CAPITULO 7 ANGEL GUARDIAN
En ocasiones la vida pone a pruebas realmente fuertes, obstáculos nos separan de lo que realmente amamos, es importante ser fuertes y tratar de no hacer lo que realmente el destino cruel nos pone en frente pero seamos honestos, somos seres humanos a veces fuertes y a veces débiles pero sobre todo siempre tendremos un talón de Aquiles.
En ocasiones no nos queda de otra más que ser como un Angel guardián para otras personas, para rescatarlo cada que sea asechado por las sombras del mal pero sin poder estar con él o ella, aquello es el mayor sacrificio de amor que se puede dar a alguien ¿No lo creen?
A veces uno no elige su destino…su destino es cruel porque las circunstancias así lo quisieron, porque no quedo de otra más que…este terrible camino al menos hasta que puedas…huir de nuevo.
H.G.P
Lentamente fui abriendo los ojos al oler aquella sustancia molesta realmente, pero que me regreso en sí, miraba lentamente hacia el techo donde una luz blanca me lastimaba la vista pero que pronto fue obstruida por una joven de ojos castaños, rubia, quien me sonreía burlonamente.
-¿Qué…que paso?
Desorientado me senté y me di cuenta que ella no era la única que estaba ahí, si no también Rhonda, algo que me sorprendió sobremanera mente -¿Rhonda?
-Hay Arnold, todos están tan preocupados y asustados –Miro de reojo a la rubia que estaba a su lado – ¿Estas bien? Mi padre puede llevarnos a tu casa, está afuera esperándonos ¿Vamos?
-¿Arnold? –Me hablo por primera vez esa joven quien me miraba con curiosidad ahora, realmente no la entendía
-¿Si? –Pregunte con cierto temor recordando lo que sucedió….ella iba a matarme ¡Dios ella iba a matarme! ¿Estaré mal?
-Me gustaría platicar contigo
-¿Con…conmigo?
-Si ¿Podemos ir juntos a casa?
Rhonda me miro con la misma mirada de sorpresa e incredulidad que yo tenía seguramente en aquel momento, pero como siempre el buen samaritano como decía ella…- Claro
-Bueno entonces nos vemos después, Arnold, por favor avísame cuando llegues a tu casa –Dijo una Rhonda bastante preocupada por su compañero, algo muy extraño para mí, pero solo asentí.
-¿Vamos? –Pregunto la joven mirándome fríamente
-Claro
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Ambos caminábamos por las calles de Hillwood sin decir ni una sola palabra, sentí como si alguien nos siguiera pero sabía que eso era imposible además de que cada vez que volteaba no había nadie detrás de nosotros, suspire suavemente pensando en cierta rubia que solía seguirme a todos lados.
-¿Estas bien?
-Claro
-Bien porque necesito que enfoques tu energía en lo que diré niño con cabeza de balón
Le mire sorprendido -¿Cómo me llamaste?
-Cabeza de balón o prefieres Arnoldo ¿eh?
-¿Cómo s...?
-¿Sabes que mi apellido es Rickman, verdad?
Solo asentí mientras mi corazón estallaba o eso sentía dentro de mi ser, esperanzado en que tal vez, solo tal vez…
-Bien porque mi hermana no me dijo que fueras tan menso –Dijo la joven sonriéndome burlonamente
-¿Hermana?
-Helga por su puesto, Duh, ¿Cuál otra hermana?
-¿Dónde está? –Mi pregunta salió sin razonar, pese a todo lo que ella me dijo yo aún la amaba.
-Ella no vendrá, este trabajo es para mí –Sonrió maliciosamente algo que me causo escalofrió
-¿Qué…que trabajo?
-¿Qué no recuerdas Arnold?
Trague ligeramente saliva -¿Me…me…ibas…a…a…ma…? –No podía articular bien mis palabras esa joven tenía al igual que yo tan solo dieciséis años ¿Cómo es posible que tenga esa actitud tan fría, que fuera tan madura y…despreocupada?
-Tal vez…. –Rio por lo bajo al ver mi cara de susto –La verdad es que esa es la misión –Dijo bastante sincera que supe que no estaba bromeando
-Entonces…Helga… -Dolor -¿Te mando?
-No, Arnold ¿En verdad quieres saber mi historia?
No sabía que responder pero por un lado mi curiosidad era demasiada, además ¿Qué persona te dice que está ahí para matarte? Creo que realmente Celeste no quería hacer ese trabajo.
-¿Tiene relación con Helga?
-No te diré nada de ella, si es lo que quieres así que sácatelo de una buena vez de la cabeza, zopenco.
Baje mi mirada decepcionado –Entonces no creo que me interese…si vas a matarme como dices, hazlo –Dije triste –Pero pierdes el tiempo porque ya…estoy muerto
-Ja gracioso –Comento mientras tomaba asiento en una banca del parque por donde cruzábamos –Bien quiero que sepas que fui adoptada por la familia Rickman hace años –Dijo con simpleza y sin rodeos –Ellos son tíos de los padres de Daniel, como bien sabes me imagino.
Asentí mientras resignado me sentaba a su lado.
-Bien, mis padres tienen negocios –Comento –Hace unos años conocimos a la familia Dante una familia rica que tiene dos hijos ese matrimonio, Armando y Fabián –Sonrió ampliamente antes de decir lo siguiente –Armando es mi prometido y Fabián es el prometido de Helga mi media hermana bueno en realidad solo conocida –Sonrió burlonamente –En fin, Fabián se enteró de ti, en un terrible descuido de Helga y me envió aquí para hacer un trabajo ¿Ya sabes cuál es no?
-Helga y yo terminamos
-Si tal vez, pero eso no impide que ella piense en ti o tú en ella ¿cierto? Su miedo de mi cuñado es que alguna vez se te ocurra aparecerte para estar nuevamente con ella –Saco una carta –Me está dando este dinero para que por las buenas en cuanto entres a la universidad te vayas lejos pero si se cumple ese plazo y tú sigues aquí, te matara a ti y a tu familia, así de simple
-¡¿Qué?!
-Piensa bien Arnold, es mejor salvar el pellejo y el de tu familia que salvar un amor prácticamente imposible, Helga debe volver al cumplir la mayoría de edad es decir en año y meses o hasta menos y tu terminas la preparatoria exactamente en ese tiempo, antes de que ella pueda siquiera verte tú debes estar lejos de aquí, si no quieres que el mismo Fabián te mate, él te envía el dinero para hacerlo más fácil por si no entras a la universidad, suficiente para estudiar en cualquiera que este lo bastante lejos, algo que tus padres no podrían pagar ni en sus sueños –Dijo fríamente algo que me molesto por supuesto
-Mi amor no está en venta –Dije dándole nuevamente ese asqueroso dinero
-Tampoco Helga está en venta, ella debe casarse con Fabián
-¿Cómo que debe?
-Eso no te incumbe, idiota, solamente te estoy dando la primera advertencia, Arnold, antes de que ella llegue será la segunda y si tu no haces caso aun así, no habrá tercera si no muerte.
-¿Porque? –Pregunte más para el cielo esperando respuesta del destino cruel que estaba marcándonos diferentes caminos a Helga y a mí y que parecía caprichoso interponiéndose entre nosotros
-Porque así debe ser, porque nosotros marcamos el destino nuestro destino y ya hemos marcado el de nuestras familias y tú eres un peligro para el negocio que tienen en mente con Helga como su mano derecha.
-Hablas como si fuera un negocio entre inmuebles y son seres humanos de quienes hablan…de ti misma, ¿Cómo puedes estar tan tranquila?
-Yo no tuve padres Arnoldo, me abandonaron en el orfanato a los diez años, ambos eran alcohólicos y mi padre era un vendedor de droga, ¿crees que arriesgare todo lo que tengo ahora solo por simples y estúpidos prejuicios? No claro que no, sé que no seré feliz porque no amo a Armando pero sé también que no es importante mientras sea feliz con viajes, compras y una familia que me apoye en lo que yo desee
-Dices eso porque no has conocido el amor de…
-No importa, ya te advertí –Me interrumpió fríamente mientras me lanzaba una mirada llena de frialdad y molestia –Nos vemos
-Celeste… -Murmure mientras la miraba partir, con cierta pena ya que a pesar de todo sabía que esa joven era algo parecida a mi Helga, abandonada pero esta era diferente, pues ella si sentía que ya no había nada bueno por lo cual seguir, solo tenía odio en su corazón pero Helga…Helga no…
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Al llegar a Susent Arms de inmediato me fui a mi habitación para poder descansar pero en ese momento vi una carta rosa que estaba a un lado de mi almohada, aquello no lo esperaba…era…si puede que sea de ella, la abrí tembloroso tratando de no romperla.
Hola Arnold
Tu no me conoces pero solo quiero advertirte sobre esa gente con la que te vi esta tarde, ella no estaba jugando, la conozco se dé que familia proviene, no quiero que te hagan daño por lo que creo que sería bueno aceptaras el trato que al parecer te hizo ¿No? Bueno eso lo digo porque escuche un poco de la conversación pero no totalmente pues podía ser descubierta desde donde estaba solo te pido que seas precavido.
No están jugando en verdad, los he visto en la televisión, todo mundo busca a la pequeña familia Rickman por lo que te pido, que tengas cuidado, porque tal vez los Rickman sean peligrosos pero los Dante, yo te estaré vigilando como hoy pero no trates de descubrirme porque no lo harás, soy una maestra del disfraz.
Seré tu Angel guardián hoy y siempre. Aunque no pueda estar a tu lado ahí estaré.
Tu Angel
-¿Helga? –Me pregunte emocionado pero recordé la conversación de Celeste, era imposible Helga no volvería al parecer, tome la carta entre mis manos y la guarde, deseando con todas mis ansias que fuera la persona que creía.
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A la mañana siguiente la escuela transcurrió lo normal, al parecer Celeste estaba salvada de una expulsión al decir que el arma que traía era de juguete, creo que lo comprobaron pues todo siguió normal, aunque mis amigos estaban preocupados por mí, de pronto la vi entrar una hermosa joven de ojos verdes o eso me pareció pues la mirada no me la sostuvo cuando nuestras miradas se cruzaron y con el cabello rojo cayendo graciosamente a un lado de su hombro y cubriéndole su rostro.
-Bien jóvenes ella es Cecile Wartz, viene de transferencia de una preparatoria de California, trátenla bien –Dijo sonriente el señor Landy
La joven le sonrió dulcemente al profesor, mientras buscaba un asiento que encontró junto a mí, yo la analizaba totalmente había algo que me hacía recordar algo que ya había vivido con cierta compañera, llevaba un pantalón de mezclilla azul y un top negro con un tolero de mezclilla, ella me sonrió dulcemente, yo me sonroje un podo pero me perdí un momento en el aroma del cabello de la pelirroja quien lo noto y se sonrojo un poco también, le sonríe en modo de disculpa –Soy Arnold –Le salude dulcemente extendiéndole mi mano que ella miro con desconfianza y no tomo.
-Mucho gusto, Arnold –Dijo molesta al parecer algo que me sorprendió ¿Hice algo mal? –Mi nombre es Cecile como ya escuchaste –Me sonrió –Espero que dejes de mirarme así, me molesta –Así que fue por eso, pensé molesto conmigo mismo
-Discúlpame no volverá a pasar
-Bien –Susurro mientras prestaba atención a la clase pero yo no podía concentrarme algo me llamaba la atención de esa joven y no sabía que era, la observe un poco más, realmente era hermosa, su tez clara, sus ojos grandes y expresivos como Helga pero no azules como el mar como los de ella, esos labios…realmente no sé qué me paso pero sentía deseo de apoderarme de sus hermosos labios carnosos, seguía mirándola hasta que me encontré con la mirada molesta de ….¿Celeste? esa chica sí que era más extraña de lo que parecía, decidí ignorarla y mejor concéntrame en las clases pero la duda me estaba carcomiendo….las últimas horas habían sido tan extrañas desde que Celeste Rickman apareció en la preparatoria.
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EL DIARIO DE ARNOLD
FanfictionContinuación del diario de Helga... Después de la agria partida de mi abusadora personal, ya nada es lo mismo aqui en Hillwood, las personas no son las mismas y mi vida tampoco es la misma....nuevas alumnas ingresaron una de ellas tiene un obscuro...