CAPÍTULO 33: PERFECTA

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RENESMEE POV:

Abrí lentamente los ojos, sentía que me pesaban, como si estuvieran hechos de plomo. La luz de la mañana filtrándose a través de las cortinas me daba una sensación de tranquilidad, pero también un leve aturdimiento. Lo primero que vi fueron los hermosos ojos carmesí del hombre que tanto amaba, Alec. Su mirada me devolvió a la realidad con una calidez inigualable.

—Al fin despiertas, dormilona —dijo Alec con una sonrisa tierna que iluminaba su rostro.

—¿Dónde está Alessie? —pregunté inmediatamente, la ansiedad se apoderó de mí al pensar en nuestra hija.

—Está durmiendo, tus padres la vigilan —respondió suavemente.

—Quiero verla —dije rápidamente, aunque añadí—Cuando despierte, claro.—Alec fingió una expresión de tristeza mientras replicaba.

—¿Ahora que tenemos una hija pasaré a segundo plano?

—Por supuesto que no, Alec. Es solo que quiero verla —le aseguré, tratando de sonar convincente.

—Claro, te comprendo —dijo, y me acarició suavemente la mejilla.

Estaba ansiosa de ver otra vez a Alessie, mi corazón latía rápido con anticipación. Quería ver si se parecía a mí o a Alec, y en mi mente solo deseaba que fuera tan hermosa como él. Los nervios me comían viva, lo único que deseaba era tener a mi hija en mis brazos, besarla, abrazarla y admirarla. La espera no fue larga. Unos minutos después, alguien tocó suavemente la puerta. Mis padres entraron, y mi madre llevaba un bultito entre sus brazos, envuelto en una manta rosada. Se acercó a mí y me entregó ese precioso bulto. La tomé entre mis brazos y, por segunda vez, vi a mi hija.

—Nos iremos para darles un momento familiar —dijo mi madre antes de salir junto a mi padre de la habitación

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—Nos iremos para darles un momento familiar —dijo mi madre antes de salir junto a mi padre de la habitación.

Alessie era absolutamente hermosa. Tenía los ojos azul cielo que Alec me había dicho, eran como los suyos cuando era humano. Su pelo rizado y marrón, sus mejillas pálidas y sonrojadas, y esas largas pestañas negras. Sus labios rojizos y carnosos completaban un rostro perfecto. Solo una palabra podía describirla: perfecta. Alessie era perfecta en todos los sentidos. Observé cada detalle de su carita, notando que sus facciones eran más parecidas a las de Alec, pero con un toque femenino, como las de Jane.

—Es hermosa —dije en un suspiro lleno de amor.

—Se parece a ti —respondió Alec, mirándola con ternura.

—Por supuesto que no —dije a la defensiva—. Es idéntica a ti.

—Eso no es cierto, es igual a ti.

—Claro que no, Alec. Los dos son igual de hermosos.—Alec sonrió y me acarició el cabello. —Me encanta el hecho de que podamos formar una familia —dijo con una voz llena de emoción.

—A mí también— respondí, sintiendo una ola de felicidad. Hubo un momento de silencio, pero luego Alec habló, con un tono nervioso que no le era habitual. 

—Nessie, quería preguntarte algo.

—Sí, claro, dime —respondí, intrigada.

—Bueno, es que... ¿Podemos pasar una temporada viviendo los tres en el castillo? —preguntó, titubeando un poco—. Jane no quiere separarse de su sobrina y, bueno, si nos vamos a vivir a nuestra casa, no la verá muy seguido.—Reflexioné un momento antes de responder. 

—Claro, Alec. No me molesta quedarnos aquí, de hecho, me gusta la idea. Así, cuando vayas a misiones, no me quedaré sola con Alessie.—Alec suspiró de alivio y sonrió ampliamente. —Jane se pondrá feliz cuando le diga.

—Hablando de Jane, ¿cómo van los preparativos de la boda? —pregunté, recordando que el gran día se acercaba.

—Bien, lo normal. Jane está estresada y Demetri no entiende por qué tanto escándalo por una fiesta. Y pensándolo bien, creo que Demetri tiene toda la razón.

—Ustedes los hombres... —dije con una sonrisa.

—¿Nosotros los hombres? —Alec arqueó una ceja, divertido.

—Sí, ustedes. Tal vez para ustedes no es importante, pero para las mujeres sí lo es. Casi todas soñamos con nuestra boda perfecta. En ese día, todo debe ser perfecto, por eso nos estresamos tanto con los preparativos. Alec se acercó más y me miró con intensidad. 

—Cuando nos casemos, te prometo que tendrás tu boda perfecta.

—¿Cuándo nos casemos? —repetí, sorprendida y emocionada. Aunque siempre había soñado con casarme con Alec, nunca habíamos hablado de ello tan directamente. Alec me miró a los ojos, serio y amoroso a la vez. 

—Sí, Nessie. Quiero que seamos una familia oficial. Tú, Alessie y yo.—Mi corazón dio un vuelco de felicidad. La idea de casarnos y ser una familia oficial era un sueño hecho realidad. Pero, por ahora, había que concentrarse en la boda de Jane y Demetri, que estaba a solo cuatro días.

El castillo de los Vulturi estaba en plena efervescencia con los preparativos. Las flores, la decoración, el vestido de Jane... Todo tenía que ser perfecto. Alec y yo pasamos mucho tiempo ayudando en lo que podíamos, y en nuestros ratos libres disfrutábamos de nuestra pequeña Alessie.

Una tarde, mientras Alec estaba fuera en una misión, Jane vino a mi habitación. Llevaba un vestido de novia en la mano y una sonrisa nerviosa.

—Nessie, necesito tu opinión —dijo, mostrándome el vestido.

—¡Jane, es hermoso! —exclamé, admirando el detalle y la delicadeza del diseño.

—¿De verdad crees que es el indicado? —preguntó, insegura.

—Por supuesto. Es perfecto para ti.

Jane sonrió con alivio. —Gracias, Nessie. No sé qué haría sin ti.

—Siempre estaré aquí para ti, Jane —le aseguré, y nos abrazamos.

Los días pasaron rápidamente. La boda de Jane y Demetri se acercaba, y con ella, la emoción y el nerviosismo aumentaban. Alec y yo aprovechamos cada momento para estar con Alessie, maravillándonos de cada pequeño y perfecto cambio y progreso que hacía.


.·:*¨༺NO PUEDO DEJARTE DE AMAR༻¨*:·.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora