Pero no todo resultó como yo creía. Lo volví a ver.
Habían transcurrido dos años. Y yo estaba de vuelta en Inglaterra. Quizás para quedarme, o quizás no. Mi madre me pidió que la visitara y si es que podía, me quedara allá. Pero eso aún no estaba decidido.
Fue una noche, en la que Lia se durmió temprano. Y yo, pues, salí a recorrer Londres. Ella se quedó con mi madre, durmiendo. Me abrigué y salí. Tomé mi auto y conducí. No tenía rumbo, sólo hice lo que mi mente me decía. Me di sólo una vuelta al barrio en el que vivía y volví a mi casa. Miré la casa de al lado con melancolía. ¿Qué sería de Liam? Me preguntaba. Quizás estaría dormido, en su casa. Aún al lado de la de mi madre. Como un impulso, fui a tocar la puerta de dicha casa.
-¿Sí? ¿Qué se le ofrece? -preguntó una señora totalmente desconocida.
-¿Quién es usted?
-Soy Marie, la dueña de la casa.
-¿Y Karen?
-¿Karen? ¿Karen Payne?
-Sí.
-La familia Payne se fue de aquí hace mucho tiempo.
-¿Cuánto aproximadamente?
-Dos años, más o menos. Dijeron que vendían la casa, porque les traía malos recuerdos. Su hijo, Liam creo que era su nombre, se marchó muy joven, y no supieron a dónde. Y pues, para poder intentar olvidarse de los malos momentos que pasaron, vendieron la casa -las lágrimas cayeron por mis mejillas-. ¿Estás bien? -preguntó la señora preocupada.
-Todo fue mi culpa. Pero fue un accidente -lloraba desconsoladamente-. Yo arruiné todo.
-Pero, ¿por qué? ¿Tú los conocías?
-Yo fui la novia de Liam. Y quedé embarazada. Por miedo a lo que él pensara, me fui a otro país. E hice que su familia se derrumbara. Soy una pésima persona -seguía llorando-. Y todo esto, fue hace dos años, y medio.
-Oh, lo siento mucho, en serio. ¿Quieres pasar? Te ofrezco un vaso de agua, para que te relajes.
-No, no gracias. No se preocupe, adiós. Que tenga una linda vida.
Y me fui. Volví a entrar en mi auto y seguí conduciendo. No podía creer lo que había ocasionado. Había destruído su familia. Y encima, nadie sabía del paradero de Liam. Llegué a una calle desierta y me detuve. Marqué el teléfono de la persona que aún amaba, pero nada resultó. Era como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra. .Jamás creí que volver sería tan duro. De hecho, creía tener la oportunidad de reencontrarme con él. Pero ya las esperanzas eran nulas.
La calle en la que estaba, tenía unos edificios de departamentos, y no podía volver a casa en este estado, así que me acerqué al primero que se me hizo más acogedor y toqué el timbre. Pues, sólo eran personas.
-¿En qué te puedo ayudar? -dijo una dulce chica, abriendo la puerta. Se me hacía conocida, pero no sabía de dónde.
-Hola. Perdón que te moleste, pero, ¿tienes un vaso de agua que me des?
-Claro, pasa -dijo observando preocupada mi horrible aspecto.
-Gracias.
Pasé e hizo que me sentara en un pequeño sillón.
-Espera aquí, en seguida lo traigo.
-Ok, gracias.
-Nicola, ¿quién era? -dijo una voz masculina saliendo del corredor. Me volteé a ver y me encontré con una enorme sorpresa-. ¿(Tn)? -dijo impactado. Claro, era la misma chica con la que lo había visto ese día en el centro comercial.
-¿L-liam?
-¡(Tn)! -corrió a abrazarme. Con lágrimas en los ojos, besó mis labios como jamás lo había hecho-. ¿Dónde has estado todo este tiempo? Te extrañé demasiado... ¿Por qué te fuiste?
-Liam yo... No sé qué decirte... ¿Por qué no me buscaste?
-¿Tú crees que yo no te busqué? ¡Hice lo imposible por encontrarte! Pero no lo logré... ¿Por qué te fuiste?
-Tenía miedo Liam.
-¿De qué? ¿De que no quisiera hacerme cargo de ese bebé?
-Sí. No lo sé Liam, fue un momento muy duro para mí. No sabía qué hacer...
-Claro. ¿Y ese bebé? ¿Qué hay de él?
-Ella. Su nombre es Lia. Y tiene dos años, ahora.
-¡Wow! ¡¿En serio?! ¡Qué ganas de conocerla! -sonreímos.
-Sí, Liam. Pero, me temo que no será posible.
-¿Por qué?
-Pues, ella no te conoce, y no sabrá quién eres.
-Pero yo soy su papá. Debo conocerla.
-No lo sé Liam... Es difícil.
-¡No sabes cuánto he esperado este momento! Volver a verte, y conocer a mi hija... No puedes decirme que no ahora...
-Bueno, Liam. Iremos.
~~~~~~o~~~~~~
-Acepto -dijo Liam.
-Entonces, puede besar a la novia.
Y Liam me besó. Fue el momento más hermoso de mi vida. Mi boda. Lia ya tenía cuatro años, y nosotros seguíamos en Londres. Y aún lo estamos.
-Por siempre contigo (Tn) -fueron las últimas palabras que pronunció antes de que el avión partiera rumbo a nuestra luna de miel. Porque luego de las tormentas, siempre hay un día de sol. Enamorarse es lo mejor que nos puede pasar, y cuando tenemos la oportunidad de hacerlo, no hay que perderla. Porque luego se pagan las consecuencias. Y cuando el amor es real, puede ser muy duradero. Hasta se pueden llegar a decir las palabras: "Por siempre contigo". Forever With You.~
FIN!