014| Ojos Azules, Luna Llena

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Noche, Septiembre 20

NARRADO POR MARY:

Había subido a mi habitación hacía poco más de una hora, justo luego de que acabará la fiesta sorpresa por mi cumpleaños. Y debía de admitir que me asombraba bastante tomarme tan bien esa fiesta. Pensé que toda mi vida odiaría celebrar mi cumpleaños. Aunque también estaba el hecho de que en esa fiesta solo estaban mis más allegados–con excepción de Pablo y Ana–Y también me faltaba allí James, pero por razones personales no había podido venir.

Mary–oí que me llamaba Juan Pablo.

Me di la vuelta para poder verlo mejor ya que me encontraba en el diván que estaba en la sala, uno que quedaba muy fuera de lugar con la decoración. Llevaba allí sentada desde que había llegado intentando arreglar una invitación para una boda de una amiga en Argentina.

¿Estás muy ocupada?–preguntó con una de sus cejas alzadas.

Un poco, pero esto puede esperar para otro momento–le dije dejando el computador a un lado–¿Qué pasa?

Que tal si buscas un suéter y vamos a dar una vuelta–propuso.

Lo miré por unos segundos con una sonrisa. Estaba con aquel pantalón corto crema que había usado en la mañana pero ahora llevaba puesta una camisa gris de mangas largas y aún llevaba aquel collar de flores que combinaba con mi tiara.

¿Qué planeas?–pregunté con una ceja alzada mientras me levantaba para ir a buscar el suéter.

No preguntes, solo ven–me contesto dándose la vuelta.

Busqué en mi maleta que por suerte había un suéter de tela fina crema, tampoco era que ahora que comenzaba a atardecer hiciera frío. Me la puse sobre el vestido largo y caminé hacia él que estaba en la puerta esperándome.

Como sea un secuestro o este en tus planes algo más acuérdate que papá te matará–le advertí con sorna.

Tu padre no hará nada contra mí porque soy el mejor prometido que haz tenido–me dijo este con una sonrisa de orgullo.

Y el único–le recordé.

Pablo solo fue mi novio, pues no llegó a ser mi prometido.

Entonces espero que el próximo me superé por mucho–me dijo riendo un poco.

Aquella risa no se me contagió porque a algo dentro de mí no le dió nada de gracia aquel comentario. Algo dentro de mí se sintió tan incompleto.

Me dirás a dónde vamos–insistí para cambiar un poco de tema.

Bueno ahora iremos con Sofía y Lucía que quieren que vayamos a comer un helado con ellas–me contestó Juan Pablo.

Suena una genial idea, aunque no creo que me de tanto frío con un simple helado como para que me dijeras que trajera un suéter–le dije a este mirando el lugar de recepción.

No te lo dije por eso, luego tenemos planes tú y yo–me contesto esté.

En cuanto Sofía y Lucía estuvieron a la vista, Juan Pablo agarró mi mano y camino hacia ellas.

Esas veintiuna primaveras te sientan muy bien–me dijo Sofía con una sonrisa–Te vez tan genial y haz crecido tanto que ni siquiera lo puedo creer....

¿Disculpa? A mí me sientan bien todas las edades–le dije riendo un poco.

Justo comenzamos a caminar por el lugar junto a unos polinesios que según Sofía nos llevarían a el mejor lugar de helados. Cuando se trataba de Sofía no se sabía exactamente qué se podía esperar pero si algo estaba segura era que si dijo que eran los mejores helados así sería.

Prometido Falso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora