CAPITULO 16 AMOR, LA MAGIA MAS FUERTE I

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CAPITULO 16 EL PERDON NO ES UNA OBLIGACION II

Aun cuando mil mares me separen de la dulce brisa de tus ojos, encontrare rápidamente el resplandor que solo hallo en tu mirada, cuando las aguas se calmen podrás encontrarme y yo me hallare en el hogar que es mi vida y mi tesoro, cuando toda oscuridad se halla ido podré apreciar con mayor intensidad tu mirada llamándome, cuando me acobijen tus abrazos podre saber que entonces es el momento de dejar de partir, cuando tus labios sellen con dulzura mi camino sabré hacia donde me debo dirigir.

A.P.S

¿Alguna vez han sentido esas lagunas en su mente cuando toman y toman sin detenerse a pensar? Bien pues…creo que es algo parecido, no recuerdo bien lo que paso, mientras estuve en mi ausencia mental al dejar salir toda mi furia, solo recuerdo la sensación de ardor en mi pecho y sentir electricidad recorrer por mi cuerpo, recuerdo vagos y confusas imágenes, mi madre gritando que me detuviera.

Bob y Miriam Pataki tratando de ver a sus dos hijas, Bob corriendo detrás de Fabián y Helga, un disparo en la noche, un retorno sin salida; vi como Celeste sangraba lenta y abundantemente pero mi corazón estaba encerrado en lo más profundo de mi ser, yo parecía ser un espectador más, no sabía de donde salía tanto poder ni tampoco que tanto daño podía hacer.

Solo sabía que a mi familia nadie la lastimaría…que mi madre en ese momento estaba en riesgo como mi amada, mi luz en mi vida, por eso no lo pensé y deje todo…

Creo que aquello que tanto temieron mis padres pasó…al menos eso pienso, mi mama no lograba detenerme de no ser por el golpe que me dio al abrazarme de aquel modo, tal vez seguiría en mi ausencia.

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Mi madre seguía sangrando un poco pero estaba mejor, Celeste estaba siendo custodiada por los policías del hospital, ya estaban buscando a Fabián, Bob había sido herido en el brazo por este, pero no recibió mayor daño.

Y Olga estaba en labor de parto, Miriam estaba con ella.

Miraba con vergüenza a mi madre quien no me miraba con reproche pero yo me sentía culpable, Celeste podía morir y era por mi causa aunque ella no pudiera acusarme y estaba de más decir que ni mi familia ni los Pataki's lo harían.

Y no es como que no debería sentirme mal, digo finalmente Celeste no lo hacía pero entonces ¿Por qué? Sabia en el fondo que ella misma busco su destino ¿Por qué la pena?

"Siempre tan samaritano Arnoldo" Sonreí para mis adentros Helga seguramente me diría eso

Una punzada en el corazón apareció, si no encontraba la policía pronto a Helga, el mismo iría aunque no sabía si su mama lo dejaría.

Helga tiene razón, siempre soy tan samaritano y aburrido.

-¿Arnold?

La voz de mi madre me saco de mis cavilaciones.

-¿Qué ocurre?

-Has estado muy callado –Dijo poniéndose de pie sonriéndome con dulzura, aparentemente también funciono con ella.

Sonreí a mi pesar, me alegraba que esta maldición con la que debo lidiar sirva de algo.

-Solo pensaba, estoy…estoy preocupado

-Lo comprendo cariño –Su semblante se puso más serio de lo que normalmente era –Solo vuelvo a recalcar lo que te dije, no me gusta que…

-Lo sé –Miro a Bob quien estaba sufriendo bastante, ¿Qué acaso no era suficiente? –Señor Pataki lamento mucho que…

EL DIARIO DE ARNOLDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora