Alec nunca había estado tan distraído en su vida. Cuando se trataba de su trabajo siempre tenía algo que hacer, algo que revisar o simplemente empezar. Pero esa mañana en lo único que podía pensar era en Magnus y su llamada de la noche anterior. Después de la emoción por la corta charla telefónica, no pudo evitar pensar que era un poco raro que el moreno le llamase cuando apenas se habían visto un par de horas atrás. Se preguntaba si lo que quería mostrarle en realidad era tan importante o si sólo había sido una excusa para hablar con él una vez más.
Como fuera, ambas ideas le gustaban.
Levantó la vista del papeleo que tenía esparcido por todo el escritorio y le dedicó una pequeña sonrisa a Aline, quien entraba con una taza de café en las manos. Alec le había insistido en que no debía preocuparse por aquel tipo de obligaciones, él era perfectamente capaz de servirse el café y de llamar a algún lado a pedir su almuerzo en caso de que no pudiese ir a alguna parte, que por lo general prefería quedarse en la oficina, no le agradaba mucho el tener que lidiar con más gente, afuera siempre habían personas curiosas por una cosa u otra. Algo que siempre le había parecido extraño, ¿por qué quedarte mirando a alguien que jamás has visto en tu vida? Tal vez la misma pregunta era la respuesta, sea cual fuese el caso, Alec no lo entendía.
—Gracias —susurró, tomando la taza de manos de Aline, dándole un rápido sorbo después—. Es perfecto.
Ella le devolvió la sonrisa antes de dejarlo solo nuevamente.
Hacía frío e incluso parecía que empezaría a nevar en cualquier momento. De no haber sido por Jace nunca hubiese llegado a tiempo a la oficina. Pensó que tal vez debía dejar de hacerse de oídos sordos a los consejos de su hermano y comprarse un coche. Su padre les había enseñado a conducir antes de cumplir los dieciséis, pero Alec nunca había tenido el interés ni la necesidad de un auto, y tampoco el dinero. Ahora podía ser diferente, tenía que moverse por toda la ciudad, todas las mañanas, de un extremo a otro, y ciertamente empezaba a incomodarle que su tiempo dependiera de que alguien más manejara con la velocidad suficiente o tomara los atajos correctos para no atascarse en el tráfico y llegar a tiempo a su trabajo.
Aline irrumpió de nuevo en su oficina, trayendo más papeles consigo. Alec suspiró sin disimularlo.
—Lo siento —murmuró ella, mostrándole una ligera mueca—. Pero Catarina no deja de traer cajas, estoy tratando de revisarlas primero para sacar lo que realmente necesitamos, parece que no se termina.
—No te preocupes —contestó, sacudiendo su cabeza—. Realmente no puedo quejarme, pero parece que el antiguo arquitecto no hizo su trabajo de al menos un año.
La mujer reprimió una risita.
—Terminaremos a tiempo, ya verás. —Aline a punto de atravesar la puerta se devolvió, recogió la taza vacía del escritorio y lo miró con cautela—. Y traeré más café.
Él no respondió esta vez, ya estaba sumergido en la lectura de otro proyecto inconcluso. Soltó un bufido de frustración y arrugó otra hoja, tirándola después a la papelera.
—¿Mucho trabajo?
Alec casi se creyó presa de alguna alucinación cuando vio a Magnus parado frente a él, ni siquiera lo había sentido entrar.
—No —respondió en medio de un suspiro—. Estaba revisando estos proyectos que dejó el antiguo arquitecto, pero no creo que sirvan de mucho.
Magnus arqueó una ceja y se sentó en una de las sillas frente al escritorio.
—Estoy seguro de que lo harás mejor.
—No estoy tan seguro, pero eso espero, honestamente no quiero tener a la junta encima de nuevo —dijo entre dientes.
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The search for love, but finding fear » malec
RomanceAlec es un joven arquitecto en busca de una oportunidad. Magnus es un multimillonario irresponsable que se verá en la obligación de sentar cabeza. [Malec AU]