Capítulo 24.

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Sigo corriendo, mientras algo en mi estómago se siente extraño, no es hambre, eso lo sé, tampoco son ganas de vomitar, sino ya lo hubiera hecho. Es algo distinto, es el aire gélido que entra por mi nariz y se instala en mis pulmones y me hace reaccionar ante esta extraña sensación, mientras mis pulmones calientan mi cuerpo.

Me doy cuenta que me estoy acercando a un escalón con el que puedo chocar y caer, intento saltar evitándolo y lo logro, casi cayéndome, logro cruzar la por el callejón, en el más largo de los recorridos son por callejones, y luego de regreso es menos pesado, voy de los primeros, sólo me gana Sara, quien va a unos metros frente de mí. Acelero con enormes zancadas, mientras siento el gélido aire alrededor de mi rostro.

Voy a unos metros de Sara, mientras su coleta castaña rebota contra su espalda, muevo los brazos con enormes brazadas, hasta que me encuentro a su lado saliendo del callejón a una calle abierta, seguimos mientras los gritos de la gente se escuchan como si fueran bombas estallando, no siento lo que queda del recorrido, y veo a lo lejos la meta, la gente parece pequeñas motas borrosas y de a poco van obteniendo forma.

Y más atrás de la meta veo a un chico de pelo negro, mientras más me acerco logro ver su mechón morado, me dedica una enorme sonrisa mientras aplaude junto con todas las personas, y tiene varias medallas en los brazos, seguramente para los demás competidores. Sara me está pisando los talones, y siento que ya no puedo dar más, que en algún momento me tropezaré, caeré, y rodaré, haciendo el ridículo.

Pero por suerte, no pasa nada de eso. Si, llego bastante cansado y sudado, con el miedo de que termine resfriado por el frío. Pero llego unos momentos antes que Sara, y soy recibido por la sonrisa de Johnny.

Me detengo mientras jadeo a su lado. Lo veo sonrojarse mientras agarra bien la medalla.

– Y pensar que ayer escuche esos jadeos en otro lugar – Dice sujetando con fuerza el cordel de la medalla – Agáchate para que te la pueda poner – Me dice sonrojado.

Me agacho un poco mientras sonrió, no es necesario ya que, si alcanza a ponérmela, pero nuestros rostros quedan muy cerca, me pone la medalla.

– Muchas felicidades Theo – Me dice en tono dulce – Sabia que llegarías antes que todos – Me sonríe y le correspondo – Ahora, largo de aquí, que pronto llegarán los otros competidores, y estarás estorbando –

– Si – Le contesto como un tonto enderezándome y alejándome un poco del yendo con la multitud, mientras de reojo veo como un grupo de chicas le festejan a Sara su triunfo.

De reojo veo a Anna, con quien me acerco bastante alegre, esperando una señal de felicidad de su parte, pero sólo levanta su teléfono y me toma una foto.

– ¿Para que fue eso? – Digo con una sonrisa enarcando una ceja, esperando un abrazo de su parte.

– La voy a subir a Facebook, aunque estés sudado – Dice asqueada – Vamos a tu cuarto, para que te puedas bañar– La escucho con su tono bastante despectivo mientras me siento algo ofendido. Soy su novio, debería de alegrarse porque haya ganado –

– Esta bien – Le contesto de forma neutra, pero con una sonrisa, mientras ella se abre paso entre la multitud y la sigo de cerca mientras la gente me da palmadas en la espalda.





Estoy sentado en mi cama, con el pantalón de mezclilla y los zapatos puestos, pero con el torso desnudo, mientras las gotas de agua caen de mi cabello, ya me bañé en la mañana con Johnny, y ahora me volví a bañar sólo, evocando su cuerpo en el vapor de la regadera.

Otra oportunidad. [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora