CAPITULO 10 JUEGO PELIGROSO

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CAPITULO 10 GINGER
A veces la vida en ocasiones es cruel, se devuelve lo que algún día indirecta o directamente hicimos, nos devuelve de una u otra forma la manera de darnos a veces segunda oportunidades pero otras…es por eso que cuando caemos en el hoyo es bueno tocar fondo pero darse cuenta cuando tocamos fondo, lo cual en ocasiones para las personas no es nada fácil y sencillo admitir que han caído a lo más profundo y son miserables y deben salir para buscar ayuda, no…a veces la gente débil se queda en el hoyo al sentirse solos cuando ellos mismos lo buscaron.
La vida de un humano no es solitaria, aquel que diga que ama la soledad está en un error y siempre la vida te da un golpe para recordarte que no estás solo y que no te gusta la soledad entonces ¿para qué fingir que si te gusta? ¿Para qué hacerse un mundo color rosa y negarse a la realidad de las cosas? ¿Para qué tener que caer en la peor de las desgracias y arrepentirse hasta que te ves en la peor de las situaciones? ¿Para qué cegarte a tu realidad, a la realidad de quienes te rodean? Todo esto solo ocasiona que seas tonto y ante los demás una persona insoportable al querer llenar el sol con un dedo, las cosas son más que eso…la vida es más que una depresión, la vida…es corta como un atardecer, pero hermoso y valioso, solo debemos aprender a valorarla.
GINGER

Cecile y yo caminábamos por el parque como hace ya varios días, ella me había permitido estar cerca y lo mejor de todo al menos eso pensaba era que no era solo una amistad, para mí era mi novia, para ella…a veces lo era pero a veces sentía que no lo era.
-Cecile –Susurre mientras tomaba su mano –Te quiero
Tenía que decirlo por mas ridículo que saliera
-Arnold… -Ella se sonrojo pero sonrió melancólicamente –Bueno creo que…mejor nos vamos ¿No?
-Estas huyendo ¿cierto? –Dije dolido
-No…es solo que…bueno es muy pronto para…tu sabes
-No te entiendo –Dije algo molesto ahora pero tratando de controlarme –Necesitas tiempo ¿entonces? ¿Cuánto?
-No me presiones
-No es…solo… -La tome de los hombros –Dime al menos si…si me quieres un poco aunque sea…
Ella no respondió en ese momento sus ojos enfocaron hacia el otro lado del parque, ya era de noche por lo que al ver su mirada de angustia me preocupe y mire en la dirección que ella miraba.
Vimos como una rubia era tirada al suelo por varios hombres riendo maliciosamente, esa rubia… -¿Olga?
Cecile se tensó lo note en sus manos ¿Por qué? No la conocía, tal vez estaba asustada
-Espérame aquí –Le pedí mientras me acercaba a la rubia – ¿Olga?
La rubia pareció tratar de enfocar su vista hacia mí pero parecía algo perdida, entonces pude notar un pequeño bulto bajo sus ropas y estaba más demacrada que la última vez que la vía, parecía enferma y desesperada.
-Ayúdame –Susurro sin fuerzas cayendo al suelo, asustado me acerque para tratar de ver si respiraba, era lento su pulso pero seguía viva.
-Cecile, pide ayuda –Dije en voz un poco alta pero quebrada por ver a Olga así, pero… -¿Cecile? –No estaba –Demonios –Masculle molesto mientras miraba a mi alrededor pero no había nadie así que no me quedo de otra más que hablarle a mis padres.
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Cecile Wartz
No era que no quisiera ver como estaba Olga, pero no podía arriesgarme, mi hermana no podía descubrirme y menos delante de Arnold, mucho menos podía verme vulnerable ante él, debía ser fuerte, al final de cuentas sabía que Arnold no la dejaría sola, no me equivoque.
-La encontré finalmente –Susurre mientras entre las sombra miraba a mi demacrada hermana junto a un rubio quien miraba molesto a su alrededor para después tomar su teléfono
Seguro estaba molesto por que desaparecí así, pero era necesario para seguir ocultándome ¿De verdad lo era?
Suspire, siempre había permanecido a distancia de la vida de Arnold o bueno al menos para que el pensara que no me importaba, pero desde que comenzamos la relación en primer lugar, todo era muy difícil, esa primera despedida cuando se fue a San Lorenzo y por supuesto dolió aún más la segunda cuando tuve que irme, realmente las cosas nunca fueron tan complicadas en mi vida como ahora, ahora que tendría que decirle adiós para siempre para mantenerlo a salvo para que Fabián no le hiciera absolutamente nada, para que la familia Dante se mantuviera al margen de la familia de Arnold, porque si no…si no…
-Todo es tu culpa Olga –Dije mirando hacia la dirección antes de tomar mi teléfono y marcar a emergencia –Débil como siempre –Me respondieron –Necesito una ambulancia…hay una mujer malherida –Le di la dirección y di media vuelta –Es todo lo que puedo hacer Ginger
Me decepcionaba, por supuesto que sí, estaba molesta y decepcionada de como Olga mi perfecta hermana, dulce y amable había terminado de prostituta y estaba segura que ella también se avergonzaba pues esa noche…esa noche que la mire de lejos ella huyo de mí y de mi mirada, por supuesto era más que obvio tan cobarde como siempre y ahora sin poder aparentar que todo estaba bien porque en realidad todo estaba hecho mierda, por su culpa mi vida también.
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Ginger
Observe como aquella pelirroja se alejaba de donde estaba y donde estaba el rubio, un rubio que no era la primera vez que veía, entonces lo entendí.
-Helga –Murmure con las pocas fuerzas que tenía, el rubio me escucho ya que desvió su mirada hacia donde estaba mirando pero la joven se había perdido entre las sombras –No…
Deje escapar unas lágrimas, todo estaba mal, yo estaba mal y estuve mal, cuando pasó la otra ocasión ¿Por qué rayos me seguí hundiendo? Cerré los ojos desvaneciéndome y dejando que los recuerdos inundaran mi mente…

FLASH BACK (Hace 8 meses)
Me encontraba desesperada hacía semanas que ningún hombre pagaba por tener mi cuerpo, me parecía de lo más asqueroso y humillarme estar a mitad de la calle vendiéndome entre las prostitutas de más baja calidad pero del bar me habían corrido y del Table Dance también por lo que no me quedaba de otra, lentamente camine hacia un par de jóvenes que venían por aquella acera solitaria, seguramente buscarían diversión pero entonces…
-¿James? –Pregunte avergonzada, aquel joven de cabellos rubios, ojos cafés claros, tez clara, alto…era mi antiguo amor antes de que todo esto se comenzara a destrozar, el me miro sorprendido pero de pronto su rostro se volvió lleno de repulsión
-¿Olga?
Pude ver una pequeña esperanza pues cuando estuve saliendo con él, me había demostrado que me quería, pero tontamente pensé que eso seguiría presente pero que mal estaba, como siempre.
-James –Lo abrace, él se puso rígido pero uno de sus amigos interrumpió
-Vaya amigo, no sabía que tenías amigas prostitutas
-Cállate Mario
-Mínimo que nos haga un descuento –Dijo riéndose de mí pero James lo callo nuevamente y tomo mi brazo para obligarme a caminar.
-¿Qué haces aquí?
-Yo… -Quede helada sus palabras salieron más frías que el hielo y eso me dolía pero yo tenía bien merecido todo esto –Necesitaba…dinero
-¿Para qué? ¿Qué acaso Robert no resulto ser rico?
Si en efecto deje a James porque él no entendió mi situación y conocí a Robert, por quien deje a James a un lado, pues Robert me entendió en un principio y era mi compañero de copas y fiestas pero después…después no pudo más supongo.
-Me dejo –Murmure dolida
-Vamos a mi departamento
Llegamos al lugar y pensé que sería de una manera diferente y de un modo distinto pero no como pasaron las cosas. –Bueno Olga date una ducha –Me arrojo una toalla en la cara y le mire confundida
-No me gustaría tener sexo con alguien que huele mal –Dijo mirándome burlonamente -¿Qué pensaste? ¿Qué te traía a charlar? Anda dijiste que necesitas dinero –Me mostro un fajo de billetes y los arrojo en el suelo –Es un adelanto pero ahora ve al baño
Aquello fue humillante pero necesitaba el dinero y aunque estaba con el corazón partido, sería bueno estar con alguien que si amaba al menos eso pensé.
Tome el dinero y fui directo a la ducha, después volvió a ponerme mi blusa y falda pues no sabía si James realmente deseaba hacerlo, no podía creer que realmente lo hubiera dicho enserio, por lo que termine de vestirme y Salí, lo encontré mirando burlón mi vestimenta, como siempre me equivoque
-¿Para qué vestirse, si te voy a desvestir? –Pregunto mirándome intensamente
-No hables, zorrita –Dijo humillándome, me tomo de las manos azotándome en la cama, después se dejó caer todo su peso sobre mí, comenzando a morderme y a tocarme de la manera más brusca del mundo sin ningún tipo de gentileza, asustándome.
-No…James…así no
-Vamos Olga, no eres una santa, así que cállate y copera –Dijo golpeándome en el rostro, comencé a sollozar sintiendo como me despojaba de mi ropa lentamente
-No –Le di unos empujones leves tratando de alejarlo pero sin lograrlo y entonces…
-Ya cállate –Dijo al momento de embestirme lastimándome, provocando que me quedara quieta y sollozara aún más, sentí su miembro en mi vagina donde no se detuvo y comenzó una tras otra embestida, no sentía nada, solo dolor y molestia, impotencia, aquella manera en la que estaba tomándome la persona que yo alguna vez ame, la odie.
No termino conmigo hasta que se cansó, me utilizo como si fuera un objeto sexual, sin importarle lastimarme, sin importarle lo que sentía, ni la humillación, ni mis sentimientos, nada. –Ah –Termino dentro pensé
-No –Murmure débilmente ya de tanto llorar, sentí como se quitaba de mi cuerpo ya mallugado, comencé a sollozar aún más.
Me miro burlonamente –No eres una santa, eres una prostituta, agradece que me atreví a tener sexo contigo sin protección alguna –Dijo sonriéndome más –Eso es porque quería vengarme Olga, nadie se burla de mi –Abrió la puerta de su recamara y vi al amigo que habíamos dejado atrás junto a otro, asustada me tape –Adelante amigos –Saco otro poco más de dinero –Aquí está el pago por ellos zorra –Me aventó el dinero en la cama humillándome aún más –Toda suya señores –Sonrió burlonamente guiñándoles un ojo
-No… ¡James!
Esa noche fue la peor noche de toda mi vida, sus amigos me violaron prácticamente toda la noche, me golpearon y me hicieron la peor humillación de todas, después de todo lo que paso sentí que no podía más, James a quien quise, me hizo esto y…yo no podía creerlo aún, entonces mire la botella de alcohol que dejaron y ahogue mis penas como siempre, había tocado fondo pero no tenía nada porque luchar, la luz que vi la noche anterior se había extinguido y ahora…ahora solo había oscuridad.
Tome el dinero, la botella, mi ropa, me limpie y Salí del departamento sin mirar atrás, para seguir en el hoyo donde estaba sin fuerzas para nada.
END FLASH BACK

Desperté, no sabía dónde estaba pero entonces mire a mi lado donde estaba una mujer castaña mirándome con tristeza pero con una sonrisa -¿Dónde estoy?
-En la casa de huéspedes
-¿En casa de Arnold?
-Exacto
-Esta… ¿esta Helga aquí?
-¿Helga? –Me miro confundida –No querida
-¿La pelirroja? –Pregunte con la esperanza
-¿Pelirroja? Solo que sea Cecile
“Cecile” pensé divertida “Hay hermanita nunca cambiaras” –Quiero verla por favor
-Ahorita no se podrá Olga, necesitas descansar y puede que necesitemos llevarte a un hospital mañana para que te ayuden con lo del embarazo, estas muy baja de peso y temo por él bebe aunque sigue vivo, seguro tiene ganas de vivir –Dijo con una sonrisa mirándome
-Ojala y no nazca –Mencione molesta mirando mi vientre, pensé que lo matarían, por eso había provocado a James pero ni así… -Lo odio
-¿Por qué?
-No es producto del amor –Comente molesta con ojos llenos de lágrimas –Y por eso no debe nacer
-Bueno querida creo que…realmente no puedes decir que lo odias hasta que lo veas y tengas en tus brazos, tal vez la manera no fue la más correcta pero estoy segura que el papa de ese bebe lo amaste y por algo estuviste con el ¿No?
-No tiene ni la más puta idea –Solté molesta –Déjeme sola
La mujer me vio entre avergonzada y triste pero no dijo nada y se fue.
Comencé a sollozar cuando… -Vaya, vaya Ginger moría de ganas por conocerte
Mire hacia donde provenía la voz y vi a una rubia bastante divertida por la situación -¿Quién eres?
-Digamos que seré algo así como la peor pesadilla de tu familia y de tu vida o lo que te quede de ella, realmente te ves mal –Sonrió burlonamente –Harás algo si no quieres que tu hermana Helga muera
-¿Helga…? –La sangre se me helo
-En efecto –Se acercó –Debe de ser cuanto antes, ya que en unos meses cumplirá la mayoría de edad
-¿Qué?
-Hablo de la empresa de tu padre y de que ibas a dividirla, te propongo que me la vendas, tienes ahorita derecho a manejar todo lo de ella como su albacea y….
-Te equivocas –Esa voz
Mire hacia la izquierda y de las sombras salió una hermosa pelirroja que se quitó la peluca dejando caer sus largos y lindos cabellos rubios –Ella no lo es desde hace tiempo, en pocas palabras desde que nos abandonó a mi padre y a mi
-¿Qué? Pero tu…
-¿Crees que de verdad confió en los tíos de Daniel o en ti? –Mi hermana estaba molesta lo notaba
-Eres una mentirosa, dime quien es o…
-O nada Celeste, ahorita no harás nada –Dijo muy segura –Armando te está buscando
La otra rubia que amenazaba a mi hermana palideció -¿Qué…?
-Está en el parque y olvídalo no sabrás nunca quien es la persona encargada de nuestra herencia, no soy una tonta, y no pueden engañarme tan fácil
-Lo veremos –Dijo la rubia del otro extremo mirando con verdadero odio a mi hermana, dando media vuelta para salir por la ventana por donde seguramente entro.
-Helga –Deje escapar lagrimas
-No me hables Olga –Dijo fríamente atravesándome el corazón –Todo esto es tu culpa y ahora tengo un gran problema en mi vida ¿estas contenta?
-No…yo no quería…yo
-Pues lo hiciste
-Helga
-Solo quiero cumplir los 18 para que firmes que aceptas darme toda tu herencia, no quiero que la empresa de papa se pierda –Me dijo firmemente –Aun cuando ya no tienes poder sobre ella, sigue siendo tu herencia y puedes reclamarla por eso te lo estoy diciendo, ni se te ocurra dársela a Celeste por mas amenazas que te haga, me lo debes y a papa también –Dio media vuelta sin mirarme mas
-He…
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Arnold
Vi salir a una rubia del cuarto donde estaba Olga, eso no podía porque la única rubia que conozco en esos momentos es a Celeste pero ella no ha ido a mi casa, la sigo sigilosamente y se dirige hacia… -¿Cecile?
Ella me mira con ojos como platos mirándome toco su cabello y vio lo que traía en su mano cayendo en su gran error –Arnold
-¿Por qué…que…qué diablos? –Tome la peluca pelirroja y le mire molesto -¿Me puedes explicar?
-Yo…
-Si
-Soy rubia
-Ya lo note –Dije sarcásticamente –La pregunta es ¿Por qué ocultarlo?
-Bueno yo… -Me miro nerviosa –Yo…odio…odio el rubio
-¿Por qué no solo lo tiñes de pelirrojo? –Pregunte pues era lo más obvio que se haría ¿No?
-Porque mis padres lo aman
-Oh… -Dije no muy convencido –A mí me encanta –Dije acariciando su mejilla suavemente
-Graci…gracias
-¿Hay algo más que deba saber? –Insistí, pues me parecía todo muy extraño
-No…no
-¿Te equivocaste de cuarto?
-No
La observe, no quería presionarla, así que suspire y lo deje pasar -¿Puedo pasar?
-¿Para…?
Me sonroje y sonreí pícaramente –Quiero estar contigo
Ella me miro entre sonrojada y una dulce sonrisa asomada en su rostro pero también algo molesta –Claro –Aun así accedió
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Afuera de la casa de huéspedes, estaba un joven rubio, ojos color miel, alto y tez blanca, con una chaqueta negra y jeans, camisa blanca, mirando el lugar molesto, realmente estaba fastidiado de Celeste enviándole todos esos mensajes desde hace semanas, algo que no soportaba era que lo hostigaran pero lo que menos soportaba es que quisieran verle la cara de tonto y que se metieran con lo que era suyo y menos cuando a él le negaba todo.
-Ya llegue Helga –Susurro mirando hacia cierto departamento donde había una luz prendida –Arnold Shortman desearas no haber nacido –Miro la fotografía de la rubia –Igual que tu…y tu familia –Sonrió mientras se encaminaba al lugar…

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