Capítulo cincuenta y seis.

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Nos dirigimos al salón donde festejaríamos, nos quedamos allí hasta las dos de la mañana, bailando, cantando, bebiendo, fue la noche más importante de toda mi vida.

A las dos y media Anne se acercó para decirme que era hora de que nos valláramos ya que nos estaba esperando un auto para llevarnos al aeropuerto para nuestra luna de miel.

-Niall, ya es hora de irnos- le dije.

-¡Ya era hora!- dijo eufórico, yo sabía porqué y por eso reía. Sería nuestra primera vez en tener relaciones.

Fui al baño y me cambié, Niall hizo lo mismo.

Niall agarró mi mano y en el carro nos esperaba Zayn con las maletas ya puestas arriba.

-¿Listos?- dijo Zayn.

-Haha listisimos!- dijo Niall.

-Hahahah Niall ¡ya sé porque el apuro!- dijo riendo Zayn.

Yo comencé a reír de los nervios.

Zayn nos llevó al aeropuerto, allí esperamos unos minutos a que nos llamaran, cuando lo hicieron abordamos nuestro vuelo. En unas 4 o 5 horas ya estábamos en el Caribe.

Tomamos un taxi hasta el hotel que Niall había reservado, era uno de los mas caro con vista al mar.

-Tengo reservada una suite- dijo Niall a la recepcionista.

-Tome sus llaves.

Les dio las llaves y luego nos dirigimos hacia la habitación, cuando entramos había rosas esparcidas por todas partes y el gran ventanal daba una vista hacia el cielo con su amanecer.

-Madame- dijo en tono francés- ¿Me concede esta pieza?- tomó mi mano y la besó.

-Pero si no hay música- dije riendo.

-Para eso está la imaginación Señorita de Horan- dijo acercándome a él.

Diciendo esto puso sus manos en mi cadera y comenzamos a movernos lentamente.

El me apretó más a él y comenzó a besar mi cuello, hacía que me erizara y tuviera nervios, algo que el solo lograba hacerme sentir. Me dejé llevar y luego busqué sus labios hasta apretujarlos con los míos y convertirlo en un dulce beso, él comenzó a desabrocharme el vestido y yo su camisa, así pasó a besar mis hombros, me alzó en su falda, yo pasé mis dedos en su cabello, luego nos lanzamos en la cama, él continuó besándome y sacándome más prendas de mi ropa, y ya saben, pasó lo que tenía que pasar. Horas después nos encontrábamos tirados entre las sábanas y yo arrecostada a su pecho.

-¿Estás bien?- me dijo acariciando mi cabello.

-Perfectamente- le sonreí.

-Cumpliste tu promesa- me dijo.

-Vos ayudaste.

-¿Sabes que aunque me hayas hecho esperar te amo verdad?

-Mmmm, sí- dije levantando la cabeza para verlo- y ¿Sabes que te amo?

-Luego de eso pienso que sí- decía guiñándome.

*2 meses después*

-Ven aquí Peeta- dije riendo porque el perro corría por la nieve tratando de buscar algo que le había tirado.

Estábamos en Londres, pero teníamos casa nueva, Niall y yo habíamos elegido una mansión lejos de la ciudad, a unos 20 minutos. Era muy grande y espaciosa, perfecta para los dos, tenía ese aspecto hogareño que buscábamos en ella, pero a la vez sofisticado.

Me encontraba con Anne sentadas en la nieve.

-¿Qué te pasa?- preguntó Anne mientras me miraba con preocupación.

-Estoy mareada- contesté costosamente- voy al baño- dije corriendo.

Estaba mareada y sentía que iba a vomitar, corrí hacia el inodoro y no me importó dejar la puerta abierta del baño.

-Los síntomas- dijo Anne arrecostada al marco de la puerta.

-¿Qué?- dije limpiándome la boca y lavándome los dientes.

-Embarazo, antes hay que comprar un test.

-¿Embarazada? No puede ser- dije agarrándo mi cabeza que todavía me dolía un poco- ¿Puedes ir a comprar el test?

-Claro.

Anne se fue de casa dejándome sola, con Peeta. Niall estaba trabajando y yo tenía trabajo en unas horas.

Toqué mi vientre, tal vez estaba engendrando un bebé de Niall, hermoso como él, muchas emociones recorrían mi cuerpo, hace dos semanas que venía así y no encontraba explicación, supuse que era un malestar de estómago.

A la hora llegó Anne con la caja.

-Toma- dijo ella.

Lo agarré y hice todo lo que las instrucciones decían, luego esperé a que aparecieran las líneas.

Salieron dos, osea, estaba embarazada.

-¿Y?- preguntó ansiosa Anne cuando salía del baño.

-Sí- contesté en un tono apenas audible- estoy embarazada Anne- dije eufórica mientras secaba mis lágrimas y la abrazaba.

-Yo también- dijo separándose de mí.

-¿Y cuando pensabas contármelo?- la increpé.

-Cuando tú me contaras que tu también lo estabas.

-Pero si no lo sabía.

-Vamos _____, ¿Qué malestar dura unas dos semanas?- dijo graciosa- pasé por lo mismo, y hoy vine a tu casa para contártelo y contárselo a Niall.

-Hahaha, bueno, si es así- dije feliz.

Golpe de suerte (Niall y tú). EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora