Intenciones

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SÍ, LO SÉ IMAGEN NO RELACIONADA, PERO NO PODÍA, ME LA DIO NERO Y FUE AMOR A PRIMERA VISTA. TENÍA QUE, LO SIENTO . <3

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La panadería estaba ligeramente solitaria, Yuya jugaba con la superficie espumosa de su café y pensaba en el infinito. La espera nunca era para él algo que lo atormentase, de hecho siempre había considerado que hacerlo en algunas situaciones era lo mejor. Como en aquella. No podía enojarse, no podía rebelarse, ni mucho menos molestarse. Estaba esperando allí desde hacía relativamente poco tiempo. No era un mal lugar, no sentía mal allí y tampoco era como si pudiese pasar cualquier cosa allí. Estaba solo, pero era un lugar seguro. De igual forma, esperar por Yuto nunca sería algo malo.

Agarró el vaso donde tenía el líquido caliente y lo llevó a su boca. Allí sopló suavemente y sorbió un poco. Cuando volvió a levantar su mirada se siguió encontrando con el mismo lugar gris al que llamaba colegio. Después de tragar hizo una pequeña mueca ante aquel edificio, ya ni siquiera se sentía cómodo en el mismo. No podía sentirse bien aún estando con Yuto en todos los recreos ni tratando de evitarlos más posible. Eran las únicas armas que tenía. Era todo lo que podía hacer. Ya sabía las consecuencias de hacer cualquier cosa en su contra. Además de que no sabía cómo iban a reaccionar después. El no temía por las consecuencias de sus actos. Pero tampoco estaba seguro.

Miró sus manos pensativo. Estaban más anchas, ásperas y fuertes. La insistencia de sus éntrenos y las constantes odas al gimnasio le estaban dando provecho. Las mañanas en las que amanecía adolorido valían la pena cuando veía su proceso hachando ladina a acrobacias. Valía la pena todos los circuitos de fortalecimiento que hacían dentro y fuera del gimnasio. Valía la pena porque veía algunas cosas mejor. Se sentía mejor, se sentía más fuerte y más proporcionado. Los músculos ya se podían sentir y la delgadez de antes, ya no se veía. Estaba mejor, se sentía mejor. Y eso de alguna manera le hacía preguntarse si, aunque fuese por una vez, podría devolverles el golpe.

No sabía exactamente porque, pero desde hace unas semanas no lo había vuelto a golpear. Solo había mensajes de los que estaba seguro de que eran ellos y también algunos cuadernos que le agarraban para ponerle símbolos o cosas. Pero más allá de eso, no había nada. No negaba que se sentía mal aún, que odiaba que sus cosas las mancharan de cosas que él no era. Que no pudiese revisar bien sus mensajes y que inevitablemente se pusiera mal a ver su celular. No obstante, al menos se sentía tranquilo de que Yuto no sufría nada.

Hace poco, había mirado sus cuadernos y se anima alegrado de sobre manera al ver que lo tenía nada malo, nada de símbolos raros, 6 que se repitiesen o estrellas con símbolos. Nada de las cosas que tenía en los suyos, ni tampoco nada extraño. Se alegraba mucho. Y eso, esa pequeña diferenciación, ese hecho de que él no le hicieran nada pero a Yuya si, le alegraba. Al menos así sabía que No le hacía daño al otro.

Sonrío suavemente al pensarlo. Era una cosa menos de las que preocuparse.

—Hey—lo saludó alguien desde lejos. Yuya volvió su cabeza hacia el mismo—, no pensé que te encontraría en un lugar como este. Pensé que te iba más acosar a personas en el metro.

—Ah... yo... Hola... Yuri.

—No, hablando en serio, ¿qué estás haciendo aquí en este lugar tan fuera de tu habitad natural, pequeño acosador?—preguntó Yuri sentándose al frente de Yuya, sonriendo burlonamente como solía hacer—¿Esperas a tu próxima presa?

—No, no—el de ojos rojos negó algo apenado—. Solo espero por Yuto, el profesor dijo que necesitaba hablar con él así que acordamos encontrarnos aquí—explicó calmado, aún estaba sonrojado, pero era leve, desaparecería pronto.

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