—Quisiera que existieran más cosas así... ¡fue increíble!—gritó con emoción mientras agitaba sus manos como si fuese un niño. Yuto aún no se sacaba la sonrisita del rostro a pesar de que había escuchado eso por más de 20 minutos. Pero no le importaba, Yuya estaba feliz y él también lo estaba. Poco le importaba lo muy insistente que era en esos momentos o que tanto decía lo mismo una y otra vez—Era increíble, él se alzaba y los objetos aparecían y desaparecían como si nada, ¡sigo sin entender cómo lo hacen! ¡Son tres! ¡Tres Yuto! Es toda una proeza.
—Siempre me han gustado por ello, cada semana innovan y hacen una nueva obra corta—comentó como si nada aún con la mirada embobada metida dirigida hacia él—. Han estado por unos meses aquí, quizás se irán pronto.
—¿Son mochileros?—preguntó con cierto asombro, Yuto asintió—Vaya... parecen profesionales.
—Sí, la manera en cómo arman las obras y el guion es bastante buena—comentó como si nada, incluso aprovechó para darle una pequeña lección de cultura a Yuya—, y es extraño que hagan Teatro Negro.
—¿Teatro Negro?—preguntó ligeramente extrañado. Miró unos instantes hacia arriba y relacionó ideas—¿Te refieres a que están actuando y que hay personas atrás moviendo cosas?—
—Sí, eso—asintió—. Me gusta esa clase de cosas, son bastante ingeniosas, todos tienen que hacer algo a un tiempo determinado—sonrió—. Supongo que será complicado, todos tienen que tener sincronía y eso.
—Además no se ven...—añadió interesado—Ninguno de ellos dos resaltaban más que Dennis. Eran invisibles...
—Realmente les sale muy bien el truco, es cómo si desaparecieran del escenario totalmente—siguió hablando mientras veía como poco a poco llegaban a la estación del metro—. Casi parece magia. Todos se reían y se animaban con la historia. No creo que eso sea fácil de lograr.
—Quisiera hacer eso algún día—dijo en un murmuro Yuya aún con una sonrisa en el rostro.
—¿Hacer Teatro?—preguntó de manera natural.
—Hacer sonreír a las personas...—dijo con una ilusión muy grande en el rostro—Ver sonrisas en sus rostros, verlos emocionarse, que ellos... reaccionen a lo que se les muestra... me gustaría poder hacerlo...
—Quieres hacer entretenimiento
—...Sí...—murmuró—Me encantaría poder hacer aquello—divagó un poco, tenía un brillo especial en los ojos—. ¿Te lo imaginas? Hacer actos, ver cómo la gente reacciona y como se asombra ante... lo que está pasando en pantalla creo que debe de ser... espectacular...
—Mm... Yo creo que serías bueno para ello—soltó con dulzura. Yuya le sonrió. Los dos pasaron la entrada del metro de manera distraída mientras charlaban un poco más—. Tú tienes un lindo carisma—resaltó con dulzura. El de ojos rojos se sonrojó tenuemente.
—¿De verdad?—preguntó con cierta timidez.
—Claro que sí, Yuya—le dirigió una mirada.
—Gracias... —se sonrojó nuevamente así que para evitar cualquier repercusión, cambió de tema con lo primero que se le ocurrió—Oye, ¿tienes tiempo?
—Umm... supongo que sí, ¿por?
—Es que... Estamos en las horas pesadas...—desvió la mirada y abrió los ojos un poco más—Y... no me gusta ir en tren sólo a mi casa, pensé que podríamos... quedarnos un rato a comer algo aquí en la estación—sonrió tímidamente y le miró con ojos esperanzados.

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Vías
FanfictionYuya siempre que sale de clases se va por el mismo camino recóndito y escondido al lado de las vías del tren local. Justo en ese trayecto es cuando todos sus pesares afloran y sus sentimientos tocan la luz del día. Ese día no era diferente, pero est...