CAPÍTULO 30: ¿ACEPTAS SER MI ESPOSA?

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DEMETRI POV:

Estaba en camino a la habitación de Jane, la emoción y los nervios haciéndome cosquillas en el estómago. Esta noche le pediría matrimonio, y aunque tenía la bendición de Alec, aún me faltaba escuchar esas palabras mágicas de Jane: «Acepto». Cuando llegué a su puerta, tomé una respiración profunda antes de tocar. Jane abrió la puerta, y, como siempre, se veía hermosa, su belleza casi etérea.

—Hola, amor —me dijo con una sonrisa, dándome un beso en los labios que hizo que mi corazón latiera más rápido.

—Hola, mi vida —respondí, tomándola de la mano—. Ven, vamos a dar un paseo por los jardines.

—Está bien —respondió, su sonrisa haciéndose aún más amplia.

Caminamos hasta los jardines. Para mí, era la mejor parte del castillo, un oasis de tranquilidad y belleza en medio de nuestra existencia oscura. Mientras caminábamos, Jane y yo íbamos tomados de la mano, disfrutando de la simple intimidad de estar juntos. Nos sentamos en el césped, bajo un cielo estrellado que parecía bendecirnos con su calma.

—¿Ya supiste qué será el bebe de Alec? —me preguntó, su voz llena de alegría y expectación.

—No, ¿tú lo sabes? —respondí, curioso. Jane sonrió, con ese brillo travieso en sus ojos que tanto amaba. 

—Sí, pero no te lo diré.

—¡Vamos, Jane, dime! —le rogué, sonriendo también.

—No, Demetri, no te lo diré.

—Por favor, Jane —insistí, sabiendo que no me lo pondría fácil.

—Bueno, te lo diré si me das algo a cambio —dijo, su sonrisa pícara haciendo que mi corazón se acelerara aún más.

—¿Qué quieres? —pregunté, dispuesto a hacer cualquier cosa.

—Un beso.

—No hay problema —respondí, acercándome a ella y besándola. Perdí la noción del tiempo mientras nuestros labios se encontraban una y otra vez, disfrutando de cada milésima de segundo. Cuando estaba con Jane, el mundo exterior simplemente dejaba de existir.

Finalmente, nos separamos, aunque con reluctancia. —¿Bueno, ahora me lo dirás? —pregunté, esperando ansiosamente su respuesta.

—Será una niña —dijo Jane, sonriente.

—¡Eso es genial! —exclamé, la alegría llenándome por completo.

—Sí, Alec anda casi babeando por su hija —dijo Jane, riendo con esa risa que me hacía sentir tan afortunado.

—Y no es para menos —dije, uniéndome a su risa perfecta.

—¡Hasta fue al centro comercial con Alice a comprarle ropa a su hija! Y todos sabemos cómo está de loca, Alice —dijo, todavía riéndose.

—Pobre Alec, debió aburrirse todo el tiempo —dije, riéndome también.

—Mi pobre hermano ahora solo tiene cabeza para Renesmee y su hija.

—¿Ya tienen el nombre? —pregunté, intrigado.

—No, pero creo que ya deben estar por tenerlo, porque Carlisle dijo que la bebé puede nacer en cualquier momento.

—Quiero que nazca luego —dije, imaginando cómo sería tener a la pequeña en nuestros brazos.

—Yo también —respondió Jane, su voz suave llenando el aire.

Nos quedamos en silencio por un momento, disfrutando de la compañía del otro. Entonces, sentí que era el momento de la verdad. Me acerqué a ella y la besé nuevamente, sintiendo la urgencia de lo que estaba a punto de hacer.

.·:*¨༺NO PUEDO DEJARTE DE AMAR༻¨*:·.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora