-¡Rachell! ¡Ven, ahora!
Rachell caminó insegura hacia la habitación de su padre, donde la llamaba a gritos.
-¿Sí?
-¿Dónde demonios has estado metida?
-Estaba con Nicole, hemos tenido muchos trabajos.
-No quiero que estés llegando tarde, Rachell, o dejarás de ir a su casa.
-¡Déjala por dios Reynolds! sólo está con su amiga –Salió en defensa su madre que en ese instante salía del cuarto de baño. Rachell suspiró aliviada al saber que no estaba sola con el hombre.
-Es tu culpa que quiera estar en la calle todo el día ¡La volverás una cualquiera como tú!
-¡No me hables así! ¡No comenzaré una discusión de nuevo!
-¿Cómo explicas que llegue a las nueve de la noche? ¿Qué tanto hace en casa de esa mocosa?
-Ya te he dicho, son trabajos de la universidad –Se defendió Rachell.
-¡Cállate! Ya te lo he advertido, no quiero que sigas en lo mismo ¿Por qué no viene ella?
-Porque su casa queda más cerca de la Universidad.
-¡No le grites así Reynolds! Rachell, ve a tu habitación –Reynolds miraba a su madre con cara de odio y ella a su vez le devolvía el gesto. Sabía que si no salía del lugar, aquello se pondría peor, así que temiendo a que comenzara una pelea que en vez de palabras fueran golpes, salió disparada a su habitación.
Se encerró y fue a ducharse. Cerrando los ojos, tratando de relajar su creciente depresión. Cuando acabó de ducharse, se vistió y sin tener intención de comer algo, agotada se recostó en su cama. Tomó el IPhone y visualizó tres llamadas perdidas. Todas de Ithan o como ella le había colocado como nombre de contacto "Thor"
*Lo siento, he llegado bien, olvidé avisarte*
Mintió.
*Tranquila, que descanses*
Rachell pensó en su respuesta al preguntarle su edad e importándole poco que él ya se despidiera, se atrevió a enviar otro mensaje.
*¿Por qué no me has dicho tu edad?*
*¿Qué importa mi edad?*
*Tú has preguntado la mía, sería justo saber la tuya*
Esta vez su respuesta tardó más en llegar. Y Rachell se arrepintió temiendo haber molestado, pero rato después, éste llegó.
*Siete años más*
Al comienzo no entendió, pero comprendió que se trataba de siete años más que ella. Veintisiete. Alzó las cejas, sorprendida por la diferencia de edad, pensó que era más joven. Pero entonces, queriendo provocarlo, tecleó:
*Entonces debería ir a dormir, los viejitos como usted deben descansar más ;)*
*Éste viejito puede enseñarte cosas que un joven no lo hará...;)*
Y con aquel mensaje que dejaba muchas cosas a la imaginación, Ithan se despidió. Rachell no pudo dormir después de aquel texto, no sabía a qué se había referido, y la verdad es que su mente pervertida había comenzado un trabajo.
Los días pasaron y Rachell e Ithan se ponían en contacto cada vez más seguido. A veces su primo Manuel se encontraba con ellos en el parque para correr por las mañanas. Pero ya Rachell no tenía ojos para él, sus ojos sólo eran para Ithan, que cada vez se notaba más atento con ella.
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Atravesando las Tinieblas
Любовные романыIthan Collins es un empresario y ex boxeador que esconde un pasado arduo en el que ha sido acusado de delitos que nunca cometió, ha tenido que vivir una vida llena de mentiras para ocultarlo y no desprestigiar el nombre de su familia. Su mundo de...