*ACTUALIZACIÓN INFORMATIVA AL FINAL DEL CAPÍTULO*
La risa de Jeon Jungkook resonó por todo el centro de variedades juvenil, asustando a algunos de los niños que allí se encontraban realizando distintas actividades. Me puse tan roja que sentí el impulso de taparme la cara, pero solo me encogí. Di una prudente mirada alrededor, avergonzada por las miradas curiosas de algunos monitores que estaban puestas en nosotros. Mi mano golpeó el brazo de Jungkook a la vez que mi voz le regañaba.
— ¡Oye, que no es gracioso! Te estoy hablando de algo muy serio, idiota... —murmuré. Me crucé de brazos y bajé la cabeza, todavía un poco abochornada por la reacción de mi amigo. No debería haberle contado nada.
Jungkook se limpió una falsa lágrima y tosió antes de agarrar con firmeza la cuerda con la que sostenía a uno de los niños que escalaban el rocódromo frente a nosotros. El pobre crío estaba bajo la supervisión del moreno y, sinceramente, estaba sufriendo por él. Es decir, creía que había estado a punto de provocar una prematura muerte al distraer a mi amigo con mi dilema, pero segundos más tarde me acordé de que había colchonetas en el suelo.
—Está bien, lo siento —Jungkook frunció los labios, tratando de controlarse, y continuó hablando, ahora sin quitarle el ojo a su alumno—. Sé que es una putada, pero es que no me lo esperaba. Aunque ya me parecía que algo pasaba cuando me has preguntado por la eyaculación precoz.
Cerré los ojos con fuerza y suspiré al acordarme con detalle de la experiencia que tuve hace unos días: Taehyung me había invitado a salir, pues decía que tenía muchas ganas de ir a una sala de recreativos que habían inaugurado recientemente. Probamos muchos juegos, pero la mayor parte de la tarde se la dedicamos a los bolos, donde nos apostamos un helado -que, al final, tuve que comprarle, porque perdí-. Sobre las ocho y media de la tarde se puso a llover, y Tae dijo que su casa estaba cerca, así que nos refugiamos allí, corriendo como alma que lleva el diablo. Nuestros planes se fueron al garete y nos vimos obligados a buscar algo nuevo con lo que entretenernos a la espera de que el temporal mejorase. Estuvimos viendo vídeos absurdos por YouTube, hicimos karaoke, y, de pronto, nos hallamos riéndonos de nuestras propias bromas, que condujeron a una mirada cómplice, y eso a su vez a un acercamiento, y luego llegó un roce tímido, continuado de un beso... Y pasó lo que tenía que pasar.
Era algo que ansiaba desde hacía un tiempo, pero, al no querer apresurar las cosas, simplemente dejaba las oportunidades pasar. Sin embargo, el momento no fue tan idílico como me lo había imaginado cuando estaba sola en mi habitación.
—¿Qué le dijiste? —preguntó mi amigo, sacándome de mis pensamientos. Mi reacción inmediata fue encogerme de hombros y fruncir los labios en un puchero.
—Pues nada, obviamente. ¿Qué quieres que le diga?
—Espera, espera —Jungkook giró la cabeza tan bruscamente en mi dirección que creí que se desnucaría. Además, su entrecejo se arrugó notablemente—, ¿me estás diciendo que permitiste que te dejara a medias? —Enlacé mis manos delante de mi torso, cabizbaja, y comencé a dar puntapiés con mi pie derecho. Mi silencio confirmó su pregunta, y yo no podía sentirme más avergonzada; era una cobarde. Jungkook soltó un bufido, entre burlón y amargo, y sus ojos se posaron de nuevo en el pequeño— Joder, Vika...
—No me hagas sentir culpable —le pedí, bastante irritada a decir verdad. Ya me sentía lo suficientemente estúpida como para que Jungkook incrementarse el sentimiento.
—No he dicho nada —me contestó, ecuánime—. ¡Levanta un poco más el pie derecho, Woojin! —pidió al pequeño de aproximadamente nueve años, alzando para ello la voz. El niño le hizo caso obedientemente.
ESTÁS LEYENDO
•Sinners• || jjk! ✔️
FanficUna historia de jóvenes siendo políticamente incorrectos. #SagaTemptations -2-