Capítulo 16.

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Terminamos de contar todos los libros que son, mientras Johnny pasa su antebrazo por su frente quitándose el sudor, le sacudo la chaqueta quitándole el polvo mientras hace lo mismo quitándome el polvo de los hombros.

– ¿Qué tal tu primera prueba de trabajo? – Pregunta mirándome.

– Fantástico, me recuerda al pequeño lugar encima del local de mi familia – Digo evocando el acuerdo de ese lugar.

– Tienes razón – Dice con un curioso brillo en sus oscuros ojos.

Me siento a su lado, muy cerca mientras le acomodo el cuello de la chaqueta, el ya no me está limpiando la camisa, está acariciándome la mejilla, hago lo mismo, acomodando su cabello detrás de su oreja, acercándome un poco más a él, de repente suena una bocina de un camión, pero no nos movemos, seguimos juntos, no debería querer besarlo, pero es como intentar encerrar un animal salvaje, tarde o temprano va a querer salir, al igual que este sentimiento. Él se acerca al igual que yo, me siento nervioso, siento que me tiemblan las manos y las piernas al igual que hace siete años, pero no lo demostraba.

– Este lugar esta tan pacifico – Dice acercándose un poco más.

– Lo sé, tan pacifico – Digo sintiendo su respiración cerca de mí.

– Se siente un agradable calor – Dice con una sonrisa, se ha detenido, pero aún me acaricia la mejilla.

Su mano deja de hacerlo y ahora va en mi hombro, y de a poco va bajando por mi brazo hasta encontrarse en mi muñeca. Tomo las suyas y lo acerco a mí. No puedo pensar, no sé qué decir, no sé qué hacer, hago lo que mi yo interno me pide.

Me acerco lo suficiente como para sentir el roce de nuestros labios, los cuales los entrelazo delicadamente, es como una explosión de sentimientos que reviven con cada segundo que nos quedamos así. Por un momento pienso que me va a quitar, pero no lo hace, me mantiene a su lado correspondiéndome el beso. Los besos de hace siete años no se comparan con estos. Antes eran besos de amor adolescente, tranquilos y tiernos, ahora son besos con más pasión, lo siento en cada movimiento de sus labios, con el ligero movimiento de sus dedos que los siento en mi mano, y como se acerca más a mí.

Cuando nos separamos, no sé cuánto tiempo paso, pero él está completamente rojo, jadeando, como si hubiera corrido un maratón, esboza una sonrisa curiosa y se recarga en mi pecho, suelto una sonrisa de triunfo, como si hubiera estado esperando esto y la verdad si lo estaba haciendo.

Acaricio su cabeza mientras mi corazón va a todo lo que da, excitado por lo sucedido, pero con un dejo de remordimiento por recordar a Anna.

– Supongo que deberíamos salir – Dice de repente separándose de mi – Yo he de ir a trabaja – Dice levantándose, pero sin soltarme de la mano.

– Si, yo debo entregar esto – Tomo la tabla donde escribí todo lo que me pedía.

Salimos juntos de la pequeña bodega que se encuentra en la parte superior de la librería, que es de dos pisos. Bajamos las escaleras y vemos a una chica abriendo un libro oscuro bastante antiguo, seguimos bajando hasta que regresamos con la señora Andrews.

– Aquí está el registro de los libros en la bodega – Le entrego la tabla.

– Muchas gracias cariño – Tamborilea sus dedos en su barbilla – Ahora por favor, pon estos registros en la computadora mientras yo atiendo los clientes. Es mejor encontrarlos de forma electrónica que estar revisando todos los registros – Me dice señalando la computadora en el escritorio.

– Si, sólo deje me despido de Johnny – La señora Andrews asiente mientras salimos de la tienda con el sonido de la campana.

– Bueno, nos vemos más tarde – Dice tomándome de ambas manos, yo hago lo mismo mientras miro sus bellos ojos oscuros.

Otra oportunidad. [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora