Karaoke

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Si hace unas semanas alguien me hubiera dicho que justamente hoy, Tiffany, la chica castaña de la cafetería del centro iba a estar sentada en mi sala, pasando canales de mi televisión, usando mi control remoto y comiendo frituras de mi tazón azul favorito mientras yo busco mi único CD de karaoke entre mi enorme pila de discos que siempre ha estado debajo de mi cama, lo habría golpeado muy fuerte y después lo mandaría al carajo por mentiroso.

Ya sé, soy muy poco paciente, pero de verdad, jamás habría creído esto. Ya que a mí,no me pasan estas cosas muy seguido. Ya lo sé, tal vez piensen que estar solo con Tiffany en mi departamento es algo demasiado extraño... Y concuerdo al 100%, lo es. Vamos, que aunque lleve observándola desde hace varios meses no significa que nos conocemos por completo y nos tenemos la confianza suficiente para atrevernos a estar los dos en un sitio completamente solos, sin embargo a pesar de todo, ella está ahí y parece no importarle.

Aunque lo que más me sorprendió es que no haya querido esperar ni siquiera hasta la otra semana... A decir verdad todo el día de hoy la noté extraña, como si estuviera nerviosa... No sé por qué pero tengo un presentimiento que no es nada bueno. Igual lo mejor será no hacer caso a mis suposiciones tontas, soy demasiado dramático.

-Oye¿Dónde está tu baño? -pregunto con su peculiar tono de voz en modo alto.

-La puerta blanca -le grité de vuelta. Oí sus pasos por toda la sala y también como abría la puerta del baño, la única puerta blanca, respiré profundo y medité la situación... Tal vez estoy exagerando, como siempre.

Cuando encontré el CD y regresé a la sala ella estaba ahí sentada en mi viejo sillón reclinable favorito, el cual ya no se reclina como debería ya que lo compré en un bazar de segunda mano, me salió bastante barato a decir verdad, y me es útil en exceso así que... No me quejo, fue una buena inversión. Y ahora Tiffany está sentada ahí...

-Lo encontré -le dije mostrándole la carátula de mi CD y ella se limitó a sonreír -trae canciones bastante malas, pero ninguna que no te sepas.

-Supongo que eso es bueno... Vale hay que empezar, ya te quiero oír -me respondió emocionada.

-Como estas tan impaciente, tú vas primero -le respondí burlón, además para ser honesto, me da miedo, nunca he cantado frente a nadie, me da pánico.

-¿Tienes miedo ? -creo que es más que evidente que si.

-No, pero tú eres la impaciente –mentí.

-Entonces empieza tú, elige una canción fácil, después voy yo, lo prometo. Y entonces una sensación de seguridad me invadió, sabía que no era una idea excelente pero qué más da si lo hago mal, sé que Tiffany no me juzgará por eso... Al menos eso espero yo.

-Está bien -dije por fin. Caminé hasta el reproductor de música, lo encendí, metí el CD y puse la pista

... Si, tenía bien elegida la canción.

-No te burles -le advertí

-Jamás -me respondió y sé que dice la verdad.

Las suaves notas del piano comenzaron a sonar, los ojos de Tiffany se posaron fijamente en mí y mi corazón empezó a latir desmesuradamente... Aquí voy.

Hola, viniste a mi

Concediéndome tu tímida esencia

En mi confuso sueño

café  Del LunesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora