Mi lugar en la tierra.

Capítulo 5 - Verdades a medias.

Capítulo 5 - Verdades a medias.

-Querías mantenerlo lejos de todo esto ¿verdad?

-Si... -susurro tratando de que su palabra no fuera escuchada, como una plegaria a algo más poderoso que él mismo, la reina sonrió al escuchar esa bisílaba de un testarudo y problemático príncipe como lo era él.

-Por cierto Katsuki. -dijo la reina con todo curioso.

-¿Qué? -respondió de mala gana, interrumpiéndola y volviendo a su normal carácter.

-¿Cargas algún objeto de nuestra señora Aku?

-¿De la Luna? -respondió sin entender su pregunta, para luego recordarlo-. Es verdad, hubo algo más anoche en el lago. Luego de rescatarlo del agua, cuando comencé a tender nuestra ropa, esta cosa salió del bolsillo de su pantalón, tal vez tú sepas que es esto. -menciono sacando de su pantalón un cristal en forma redonda que abarcaba toda la palma de la mano del contrario, la reina lo tomo con mucha delicadeza, sus ojos estaban abiertos a más no poder.

-¿Dices que nuestra señora Aku le dio esto al señor Deku.?

-¿Estas sorda acaso? -dijo con un tono sarcástico de voz-. Ya te lo dije, estoy más que seguro que eso no lo tenía Deku cuando empezamos el viaje.

-Es un reflecto. -dice girando su mirada hacia el príncipe.

-¿Un qué? -cuestionó sin entender esa frase, a veces las hadas cambiaban el nombre a las cosas con su idioma natal y confundían a cualquiera lejano a su reino.

-Un reflecto es una pieza tallada de los mismo rayos de la luna. -contesta con ansiedad-. Al portador de este se le permite comunicarse con toda clase de ser espiritual, hadas en regeneración, almas de guerrero caído en batalla, almas... -la reina enmudeció por un momento y palideció al tiempo en que entendía el porque del objeto-. Oh mi señora... -hablo tapándose su boca con su mano derecha-. Katsuki. -le habla sujetando una de sus manos con desesperación-. ¿Qué fue lo que le dijiste al señor Deku en relación a su madre?

-Que está viva, claro está. -respondió sin vacilar, pero un pequeño temor se apodero al ver a la reina más pálida de lo que era-. Ella está viva ¿verdad?

-Iré a investigar eso. -dijo mientras guardaba la piedra dentro de una bolsa de su vestido-. No creo que esta piedra funcione conmigo ya que no se me fue entregada a mí.

-Oye espera... -hablo sujetándola del brazo al ver como esta pretende salir de ahí-. La última vez que hablamos me dijiste que ella estaba bien y que la regeneración de las hadas, aunque tardaba, siempre volvía a su estado pasado.

-Se lo que dije Katsuki. Pero... -bacilo un momento antes de hablar, desviando la mirada del contrario-. Hay ocasiones en las cuales el proceso puede no ser suficiente para el hada y ella...

-No lo digas. -respondió soltando a la hada del brazo-. Lo distraeré cuanto pueda, pero no me pidas más de esta noche, pues creo que él no merece más mentiras.

-Lo intentare... -hablo la reina acercándose al rubio, besando su mejilla para luego retirarse momentáneamente.

Deku por su parte, se sentía asfixiado por tanta atención, era tan abrumadora que le estaba mareando, tantas voces a su alrededor saludándole alegremente que ya no sabía qué hacer, al girar y buscar con su vista a Kacchan, lo encontró un poco más apartado de él, hablando con aquella bella mujer, fue hasta ese momento que si fijo bien en aquel bello traje que portaba la reina*, un vestido de un solo hecho, con bellas hojas en este, de un color que era propició del otoño, en su cintura portaba un cinto redondo de color oro y junto a este se encontraba una espada enfundada, de los hombros brotaba una capa trasparente de color dorado que caía majestuosamente hasta sus pantorrillas, ocultando aquellas traslucidas alas, que debes en cuando, como un auto reflejo, se movían por debajo de la capa dorado, su cabello ondulado de color café claro, hacia relucir aquella tiara que rodeaba sus cabeza. Kacchan estaba aún con su característica mirada seria, pero en algún momento de la conversación esa mirada cambio y lo que vio después le molesto un poco, la reina empezó a caminar para alejarse de rubio y fue este quien tomándola del brazo la detuvo, para minutos después ser ella quien se inclina hacia él y le besara. Deku desvió la mirada con una molestia en su corazón, fingiendo más que nunca una sonrisa.