Capítulo 37- Una trampa.

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     Ithan se encontraba encerrado en su habitación, con todas las luces apagadas, recostado en su cama boca abajo, pensando en lo que haría para culpar a Reynolds y recuperar a Rachell. El dolor de la ruptura se encontraba alojado en su pecho, pero no lloraría, no se daría por vencido. Iba a ayudar a su novia, porque pese a que ella le había terminado, él seguía sintiendo que ella era su novia, su chica.

-Ithan...-Se adentró Manuel a su habitación, había escuchado toda la discusión de su novia y su primo, se encontraba en el salón cuando la chica llegó.

-¿Qué pasa?

-¿Estás bien?

-Sí...

-Lo siento mucho...sé que soy el culpable –Dijo rendido el castaño. Ithan suspiró y se sentó colocándose boca arriba para mirar a su primo.

-No es tu culpa, Manuel. Lo siento por cómo te grité ayer.

-Entiendo por lo que estás pasando, Ithan...no sé que decirte...yo...creo que las cosas podrían solucionarse, pero no pensé que ese hombre tendría su expediente tan limpio. Estoy seguro que lo ha mandado a limpiar, estoy seguro que es un estafador, un delincuente...

-No quiero hablar de él ahora, Manuel.

-Lo siento.

-¿A qué hora llega mi tío? –Cambió de tema el rubio con la cabeza retumbándole por el dolor.

-Está por llegar, llamó avisando que ya venía en camino.

-Bien, bajaré pronto.

-Vale, tomate tú tiempo. Hablaré primero con él antes que vea tu rostro...

Ithan soltó un bufido y negando con la cabeza se levantó para adentrarse en el cuarto de baño.

Rachell lloraba la ruptura con Ithan en su habitación, cuando de pronto su madre entró a tropezones y hablando rápidamente le advirtió que se levantara.

-Rachell, date prisa. Recoje tus cosas, coge tu teléfono...-se lo tendió recuperándolo del escondite de Reynolds- Algunas prendas, tus papeles.

-¿Qué ocurre? –Preguntó con el pulso acelerado. Su madre comenzó a abrir gavetas y sacar prendas mientras corría a de un lado al otro buscando un bolso de viaje.

-Debes irte, ya...-Le tendió el bolso de vieje y se alejó para ayudarla a empacar- tiene una nueva línea que te servirá hasta que llegues...

-Pero ¿Qué pasa? ¿A dónde voy?

-No preguntes Rachell, sólo toma tus cosas. Es hora de que te vayas –Corría sin mirar a su hija de un lado al otro, lanzando prendas en la cama. Rachell la miraba nerviosa sin poder moverse del lugar.

-¡Rach! ¡Date prisa!

-Pero ¿A dónde me voy?

-Te irás a casa de Nicole por ésta noche, mañana te irás a Puerto Rico. Ya tenemos tu nueva identidad.

-Pero ¿Cómo es posible?

-Rachell, no preguntes. Date prisa antes de que Reynolds llegue.

Rachell se colocó otra ropa, quitándose el pijama y secando las lágrimas de su rostro, salió junto a su madre a toda prisa a la entrada de la casa, donde Nicole la esperaba. Rose lanzó el bolso a los asientos traseros y metió a Rachell al asiento del copiloto.

-Mamá ¿Qué harás tú...?

-Estaré bien, hija. Cuidate mucho, por favor –Rose sollozó en silencio mientras le daba un abrazo a su hija- Te quiero hija y por favor, perdóname por todo.

Atravesando las TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora