Clarke se quedó perdida en esas esmeraldas que tanto había amado, y le gustara o nó sabía bien que aun amaba tanto y no podía creerlo, no podía creer que su tonto loco corazón estuviera dando vuelcos de alegría por estar sintiendo nuevamente el tacto sus manos, y sus ojos viendo la diosa que alguna vez la hizo suya, no sólo en cuerpo pero sino también en alma.
Pero Clarke sentía mucho dolor aun, enojo, y seguramente ganas de darle unos buenos golpes, gritar y desahogarse de tantos años de vacío y silencio. Y allí estaba, con esa hermosa cara mirándola como si viera a una diosa inmaculada, con esa ternura y ese maldito amor en sus brillantes y emocionados ojos color bosque. Qué demonios le sucedía...?!
- No! Ya no soy esa estúpida niña virgen con la que te divertiste... y cuando te aburriste de ella la dejaste en ese mugroso motel con una estúpida nota diciendo adiós, porque no tuviste los ovarios para decirlo en su estúpida cara.... soy Clarke, Doctora Clarke Griffin y te agradeceré que no le digas ni una palabra a mi hija de esto... ahora si me permites debo irme... Lexa? O como demonios sea tu verdadero nombre...
Clarke dejó salir esas palabras con dureza y con una expresión en su rostro que Lexa podía definir claramente de un enorme dolor de mucho tiempo, lo que la hizo sentirse aun peor. Pero ella necesitaba que Clarke la escuchara, tenía una gran explicación para darle una gran una disculpa también, pero tener frente a ella su rubita, la mujer de la que se enamoró casi 20 años atrás y de la que nunca dejó de estarlo, ahí escuchando su dolor, la dejaban casi sin palabras, todo era endemoniadamente difícil.
Clarke la miró por última vez con dolor y furia en sus ojos azules, irritados por el llanto y la emoción, soltándose del agarre de las manos de Lexa como si fuera algo que la estaba quemando. La morena reacionó al duro gesto con pena. Luego Clarke se giró para abrir la puerta de su auto, pero Lexa no podía dejarla irse así, no aun... su mano fué más rápida que su mente y volvió a agarrar esta vez el antebrazo de su viejo amor, encontrándose con esos ojos enojados y doloridos nuevamente mirándola desafiante.
- Súeltame Lexa!
- Eli... Clarke por favor espera... tú no sabes...
- Qué!? Qué no sé...!? Te diré lo que sí sé.... Sé lo que pase aquella mañana cuando desperté y sólo encontré ésa nota de mierda! sé lo que sufrí después durante mucho tiempo porque no podía olvidarte, no podía entender porqué, sé lo que soñé esperando que algún día te arrepintieras y vinieras por mí, sé lo terrible que me sentí cuando mi marido me puso ése maldito anillo en mi dedo y me declaró su amor y tuve que fingir porque no pude sentir lo mismo, porque había entregado todo mi ser a tu maldita persona! Sé todo lo que te llevaste de mí aquel día que te fuiste... MALDITA SEAS!!! VETE A LA MIERDA Y DÉJAME DE UNA BUENA VEZ!!!
Clarke no pudo sostener su dolor, sus lágrimas salieron como cataratas de sus ojos y no hubo dolor más profundo en el mundo en ése momento que el que sintió Lexa al verla tan herida, no podía pronunciar palabra y sólo hizo lo que su corazón le dijo. Sin meditarlo ni dos segundos, no sólo no soltó el agarre del brazo de Clarke, sino que tiró de él, atrayendo su cuerpo al suyo para envolverla en un muy sentido abrazo, apoyando su pera en el hombro tembloroso de su chica, porque aun lo era en su corazón, y ella le había hecho daño sin querlo. Y aunque sabía que había tomado ésa difícil decisión basada en una buena razón, le había hecho mucho daño y no sabía cómo haría para poder curar ésa enorme herida, pero de algo estaba segura en ese momento, viviría el resto de su vida tratando de enmendar su gran error, eso si Clarke se lo permitiría.
Los brazos de Lexa se aferraban con fuerza al cuerpo de Clarke que temblaba bajo ella, aun llorando con desesperación sin poder reaccionar. Sus manos pronto comenzaron a acariciar sus dorados y ahora cortos cabellos com dulzura. Era como sentir esa llama estar viva nuevamente, una llama que jamás se apago completamente entre ellas, pero que se mantuvo apenas intensa por la lejanía de sus vidas.
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Querido amor... [Completa]
FanfictionClarke es una reconcida doctora en el hospital general de la ciudad, tiene 36 años y es madre de Alycia 15 años y Jake 11 años, divorciada hace cinco años del arquitecto Bellamy Blake. Viviendo una cómoda y tranquila vida hasta que una mañana la nue...