Capítulo 20.

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Guardo mis cosas en el casillero, quince minutos después de que la campana de última hora haya terminado de sonar, me encuentro con Liz, quien también está intercambiando sus cosas de su mochila a su casillero.

– Oye Liz – Le digo y ella voltea algo sonriente, es lo que me parece curioso – Nunca me habas dicho que tenías un hermano – Le digo arqueando una ceja.

– Pensé que o sabias, generalmente la gente conoce más a mi hermano más que a mí – Dice acomodándose el fleco por detrás de la oreja.

– Pues yo te conocí primero a ti – Le digo mientras la veo de arriba abajo – ¿Qué tienes ahí? – Pregunto mientras veo que se aferra a algo muy importante para ella.

– Es un libro – Dice sonrojada.

– ¿Cuál es? – Pregunto mientras me acerco. Levanta el libro y me muestra la portada, abro los ojos como platos y me quedo boquiabierto. El libro es Orgullo y prejuicio de J Austen. Veo el separador que sobresale de las paginas, y veo que es que le vendí a Paul ayer – ¿Quién te lo dio? – Pregunto después de verificar que si es el que le vendí a mi amigo.

– No lo sé – Se aferra a él con fuerza – Lo encontré en mi casillero, estaba envuelto en papel de china, y sólo venía con una nota con forma de corazón, pero no había nada escrito –

– Entiendo – Digo mientras la gente sigue pasando – Bueno, me tengo que ir, que voy a trabajar – Le digo mientras le doy una palmada en el hombro.

– Si Theo – Me dice sonriendo mientras la veo abrir el libro en la página en donde ella se ha de haber quedado.

Siento que entre Liz y yo finalmente hay una amistad tal cual, al parecer todas las barreras que me ponía con las demás personas se están derribando. Sigo el tumulto de gente hasta la salida, y me dirijo en donde se encuentra mi bicicleta, pero cuando le quito el candado escucho un sonido de queja detrás de mí, volteo a ver, y me encuentro con mi novia Anna, con los brazos cruzados y mirándome atreves de sus lentes oscuros.

– ¿A dónde vas amor? – Pregunto con un tono claro de mal humor.

– Cierto, no te dije – Digo avergonzado mientras guardo el candado de mi bicicleta en la mochila – Voy a trabajar –

– ¿Temes trabajo? – Dijo arqueando las cejas.

– Así es Anna – La miro con una sonrisa – No todos tenemos padres pudientes que nos paguen todos los gastos – Siento que lo digo de una forma cínica, y la veo fruncir el ceño y los labios rosados.

– ¿Decidiste aceptar el trabajo de modelo? – Pregunta bastante interesada.

– Hmm – Empiezo mientras me monto en la bicicleta y se acerca a acomodarme la manga de la camisa – No, acepte un trabajo por el parque en el que corremos, en una librería –

– Theo Rivas – Dice de forma ruda y seca – Te he dicho que tú tienes un bello físico como para gastarlo en una librería – Parece enojada, ya que pone su mano izquierda en su cien, como si le doliera demasiado la cabeza – He movido mis influencias paraqué trabajaras de modelo, y la desperdicias –

– Anna – Le digo acercándome a acariciar su cabeza, pero me quita la mano – Uno trabaja en lo que sabe que saldrá bien, yo siento que en la librería me saldrá bien –

– Sólo porque eres guapo te perdono – Esbozo una curiosa sonrisa.

– Bueno, me tengo que ir a trabajar –

Le digo mientras me subo en la bicicleta, la veo acercarse a mí y tomarme de una parte de la camisa y me da un beso en los labios. Este es el momento en el que puedo notar la diferencia entre los besos de Anna y los de Johnny, los de mi novia son potentes, pero como si estuviera besando a la pared, noto un calosfrió que antes pensaba que era placer, pero ahora identifico como incomodidad, y los de Johnny son tranquilos, pero cálidos son lo bastante como para ayudarme en una tarde de invierno.

Otra oportunidad. [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora