú eres el que ha estado matando a mis hombres y liberó a las ovejas.

Drego: puede ser, no estoy seguro, pregúntale a mis armas.

Hol: me agradas muchacho, únete a mi serás mi mano derecha, con tus habilidades incluso podríamos ser el grupo de bandidos más fuerte de toda Trojak.

Drego: habría que ser un tonto para negarse, pero estoy trabajando y tengo mi propio grupo.

Me pongo en guardia y veo como sus hombres tratan de rodearme.

Hol: es una lástima, mátenlo muchachos.

El primero lanzo un tajo diagonal, lo bloqueo con mi espada y lo apuñalo en el estómago con mi daga, el segundo trata de cortarme la cabeza, o esquivo y lo pateo en el pecho, retrocede, el tercero intenta cortar mi brazo izquierdo, soy más rápido y los apuñalo el corazón con mi espada, el cuarto se abalanza sobre mí, salto y lo uso como rampa para parear al segundo en la cabeza, el quinto viene por mi espalda , me toma de los brazos mientras el cuarto va a matarme, le doy un cabezazo en la nariz, me suelta a tiempo para partir al cuarto a la mitad, el quinto al ver a todos sus compañeros muertos huye como una rata, Hol le arroja un cuchillo a su nuca, el cae muerto.

Hol: debiste unirte a mí mientras podías, no voy a tener piedad contigo.

Drego: no la espero, ahorremos la lucha inútil y deja aquí tu vida.

Sacó un par de dagas y corrió hacia mí, lanzando ataques veloces y al azar, me defendí con mi mano derecha y mientras buscaba la oportunidad de contra atacar, cambié de mano y lance un contra ataque con mi mano derecha, logré cortar su oreja izquierda y rajar su hombro, pero él me rozo la mejilla, ambos retrocedimos y corrimos hacia el otro, di un salto y le corté la columna, cayó al suelo paralizado.

Hol: has lo que debas hacer

Drego: fuiste un buen rival

Lo apuñalo en la nuca para acabar con su vida y lo decapito como prueba de un trabajo, me doy la vuelta y veo como viene una turba hacia mí, me oculto y me preparo para emboscarlos, veo un grupo con poco armamento y salto hacia ellos, justo antes de matar al primero me interrumpen dos hábiles guerreros, voy contra el primero pero me rechaza con su escudo mientras el segundo intenta atravesarme con su lanza, lo esquivo y trato de apuñalarlo en la garganta, suelta la lanza, esquiva el ataque y logra inmovilizarme mientras el primero va justo para cortarme la cabeza, pateo su escudo y los tres caemos, me libero y voy a matar al lancero

Drego: ¡muere!

Alesol: ¡Odeeex!

Clavo mi daga en el suelo, justo al lado de su sien.

Drego: tienes suerte, un poco más y estarías muerto.

Los campesinos nos rodeaban y me miraban con sed de sangre.

Aldeano: ese hombre debe morir.

Alesol: él no es un enemigo, es nuestro compañero.

Aldeano: pensaba que era uno de los hombres de Hol.

Caminamos de regreso a la aldea con los aldeanos, las ovejas, las armas y el botín de los bandidos, al llegar vimos el encuentro de todas las familias divididas por la tragedia, destapamos los cofres y encontramos un tesoro cinco veces mayor a lo que le habían robado a la aldea, más las armas.

Jefe: gracias, muchas gracias, pueden tomar lo que quieran del tesoro.

Drego: está bien.

Tomé el dinero que habían reunido y un par de bolsas de plata.

Niño: ¡esperen!

Nos detuvimos y dimos vuelta mientras el niño corría hacia nosotros.

Niño: gracias por traerme a mis padres.

Odex: te lo prometí y un hombre siempre cumple sus promesas.

Niño: cuando crezca quiero ser un asesino como tú.

Odex: entrena duro y lo lograrás.

Niño: si, algún día voy a superarte.

Odex: esfuérzate, nos vemos.

Salimos de la aldea y seguimos nuestro camino hacia Blaura.