Capítulo 40- Tengo que confesar...

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El grito exhaltado de alguna mujer entre los jueces y el público se hizo presente. Ithan se paralizó y miró directo a Rose.

-Dice usted que Reynolds abusó sexualmente de la señorita Rachell...-Expresó sorprendido el mismo Samuel.

-Así es, el la ha violado...-Soltó tapandose el rostro y sollozando con más fuerza.

Manuel se levantó de su silla y todos lo miraron. Se acercó a su primo y lo cogió del brazo. Ithan había apoyado sus codos en la mesa de madera que tenía enfrente, mientras hundía las manos en su cara.

-Disculpe señor -Intervino Samuel al ver lo que allí podría ocurrir- ¿Podríamos tomarnos un descanso? Para poder continuar con el caso.

-Sí, por supuesto -El juez hizo sonar el mazo y dio recezo de veinte minutos. Reynolds fue tomado por los guardias e Ithan alzó el rostro para mirarlo. El hombro sonrió al pasar frete al rubio y ver su rostro bañado en lágrimas. Ithan se levantó sin previo aviso y corrió hacia él.

-¡Maldito! -Grito- ¡Te mataré! -Estampó sus puños en el rostro de Reynolds, ocasionando que los propios guardias lo suelten por el impacto, Reynolds cayó al suelo y todos en el recinto comenzaron a exclamar asustados.

-¡No! ¡Ithan!

-¡Te joderé la puta vida! ¡Eres un desgraciado! ¡Maldito! -Gritaba descontrolado mientras estampaba sus puños en Reynolds, los huesos del rostro del hombre, así como el de sus propios nudillos, crujían por la magnitud del golpe.

-¡Ithan!

Los guardias, junto con otros que comenzaban a entrar, cogieron a Ithan y lo alzaron de sobre Reynolds, que yacía inconsciente en el suelo.

Lo sacaron de la sala mientras él se estremecía con violencia en un intento de soltarse. A Reynolds lo sacaron de la sala para atender su rostro ensangrentado. Mientras a Ithan lo llevaban a otra sala.

-¿Sabes que puedes ir detenido por lo que has hecho? -Dijo uno de los policías. Ithan respiraba con dificultad, con su pecho subiendo y bajando a gran velocidad, miró al policía y frunció más el ceño.- No te acusaremos con el Juez, porque el tipo lo merece. Pero no te salvaré si el maldito presenta cargos.

-Gracias, nosotros lo controlaremos -Anunció su tío a un lado. El policía asintió dándole una última mirada amenazadora al rubio, y los dejó solos. Manuel se sentó en una silla contigua, pasándose las manos por el cabello.

-No voy a salvar más tu culo -Dijo Samuel con molestia.

-Dios mío....díos mío....la ha violado...ese maldito la ha violado...

-Ya lo vamos a hacer pagar...

-No tío -Alzó sus ojos azulados enrrojecidos hacia su tío- No es suficiente. Lo quiero muerto...

-Vamos Ithan, ya está. Ya tendrá una buena venganza, si es lo que quieres, dentro de la cárcel ¿Crees que dejaran pasar liso a un violador? Sufrirá más que ocasionando una rápida muerte -Apoyó Manuel mirando a su primo.

-Bebe un poco de agua y tranquilízate. En unos minutos regresaremos.

Ithan se adentró en el baño público del tribunal y se agarró al lavabo. Respiró muchas veces para tranquilizarse, mojó sus nudillos rotos con agua y los secó. No podía creer lo que estaba sucediendo, su chica había sido abusada y él...él no pudo ayudarla. Promesas tras promesas que no pudo cumplir. No se lo perdonaría a él mismo, nunca más...Contuvo su llanto de furia, ese que quería brotar de dentro de su pecho y luego de calmarse y enguagarse la cara, salió para continuar.

Atravesando las TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora