Capítulo 31- Que comience la cacería.

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     Ithan firmó el contrato con el viejo Reynolds, mientras en su mente solo aparecían imágenes de él fracturándole el cráneo. Pero su primo tenía razón, la violencia no sería la mejor solución. Los planes que llevaba a cabo sería una mejor manera de hacerlo pagar, ya habría momento para partirle la cara.

     Había comenzado a entrenar duro, descargaba su rabia contra el saco y en el ring contra el pobre de Manuel que se dedicaba a recibir sus goles, aunque protegido de pies a cabeza. Su relación con Rachell se había visto afectada los últimos días después de que Ithan descubriera parte de la verdad de lo que ocurría en su vida, pero él aun no sabía lo peor...

     No sabía que su padre la abusaba prácticamente de manera sexual, la acosaba, toqueteaba o besaba a la fuerza. Enero se acercaba y el campeonato también, el cual ocurriría a comienzo del próximo año. Por lo que Ithan se había dedicado a entrenar como nunca antes lo había hecho, dedicando mucho de su tiempo libre en ello. Mientras le mentía a su novia, la cual no sabía que había firmado contrato con su padre, diciéndole que tenía mucho trabajo.

-¿Tienes tiempo para vernos hoy? –Preguntó la castaña con tono cortante al otro lado de la línea. Ithan miró al centro del gimnasio de la empresa Matthew's, en donde había comenzado a practicar con el entrenador colocado por la misma compañía del padre de la castaña, como el susodicho hablaba y reía con algunos jóvenes que allí entrenaban. Respiró profundo sintiendo la impotencia por no poder destruirlo cada vez que tenía que verlo y respondió.

-Llegaré tarde, pero podemos vernos ¿Puedes salir de casa? –Dijo sin quitar los ojos de Matthew.

-Lo intentaré, puedo inventar una excusa...

     Ithan suspiró y asintió, poco convencido. No quería meterla en problemas, no quería que su padre volviera a maltratarla. Pero tenía un par de semanas sin verse más de diez minutos, minutos exactos de recorrido de la universidad de Rachell a su academia de baile, donde a veces él la buscaba para llevarla. Necesitaba estar a su lado.

-Ya no me está gustando esto de estar a escondidas...

-¿Estás cansado?- Preguntó ella mirando a sus compañeros danzar en medio del salón de baile.

-No, no es cansancio. Es que no quiero seguir ocultando mi relación contigo, quiero que todos los sepan y ser libres de hacer lo que queramos.

-Pero aún no se puede, Ithan –La chica suspiró cansada, miró sus manos y con la voz apagada susurró- A veces pienso que sería mejor dejarlo...

-¿Qué?-Exclamó Ithan pensando haber escuchado mal. Rachell suspiró y colgó, sin darle más respuestas, dejando al rubio con el teléfono en el oído, escuchando estupefacto el tono de corte de la línea.

-¡Ithan! ¡Muchacho! ¡Ven acá! –Se levantó tensando la mandíbula, dejó el IPhone a un lado y caminó hasta su despreciable suegro y el entrenador.

Media hora después, Ithan se excusó para irse antes que todos y poder ir a buscar a Rachell a la academia.

-¿Qué harás ésta noche? –Preguntó Reynolds encendiendo un cigarrillo mientras se dirigían a sus autos, Ithan frunció el ceño, mirándolo con seriedad, tal cual hacía siempre y respondió.

-Tengo trabajo.

-¡Trabajas mucho, hijo! ¿Por qué no vienes conmigo a un buen club que conozco, hay preciosas señoritas que hacen un fascinante trabajo – Ithan lo miró, fulminándolo con odio, apretó los puños a ambos lado de su cuerpo y negó.

-Tengo cosas más importantes ahora, Reynolds.

-Bueno, bueno. No te me pongas serio –Sonrió el tipo tirando la colilla de cigarro al suelo y luego pisándolo. Para él, era normal ver a Ithan con cara de pocos amigos, creía que simplemente era su estado de ánimos natural. Lo que no sabía, era que en realidad Ithan solo quería asesinarlo- En algún momento tendrás que aceptar mi oferta, debes descansar. Te necesito relajado para cuando comience el campeonato.

Atravesando las TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora