-¿Qué has dicho?
-Que fue ella quien hizo esto... –Señaló su frente, mirando el rostro del rubio.
-¿Qué? Pero ¿Cómo? –Sus ojos azules se habían abierto asombrados.
-Ella...es lesbiana, quiere algo conmigo y pues...yo jamás le he prestado atención. Ella...-Rachell se quedó en silencio por unos segundos, tragando grueso, tratando de contener el temblor de su voz.
-¿Ella qué, Rachell? –El tono de voz de Ithan había bajado una octava, Rachell lo observó asustada.
-Ella me ha encerrado en el baño, me besó a la fuerza...yo...no he podido y vomité en sus zapatos, ella me empujó y luego, lo que recuerdo es ver la encimera acercarse a mi rostro. Después de eso, nada...
Ithan cerró los ojos posando los codos en la barra de desayuno, dejando de comer, inclinó su cabeza hacia adelante, adentró sus dedos grandes entre su cabello y respiró un par de veces. Rachell lo miraba expectante, esperando la explosión del rubio. Unos segundos después, el rubio subió nuevamente el rostro y miró a Rachell.
-¿Desde cuándo está acosándote? - Interrogó con la voz tan calmada, pero profunda, que Rachell sintió escalofríos.
-Desde que comencé la Universidad... –Ithan alzó las cejas y negó con la cabeza. Sus ojos azules se habían dilatado, las venas de sus manos, cuello y frente comenzaron a exaltarse. Rachell se arrepintió de haberle dicho cuando observó los cambios en su cuerpo, estaba segura que en cualquier momento explotaría.
-¿Cuántas veces ha hecho algo así? ¿Cuántas malditas veces te ha golpeado? ¿Cuántas te ha tocado? –Rachell abrió los ojos acobardada, era extraño que Ithan tuviera expresiones groseras o fuertes frente a ella, sin embargo, él no podía contener su molestia en ese momento. Barrió con sus pupilas el plato que tenía enfrente y encogió los hombros, no quería responder aquello.
-¡Dime! –Exclamó con fuerza el rubio, asiéndola saltar en su asiento. Ithan al ver el nerviosismo de Rachell, respiró una vez más para calmarse y volvió a preguntar- Dime, Rachell...
-Un par de veces...
-Un par de veces...-repitió él con la misma voz monótona que estaba usando. Ithan se levantó, cogió su plato y lo llevó al lavabos sin siquiera haber tocado la comida, miró a Rachell, le ordenó acabar con la comida e ir a dormir, a continuación se dio la vuelta y desapareció por el pasillo hacia el ascensor ¿A dónde irá? Se preguntó Rachell.
Ithan comenzó a golpear el saco de boxeo colérico, sin siquiera colocarse los guantes o las vendas protectoras. Golpeo con fuerza el saco, una y otra vez, acrecentando su acelerada respiración al igual que su pulso cardíaco. Miraba todo negro, solo sentía la fuerza de su ira salir por medio de los golpes.
¡Maldita sea!
¿Cómo podían hacerle algo así?
¿Por qué Rachell se dejaba hacer algo así?
¡Pudo haber muerto con un golpe como aquel!
Descargó todo lo que quería hacerle a aquella mujer que había herido y expuesto la vida de su novia, podía parecer exagerado su actitud, pero ni él mismo entendía por qué se sentía tan protector con Rachell. Quizá porque era tan frágil, dulce, pequeña...no merecía ser tratada así. Cuando sus pulmones dejaron de obtener aire, se detuvo, caminó hasta un banco de madera a un lado y se sentó, inclinándose hacia adelante y cerrando con fuerza los ojos.
Estaba agotado...había sido un día largo y cansino.
Cuando se hubo tranquilizado, se duchó allí mismo en el gimnasio, se colocó ropa cómoda y subió a la planta media, se preparó un vaso de bebida proteica y se la bebió con calma sentado en un banco junto a la barra. El ascensor se escuchó y pronto los pasos de Manuel entrando en el salón se dejaron oír.
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Atravesando las Tinieblas
RomanceIthan Collins es un empresario y ex boxeador que esconde un pasado arduo en el que ha sido acusado de delitos que nunca cometió, ha tenido que vivir una vida llena de mentiras para ocultarlo y no desprestigiar el nombre de su familia. Su mundo de...