Capítulo 44.

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Ya casi dando las seis de la mañana me regreso con Johnny, quien sigue en casi la misma posición en que lo deje, no he dormido nada para hacerle compañía a mi hermano, aunque me prometió que llegando al lugar tomaría una siesta.

El color azul grisáceo se está apoderando del cielo, dejando el color negro, azul oscuro y morado atrás, se ve tan espectacular, y como la oscuridad da paso a la luz, y por la ventana veo cómo vamos pasando por una enorme hilera de árboles que parecen que están formando arcos por la carretera en la que pasamos. Paso mis manos por atrás de los hombros de Johnny, tomándolo y atrayéndolo a mí, en cuanto su cabeza se acurruco en mi hombro veo como sus ojos se empiezan a abrir, de reojo veo la parte de la frente que estaba apoyada en el vidrio, la toco y se siente fría. Mi chico me voltea a ver sonriéndome adormilado.

– ¿Ya llegamos? – Pregunta mientras se acurruca en mi hombro.

– Todavía no, mi hermano me dice que falta menos de media hora – Acaricio lentamente su cabello enredándolo en mis dedos – ¿Has dormido bien? – Le pregunto mientras me aseguro de abrazarlo y mantenerlo a mi lado.

– Sólo con un poco de frío, pero de ahí en más estoy bien – Pone su mano en mi pecho y siento, por encima de mi camisa, su palma, caliente, suave, que parece moverse por unos momentos con mis latidos.

– Estoy aquí para darte calor – Se lo susurro casi al oído mientras siento su respiración ya que voltea a verme y nuestros rostros se juntan. Su aire es frio al contacto con mi piel, y le doy calor con un beso en la boca.

– Es una buena forma – Lo veo abrir los ojos, finalmente abandonando su lado somnoliento. Mi vista lo sigue ya que se levanta y me toma de los hombros cuando pasa frente a mi. Siento las ganas de tomadlo de la cintura y atraerlo a mi.

¿Y por qué no?, me pregunto mientras lo hago. Tomo su cintura y lo acerco a mí, haciendo que ponga una rodilla en el asiento y que me dé un beso en los labios. Se separa de una forma forzada y me acaricia la mejilla, sonriéndome dulcemente.

– Tengo que ir al baño – Me dice acercándose al pasillo, lo veo caminar al baño mientras lo veo detenidamente, y como se acerca a l baño que esta hasta el final, veo su silueta entrar y desaparecer, mientras suelto un suspiro.

Me recargo en el asiento mientras cierro los ojos, no tengo sueño, pero aun así los cierro, sonrío, aunque no se con quién o de que. Me mantengo así, mientras que en las plantas de los pies siento el movimiento de las llantas, ya que estamos cerca de estas.

Pienso en lo que he vivido en menos de un mes, no podría haberme imaginado que me encontraría con el chico que me dio tantas sonrisas hace siete años, muevo la cabeza, aunque es verdad lo que siento. Presiento que lo he dicho muchas veces, y aun así lo seguiré diciendo, amo a Johnny, y ahora está en mi vida para siempre.








Finalmente llegamos al lugar, me sorprende bastante como se ve, parece una villa entre las montañas, desde aquí se ven todas las cabañas que, aunque por fuera se ven simples, mi hermano me dice que por dentro son lo mejor. Todas las cabañas están conectadas por un camino a uno central, y este también lleva a la iglesia, que la reconozco por tener una enorme cruz en el techo, y también se conecta a lo que se ve como un comedor.

Volteo alrededor, los bosques que lo rodean están cubiertos de una capa de color anaranjado, parece que el tiempo se detuvo en el otoño aquí, lo cual me parece una hermosa postal, y me recuerda a la habitación de Johnny. Lo volteo a ver mientras nos tomamos de la mano y entrelazamos los dedos. Mi hermano, mi chico y yo somos los últimos que admiramos este lugar, ya todos se fueron a buscar su cabaña.

Otra oportunidad. [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora