11 (Final)

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Desde que Alessia Amoretti nació hasta el día de su reciente muerte, su vida JAMÁS pudo ser tranquila. A pesar de los incontables esfuerzos o de los sacrificios que estuvo obligada a hacer, nada pudo hacer de su vida una felíz.

Ni siquiera ese pequeño rayo de luz que poco duró, su pequeño y hermoso hijo. Que le fue arrebatado a sus 5 cortos años por la hermana del chico que una vez condenó al eterno sufrimiento.

Sus pensamientos estaban enredados desde aquel día, su vista nublada de las lágrimas que amenazaban con caer por sus mejillas y las manos frente a ella portaban un arma. Quién lo diría, la más grande de su época muere de una forma común entre los mortales.
Acuchillada en el callejón cerca de el templo de Apolo, cerca de su novio.
Ignorando las palabras de su sol. 


"Nunca te alejes de mi que solo conmigo estarás a salvo"


...


Al despertar, Alessia creyó que solo era una pesadilla pero se quitó eso de la cabeza al verse en una camilla de hospital. A la chica no le parecía conocido, eran separados por una cortina y todo se veía muy rústico.
Miró sus ropas, estaba igual que el momento en el que supuestamente falleció, pero en su vestido no había nada, ni una sola marca.
Alessia pensó que se estaba volviendo loca.
¿Por qué había cosas que ella ni siquiera conocía? ¿Dónde estaba?

Sacó la ramita de su cabello, ahí seguía su arma. El arma original se la devolvió a su padre, aquella con la que asesinó a muchos monstruos y hasta incluso su vida pasada. Anaklusmus merecía estar con alguien que realmente necesitara su poder, no con una loca con un pasado horrible.

La alarma se activó en su cabeza al escuchar pasos hacia donde ella descansaba. Convirtió la ramita a la espada falsa, al hacerlo un pequeño sonido se escuchó. Los pasos se detuvieron, aparecieron más personas. Alessia se sorprendió, un oído tan agudo solo lo tenía su novio, Apolo.
La azabache en ningún momento se preocupó por el dios, sabría arreglárselas solo, ella no era su niñera.

La cortina fue corrida y lo que vio, hizo que de pura impresión soltara su espada. En algún momento, un Cíclope había aparecido.
Se veía amable, inocente eso que hace tanto Harley no veía en una persona. Bueno, en algún ser vivo.

-¿Quiénes son ustedes?-Preguntó con cautela, analizándolos.
Un chico rubio de piel morena y sonrisa brillante-Apolo se había ganado unos problemas,la había engañado y eso a Alessia Amoretti no le gustaba para nada-. Otro de cabello como ella, de hecho tenía gran similitud a la protagonista. El Cíclope antes mencionado y un Centauro que Harley reconoció al instante.
Recogió la espada en posición de defensa, vestían ropas extrañas y sus miradas la ponían de los nervios.

-Tranquila, no te haremos daño. Solo necesitamos que nos respondas algunas preguntas. Alessia tragó en seco, sabía que esos chicos no le harían daño pero ya había pasado mucho tiempo desde que alguien como ella la había tratado bien. Aún así, dejó caer su espada encima de la camilla.

El Centauro se acercó a ella, como reconociendola recién. Sonrió con melancolía al ver la cicatriz que tanto la marcó hace mucho mucho tiempo atrás.

-Hola de nuevo, Querida Alessia.-


Una nueva aventura se viene, nuevas personas, nuevas desgracias. Pero Antes de Morir, tenía que hacer demasiadas cosas.

Sun & Sea (Percy Jackson's Series)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora