Hermione observó dubitativa la mano de Ron en donde, por un par de segundos, logró ver el flamante anillo de matrimonio. Dio un bufido, pues esperaba que fuera cualquier persona la que le tendiera la mano, incluso llegó a creer que se trataba del muchacho llamado Erizo quien se había regresado... Pero no, era él, Ron. El novio recién casado que la miraba desde arriba. Quiso ponerse de pie sola, optando por apoyarse con una mano y darse fuerza con un pie, pero otra vez resbaló.
—No te haré nada, Hermione. Solo deja que te ayude.
Ella guardó silencio y, dándose valor, aceptó su mano para subir los últimos metros hasta llegar al llano superior.
—Gracias. No hacía falta —dijo una vez que estaba arriba, tratando de arreglarse un poco la ropa y sacudiendo el barro que tenía.
—¿No? ¿Segura? Por poco y te matas, son varios metros antes tocar el suelo —aseguró casi en tono de regaño. Hermione quiso replicar, pero prefirió no entrar en una confrontación. Mal que mal, debía agradecer el hecho de que la hubiese ayudado.
—Habría utilizado mi hechizo diario si hubiese sido necesario.
—Bueno, entonces para otra vez te dejo que te mates.
—Pensé que estarías en tu Luna de Miel —añadió ella tratando de cortar el temita de su casi caída.
—Sí, nos iremos mañana o pasado. Aún no definimos a dónde —confesó algo titubeante.
—Bien —Hermione quiso seguir su camino, pero él le tomó el brazo en forma suave pues quería aprovechar el instante que la tenía cerca.
—Este, Hermione... yo... yo lamento mucho lo que te dije ayer. Realmente me sorprendió verte en la ceremonia.
—Tú me invitaste, ¿no?
—¿Yo?
—A ver Ronald —prosiguió Hermione soltándose del agarre y poniendo sus brazos en jarra—: los que se casan, invitan. No habría ido a tu matrimonio así como así. Tu mamá me llevó la invitación.
Ron entrecerró los ojos y entendió. No había sido él, ¿su madre? No, tampoco. De seguro solo estaba haciendo un favor a Lavander.
—Está bien, lo siento. Creo que fue un error.
—Si querías burlarte, lo lamento, pero no te funcionó. Tengo cosas más importantes en qué pensar y por qué preocuparme. Ahora si me permites, debo llegar al mercado. Necesito comprar algunas cosas.
—Supe que tienes inquilinos en tu hotel.
—¡Qué rápido corre el correo de las brujas en Helgg!
—De los mortífagos querrás decir.
—¿Qué? —preguntó intrigada. ¿Quién habría andado husmeando por ahí?
—No te hagas, Hermione. Mitch O'Donovan y su hermano Paul, dijeron que habían trasladado a un mortífago a tu hotel... bueno, en realidad indicaron que eran dos mortífagos...
Fue ahí que Hermione cayó en la cuenta. Sí, ese par de buenos para nada eran amigotes de Ronald, ya lo había advertido en el momento en que la llenaron de fango cuando pasaron por su lado con los vehículos.
—Llevaron a más personas, ¿cómo saben que se trataba de mortífagos? Además, para tu información los mortífagos están extintos.
— No los Malfoy. Se trata de ellos, ¿no es cierto?
—Eso no te incumbe. Y, si lo fueran, ellos no son mortífagos. Por lo demás no es un tema que a ti te deba interesar, ni del cual yo deba estar hablando.
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Todo Pasa Porque lo Cazan (sí, con zeta) - Fanfiction
FanfictionCuando los medios faranduleros del mundo muggle dan con la remota isla de Escocia, en donde la famosa actriz de Hollywood, Pansy Parkinson está tratando de casarse con el magnate Malfoy, una chica local, administradora del Hotel Cero Estrellas, He...